Los adornos florales siempre embellecen un edificio y se colocan de forma estratégica para que luzcan. Pero, en ocasiones, las plantas (que no dudo que dan vida) se convierten en grandes obstáculos. ¿A qué periodista o político no le ha entrado una ramita en los ojos de la planta colocada en el pasillo hacia la sala de prensa del Ayuntamiento? Menos mal que, de vez en cuando, la maceta desaparece.