El metro normalmente es cómodo, excepto en las horas punta. Normalmente, si lo utilizas en un horario de poco tránsito de personas suele ser tranquilo, fiable e incluso acogedor. Asientos muy correctos, temperatura idónea y pasillos de buenas dimensiones. El problema viene en los atascos de personas en ciertas horas durante el día. La gente pasa de ir como loca por buscar asiento, a apretar los vagones del metro a más no poder por tal de no quedarse fuera. En ocasiones es inevitable, ya que por la mañana, por ejemplo, se entiende que la gente tiene que llegar a sus lugares de trabajo. ¿Pero qué pasa cuando hay una incidencia ajena a nosotros? ¿Qué pasa cuando esperamos más de 5 minutos un metro? Pues que vuelve a crearse la aglomeración y eso resulta aún más caótico. Con todo esto, llegan los empujones, las discusiones, e incluso el aprovechamiento de los carteristas. A mi parecer, se debería mediar con este tema, ya que superando el aforo lo único que creamos es incomodidad en un transporte que pagamos por utilizar. DANIEL GARCÍA DELGADO - BARCELONA