El empeño de Rafael Desmaisieres y Farina, Conde de Torralva, que decidió invertir su fortuna en reconstruir la fortaleza entre los años 1900 y 1936, hizo posible que el monumento tomara la imagen que hoy se puede ver en el cerro de la Floresta. Actualmente es uno de los castillos mejor conservados del país y el principal reclamo turístico de Almodóvar del Río y de toda la Vega del Guadalquivir.