Las habas y las zanahorias vienen de la tierra, no del supermercado. Pudieron comprobarlo 80 niños en el vivero municipal. Procedían del colegio público Juan de Mena y del centro de educación especial Santo Angel y estuvieron recolectando esas dos hortalizas, que otros alumnos habían plantado en diciembre, mientras que antes también se había trabajado el semillero. Además de recoger esas hortalizas, hicieron pruebas de reconocimiento de productos de la huerta y desayunaron frutas.

Las actividades de ese proceso agrícola han formado parte del programa Un huerto en mi jardín del área de Educación del Ayuntamiento, que tiene el objetivo de acercar la agricultura a los niños y poner un espacio público como es el vivero municipal a disposición de los estudiantes.

Con esta recolección acaba el denominado como huerno de otoño--invierno y ahora comenzará el de primavera--verano. Hasta ahora son 280 los niños que han pasado por esta actividad y aún quedan otros 535 para completar los 22 centros que participarán a lo largo del curso. Con el inicio del segundo huerto volverá a comenzar el ciclo, con tres visitas que plantarán semillas, plantones y recolectarán finalmente, hacia junio, los productos del verano que decidan los responsables de este programa educativo para reconocer el origen verdadero de hortalizas y frutas.