Amador Naz Román, industrial cordobés fabricante de carrocerías y carruajes, fue designado en enero de 1951 presidente de honor del Círculo de la Unión Mercantil, una distinción acordada por la junta directiva en reconocimiento a la labor desarrollada en la entidad durante su presidencia efectiva. Con tal motivo se organizó un agasajo en los salones del Mercantil, al que asistieron 130 comensales, para hacer entrega al homenajeado de un pergamino, obra artística de Rafael Bernier, en el que constaba el acuerdo y el nombramiento. Amador Naz era una persona de acendrado cordobesismo. Su apellido, y razón comercial, se hizo popular en la ciudad al estar rotulado publicitariamente en los burladeros del Coso de los Tejares durante varias décadas. Fue concejal del Ayuntamiento durante la posguerra y Hermano Mayor de la Cofradía de las Angustias, cargos que le procuraron mayor notoriedad en Córdoba. A la comida, servida por la acreditada repostería del Mercantil, acudieron las personalidades pujantes y pudientes de la ciudad, pues este tipo de actos de homenaje servían a la vez de espejo para la sociedad dominante de la época. José Barrera, Francisco Porras, el doctor Blanco León y Ricardo López Suárez-Varela, por el Mercantil; el fiscal jefe, Bernardino Garzón; el exalcalde Rafael Salinas; y el presidente del Círculo de Labradores, Pedro Romero, entre otros, figuraron en la nómina de asistentes.