Hace años el Ayuntamiento y una empresa de mantenimiento colocaron dos enormes paneles, uno frente al barrio del Guadalquivir y otro en la glorieta de Chinales, con sendos relojes y mensajes de bienvenida a los viajeros. Pues resulta que desde hace semanas el reloj de Chinales está parado. No tiene más importancia, pero me preocupa que el visitante, al entrar en Córdoba, vea que el reloj se para.