CAMBIO DE VOTO
El temor de Feijóo con los pensionistas forzó el volantazo en el decreto y siembra desconcierto en el PP
En Génova señalan que no podían afrontar la penalización de ser el partido que se opone a subir las pensiones. La decisión la tomó Feijóo a pesar de las discrepancias en el comité de dirección

Alberto Núñez Feijóo junto a Cuca Gamarra y Miguel Tellado en el último pleno del Congreso de los Diputados. / A. Pérez Meca
De votar en contra a votar a favor en una semana. El PP apoyará el nuevo real decreto ley que el Gobierno finalmente troceó y que recoge la amplia mayoría de ayudas sociales que habían sido tumbadas hace siete días -incluidas la revalorización de las pensiones, la bonificación al transporte público y ayudas para los afectados de la DANA- pero también la cesión del palacete de París al PNV y que los conservadores utilizaron como símbolo para explicar su rechazo absoluto al texto. El volantazo -una decisión que tomó directamente Alberto Núñez Feijóo tras preguntar uno a uno a los miembros del comité de dirección- ha sembrado el desconcierto en muchos sectores del partido, que reconocen dificultades para explicar la posición.
El gran motivo del sí al nuevo texto son los 12 millones de pensionistas en España que, de no haber un acuerdo en estas semanas, sufrirían una bajada en el mes de febrero. En el núcleo duro de Génova repiten que habiendo confirmado Junts su apoyo al decreto, el PP no podía afrontar la penalización de ser el partido que se opone a revalorizar las pensiones. Y daban por hecho “una campaña muy dura” contra los conservadores que podía resultar demoledora. Este temor fue decisivo para que Feijóo acometiera un giro que no se queda en la abstención -lo que comprendía la inmensa mayoría del partido- sino que pasa a ser un sí.
Además, fuentes populares aseguran que el dirigente gallego "consultó a otras personas de fuera" la decisión. Es habitual que comparta impresiones con los expresidentes, exministros y otras personas de su confianza.
En todo caso, en el partido hay una fuerte división de opiniones. La mayoría en la dirección nacional disentía, pero hubo algunos dirigentes, como la secretaria general, Cuca Gamarra, que compartían esta reflexión, al igual que Feijóo. La presión de los presidentes autonómicos que gobiernan -y que temían el desgaste- también hizo su parte.
Los barones consultados por este diario no recibieron ninguna llamada del líder popular, pero reconocen que votar en contra de la subida de las pensiones “por segunda vez” sí podía ser muy perjudicial para el partido. En la Puerta del Sol reconocen que es una decisión "complicada", pero insisten en que "el foco no puede estar en el PP" sino en "los cambios de opinión del presidente", valorando la apuesta por defender a los pensionistas.
Se da la circunstancia, por otro lado, que el nuevo decreto no recoge las entregas a cuenta para las comunidades autónomas, la mayoría en manos del PP. Algo de lo que se quejaban ayer algunos barones territoriales en público antes de saber que -a pesar de ello- su partido lo respaldaría.
Aunque desde el martes por la tarde en la dirección nacional decían “no descartar nada”, muchos cargos -tanto en la cúpula, como en los territorios y en el grupo parlamentario- veían más la abstención. Primero, por evitar un giro tan brusco tras días en los que el PP estaba convencido de haber ganado el relato con su rechazo, reiterando “el chantaje” de Pedro Sánchez y apuntándose un tanto muy importante -según repetían hasta ayer mismo por la mañana- al ver que el presidente necesitó dividir el decreto tal y como pedían, tras haberse negado.
Pero en el partido también ven que esta decisión compromete mucho la postura del PP y a algunos dirigentes en concreto, como el portavoz del grupo parlamentario, Miguel Tellado, muy cercano a Feijóo y que asumió en primera persona el rechazo del decreto por el palacete para el PNV que ahora se mantiene. Incluso los nacionalistas vascos emitieron un tuit (en la red social X) de cierta burla con bolsas de palomitas y recordando a los conservadores que su exigencia entraba en el texto final. También ministros y cargos socialistas no desperdiciaron la oportunidad de echar en cara al PP su bandazo. "Esto ha sido una jugarreta de Sánchez", reconocían en el partido conservador.
La reflexión en el entorno de Feijóo es la siguiente: “Si han separado las pensiones y otras ayudas como pedíamos, era difícil rechazarlo de nuevo. No vamos a ser el partido que vota en contra de los pensionistas. Zapatero congeló las pensiones y el PP de Feijóo no va a permitir rechazar la revalorización”, dicen, afirmando que la semana pasada la balanza se decantó al no para evidenciar la debilidad del Gobierno.
En efecto, Feijóo apostó hace siete días por asfixiar a Sánchez y lanzar un mensaje muy arriesgado: que el Gobierno no podía “chantajear” con un decreto en el que unía la revalorización de las pensiones con otras muchas medidas “imposibles” de apoyar para el PP. Feijóo llegó a decir que Sánchez utilizaba a los pensionistas como “escudos humanos”. Y por eso garantizó su apoyo si separaba las pensiones y otras ayudas sociales. En el partido conservador pensaron que el presidente tendría que recurrir a su apoyo y, por eso, descolocó mucho el acuerdo in extremis entre Sánchez y Junts, tal y como publicó este diario.
La victoria del relato había durado seis días y ni uno más. En el PP sacaban pecho del troceo del decreto que el Gobierno veía impensable y también señalaban que finalmente aceptaron debatir la proposición no de ley que insta a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. Pero el redactado final de Junts ha quedado bastante descafeinado, como quería Moncloa y haciendo una mención expresa a lo que dice la Constitución de esta herramienta.
El otro frente que se le abre al PP también viene de la mano de Vox. Su rival por la derecha, Santiago Abascal, se apresuró a criticar a Feijóo por "ayudar de nuevo a este gobierno ruinoso cuando está en dificultades". "Pero no caben las lamentaciones. Hay que hacer posible la alternativa. Si el PP prefiere estar en el insulto a Trump, en la asistencia a Sánchez cuando está en apuros, en el cordón sanitario contra Vox... Pues ellos verán. Nosotros seguiremos diciendo lo mismo", zanjó, anticipando el discurso que mantendrá en los próximos días contra los populares.
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