Cierre del congreso del PP
Feijóo aspira a un "Gobierno en solitario" sin "cordón sanitario a Vox": "O Sánchez o yo"
El líder del PP asegura que tendrá un Ejecutivo "limpio” y priorizará la “regeneración democrática”, el acceso a la vivienda, la bajada de impuestos y la reducción de la inmigración ilegal

Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención en el congreso del PP, este domingo en Madrid. / Jose Luis Roca
Cualquiera un poco despistado, al escuchar este domingo a Alberto Núñez Feijóo, podría haber pensado que el líder de los populares estaba dando un mitin de cierre de campaña de unas elecciones generales. El PP lleva meses reclamando a Pedro Sánchez que llame a las urnas por no ser capaz de aprobar unos Presupuestos Generales, pero desde el 12 de junio, cuando estalló el 'caso Cerdán' en el PSOE, la petición se ha convertido en exigencia para depurar responsabilidades políticas por ese escándalo de corrupción. Ven al presidente del Gobierno en su etapa final y, aunque Feijóo dice que no hay que fiarse de la "sonrisa" de las encuestas, ya está planeando cómo será su aterrizaje en la Moncloa.
El 21º congreso nacional del PP le ha salido al dirigente gallego mucho mejor de lo que pudo imaginarse el pasado septiembre, cuando pidió a los suyos que fueran buscando un espacio para poder reunir a más de 3.000 personas durante un fin de semana. Los indicios delictivos contra José Luis Ábalos que la Guardia Civil investiga desde hace meses escalaron hasta Santos Cerdán en el momento justo para que Feijóo pudiera neutralizar cualquier tentación alborotadora (piénsese en Isabel Díaz Ayuso) y para investirse de la autoridad suficiente para hacer una cúpula a su medida: ¿otro gallego de número dos y hombre? No se atrevió a hacerlo en 2022, pero ahora sí y nadie le tose. Miguel Tellado será el nuevo secretario general y con poderes también en el área de organización. La persona que tomará las decisiones en el PP mientras él se dedica a prepararse para la Moncloa.
En su discurso de cierre del congreso, este domingo, Feijóo esbozó cuáles serían sus primeras decisiones como presidente del Gobierno tras unas elecciones generales que tocar tocan en 2027. Feijóo se imagina al frente de un Ejecutivo “limpio” que aspira a presidir en "solitario". Eso sí, en esa nueva etapa que nadie le pida que ponga vetos y no pacte medidas con Vox, con "otro PSOE" o Junts. Solo se negará a dialogar con EH Bildu, adelantó. "La presidencia del Gobierno exige grandeza y yo la voy a tener", añadió sobre su disponibilidad a dialogar a izquierda y derecha. "¿Qué Gobierno habrá después de las próximas elecciones? Solo hay dos opciones. O Sánchez o yo, no hay más. O Sánchez, o nosotros", espetó.
Hace guiños al elector ultra al pedir mano dura contra la inmigración y decir que no hay que los hombres no son "un enemigo en potencia"
El político gallego afirmó que los únicos ejecutivos de coalición hasta la fecha, los presididos por el dirigente socialista con sus alianzas con Podemos y Sumar, no han "funcionado" y no quiere darle ese "espectáculo" a los españoles otra vez "en los Consejos de Ministros". Su deseo es que el Gobierno sea monocolor, azul, el del PP, aunque se abre a "alianzas en el Congreso" donde solo dejará aparte a EH Bildu. No quiere cerrarse puertas con Aitor Esteban (PNV), Carles Puigdemont (Junts) y Oriol Junqueras (ERC), aunque les advirtió de que únicamente llegará a acuerdos que quepan "en la Constitución", una afirmación que deja mucho espacio a la negociación. Hasta los indultos caben en la Constitución, según el propio Feijóo.
