Cuando Francisco Burguillo, un visitador médico que ronda los sesenta, llegó al taller de teatro del Centro Cívico de Poniente Sur, en Córdoba, tenía sus recelos. "Sobre todo por la edad --dice--, pero luego encajé bien y ahora estoy encantado". Y es que, en este grupo de teatro aficionado, hay gente de 16 hasta los 64 años, una mezcla intergeneracional muy enriquecedora, según coinciden sus integrantes.

El martes pasado estrenaron la obra en la que han estado trabajando todo el curso. Momentos antes del inicio, Marta, una chica de 16 años, alumna del instituto Alhakén II, está lista y sin pizca de nervios. "Estoy tranquila, además tengo un papel muy corto", señala.

Pero con papel corto o largo, para el director del taller, José Jiménez Aguilar, todos los actores son importantes. "Lo más difícil es que me hagan caso", cuenta medio en broma. Porque lo cierto es que, como pudieron comprobar quienes asistieron al estreno en el centro cívico, todos se toman su trabajo muy en serio.

No en vano, Dialogo de perros , que así se titula la obra, "habla de temas trascendentales, como el sentido de la vida o la reencarnación", cuenta Jiménez Aguilar, que, además del director, también es el autor del texto.

Tras el estreno de esta semana, el próximo reto del grupo será la representación de la obra, ya en el mes de noviembre, en el mismísimo Teatro Góngora.