El amor y el olor de su belleza

No nacemos con una guía que nos enseñe el arte de amar. Amar es un fuerte instinto que se desarrolla dentro de cada persona, y en cada uno según su personalidad y sus experiencias vividas. Tenemos que profundizar en el conocimiento del otro. Es como llegar a descubrir la psicología del amor, los entresijos íntimos de su corazón. La forma ideal siempre va a depender de cómo sea cada persona: Y lo bello es ir descubriendo cómo amar con el corazón, pero siempre con las raíces en la inteligencia. En una relación amorosa la felicidad no surge por arte de magia, exige el esfuerzo para conocer y para comprender: “Hay que armonizar dos universos en uno solo para que juntos se integren en un mismo camino, donde puedan fluir con tranquilidad y felicidad en busca de objetivos, metas y fines comunes. Pero para eso es necesario mantenernos de manera consciente en un estado de ánimo muy positivo pero real, sin derrotismos ni fantasías. Un estado de ánimo que nos ayude a sobrepasar cualquier diferencia u obstáculo que se interponga. En otras palabras, tener una relación grande y robusta es posible: Pero se necesita modificar tu pensamiento y tu mente, a través de tus obras y de tu inteligencia emocional. Aprender a amar es todo un reto. Busca la estabilidad entre tú y tu relación. Busca la sintonía estable y equilibrada de vivir en armonía. Di habitualmente lo que sientes: Decir te amo; decirle a esa persona querida que nos importa, que esto es maravilloso, que nos emociona estar a su lado, que su compañía nos hace feliz, son formas de hacerle saber lo mucho que te llena la relación. Este tipo de gestos están llenos de romanticismo y de entusiasmo y le hacen saber al otro que, sin importar el tiempo que llevan juntos, los une un profundo amor. Demuestra tu amor: Igual de importante que decirle al otro que lo queremos es demostrarlo con detalles y gestos cotidianos. Preocupándote por esa persona, ofreciéndole siempre tu apoyo, tu cariño y estando allí siempre.

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