Vale que estén lesionados, que apenas hayan jugado y que no sean de los más conocidos de la plantilla del Córdoba, pero Cristian y Astrain podrían haber encajado en la foto que se hicieron ayer en El Arcángel los niños de un colegio con los jugadores del equipo antes del entrenamiento. ¿Despiste o exceso de celo en su recuperación? Lo cierto es que ninguno de los dos dejó de correr.