Durante una violenta crecida del Guadalquivir a causa del temporal desatado sobre Córdoba en febrero de 1947, las aguas del río anegaron el terreno de juego del Arcángel, inundaron los vestuarios y ocultaron las primeras filas de los graderíos y medias porterías. Los daños ocasionados en el estadio, inaugurado en 1945, impidieron jugar al Real Club Deportivo Córdoba.