Violencia machista
El jefe de la oposición ha pensado ya en las primeras medidas que tomará en los primeros 100 días en la Moncloa y las citó: entre otras, quiere un plan para la “regeneración democrática e institucional”, otro para mejorar el acceso a la vivienda y una hoja de ruta para salir del "infierno fiscal" con una bajada generalizada de impuestos. Aunque la iniciativa que cosechó el aplauso más largo de sus 3.200 compromisarios llegó después de mencionar que trabajará para reducir la inmigración ilegal, un asunto capital para su principal competidor en las urnas, Santiago Abascal (Vox). "A quien viene a sumar, trabajar y con reglas, bienvenido. A quien viene a otra cosa, le diremos con claridad: 'aquí no", afirmó. Y hubo otro guiño más para los electores que se han ido a la ultraderecha y, hasta hace poco más de un lustro estaban bajo el paraguas del PP, porque Vox no existía. En línea con Abascal, el jefe de los populares sostuvo que "es posible combatir la violencia machista sin criminalizar a todo el género masculino". "Es posible el empoderamiento femenino sin convertir a los hombres en un enemigo en potencia", dijo en una reflexión que nunca había hecho hasta ahora.
"Este es tu momento, tienes a todo el partido detrás de ti", le dice Ayuso a su jefe de filas
También fue caluroso el respaldo del auditorio cuando habló de la defensa del español y de una ley para "garantizar la enseñanza" en ese idioma común en toda España, "respetando las lenguas cooficiales". Feijóo ya no usa su famosa expresión "bilingüismo cordial" que tantas veces repetía como presidente de la Xunta; ha visto que la expresión "bilingüismo" hablando del español y el gallego, por ejemplo, suena demasiado fuerte dentro de la M-30 madrileña. Este domingo habló de "equilibrio" y "cordialidad".
En su intervención, Feijóo miró más al futuro que al presente, aunque dedicó varios minutos también a criticar la acción de Sánchez en la Moncloa. "Le acuso de dañar la convivencia de los españoles. Le acuso de abandonar la centralidad y someter a su partido y a España en las minorías en todo (...) Le acuso de trocear el Estado, las fronteras, la caja común, la acción exterior, la política migratoria, todo a costa del bien común”, enumeró el jefe de la oposición rememorando la famosa carta del escritor frances Émile Zola en 1898. “La España de 2025 es más desigual que la de 2018”, lamentó entre aplausos sobre el daño que cree que ha hecho Sánchez al país.
Ayuso y la paciencia
El discurso acabó con abrazos y aplausos en el escenario con los expresidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy y con Ayuso. La presidenta madrileña le había hecho de telonera. Había curiosidad en el equipo del líder del PP por saber cómo iba a expresarse después de haber amagado en junio con presionarle con el modelo de primarias que ha impuesto Feijóo y decidir finalmente no dar esa batalla. "No es el momento de armar ruido. Tenemos que dejar que el infierno que está viviendo Sánchez luzca bien", decía uno de sus asesores estos días.
La dirigente madrileña, en su línea hiperbólica, volvió a dibujar una España al borde del derrumbe en todos los sentidos, retrató a Sánchez como un peligroso "comunista" y a Feijóo le dijo que se prepare porque "va a volver el golpe en Cataluña". Aunque lo que más gustó al equipo del líder del PP fueron sus segundos de compromiso y confesión: "Este es tu momento, tienes a todo el partido detrás de ti. Has dado tu mejor versión. Qué paciencia has tenido con todos nosotros estos años". Y la que puede necesitar Feijóo en los próximos meses... Tanto Aznar como Rajoy le han aconsejado que no se deje llevar por la "ansiedad" de creer que va a llegar rápidamente a la Moncloa. El miércoles, en el Congreso de los Diputados, el jefe de los populares se verá la cara con Sánchez en un pleno monográfico sobre la corrupción, una oportunidad de oro para comprobar si el primero sigue en racha y el otro ha perdido la baraka, esa palabra árabe que significa suerte providencial.
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