Tres son muchos buitres para que aparezcan en menos de mes y medio en plena ciudad. El primero acabó en La Torrecilla; al segundo se lo encontraron en el Puga, y el tercero lo capturó un vecino de Fátima. Aunque no es momento de despilfarrar recursos, alguien o alguna institución debería investigar por qué vienen los buitres a Córdoba, que da un poco de miedo verlos.