Armas nuevas

El Ejército equipará a los soldados con realidad aumentada y puntería electrónica para el combate a pie

Las firmas Indra y GMV prevén entregar este año a Defensa las primeras unidades de un asistente digital que conectará al militar con blindados, drones y lentes inteligentes

Un soldado, con una lente de realidad aumentada de su Sistema de Combate a Pie

Un soldado, con una lente de realidad aumentada de su Sistema de Combate a Pie / Indra

Hasta la zona de contacto con tropas enemigas ha llegado, en un vehículo de combate, un pelotón de infantería. Los soldados saltan del blindado, y se despliegan en silencio entre monte bajo en la periferia de unas naves industriales. Ponen metros entre sí, pero están en contacto: cada uno lleva auriculares y micrófono para un chat grupal de radio, y para recibir por la misma vía otra información, datos del puesto de mando que les repica el blindado, convertido ahora en una nodriza a la que todos están también conectados.

Al calarse una lente fijada al casco, cada soldado ve el mismo monte bajo y el mismo polígono industrial, pero también una flecha de color que se ilumina sobreimpresa, indicando la dirección que deben seguir. Otros colores señalan dónde están los suyos y dónde los contrarios.

Un dron del tamaño de la palma de la mano vigila por delante, y envía un dato crucial. En la lente les aparece a los soldados otro realce de color, este indicando una silueta térmica humana, allí donde el robot volador ha localizado a un francotirador. A cubierto tras una tapia, uno de los soldados saca el fusil por encima, sin asomarse, sin exponerse. Lo que ve la mira telescópica del arma le aparece también en la lente. Apuntará al francotirador, lucirá en verde el punto de mira... y hará fuego sin fallo.

No es ni ciencia ficción ni distopía para un guión cinematográfico, sino I+D del Ministerio de Defensa. Ingenieros de las firmas Indra y GMV están incorporando a un sistema de asistencia digital al soldado en el campo de batalla capacidades de visión de realidad aumentada, conexión del hombre con su vehículo, interacción con drones y EFU, o Eficacia de Fuego mediante el afinado electrónico de la puntería… y más adelante inteligencia artificial para fijar objetivos o evaluar el estado del infante. Defensa planea equipar a sus tropas con el SISCAP, o Sistema de Combate a Pie.

Preguntas clave

“Cada segundo es muy valioso en el campo de batalla -dice Álvaro Rodríguez, ingeniero, director comercial del programa SISCAP en Indra-. Intentamos que el soldado no se sienta perdido una vez que baja de su vehículo y se ve en el campo”.

“El sistema del combatiente sirve, en su nivel más básico, para saber dónde estás, dónde están tus compañeros y dónde tus enemigos. Con eso se aumenta muchísimo la protección”, explica José Luis Delgado, jefe del programa SISCAP en GMV.

Los dos ingenieros que resumen así el sistema combinan equipos de las dos firmas a las que Defensa ha encargado y financia, a través de la Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación, esta I+D de la industria militar que digitalizará al soldado español en la labor de la vigilancia o en el momento clave del choque con el enemigo.

Las capacidades del sistema de combate a pie proporcionan al soldado un bien preciado

Las capacidades del sistema de combate a pie proporcionan al soldado un bien preciado / GMV & Indra

Hay un sargento en la Academia de Infantería de Toledo que les da así la primera explicación a los civiles ucranianos que le llegan para recibir una instrucción con la que aguantar en el frente: “Cuando llegas al campo de batalla debes saber: uno, dónde estás; dos, dónde está el enemigo; tres, hacia dónde moverte; cuatro, cómo moverte; y cinco, cuándo moverte. Si te falta respuesta para alguna de estas preguntas, tienes un problema”. El Sistema de Combate a Pie dará respuesta a varias, si no a todas, de esas cuestiones.

A ese conjunto de respuestas las llaman los ingenieros de Indra y GMV “consciencia situacional”, algo de lo que hoy se habla mucho en el mundo de la defensa. Es, de hecho, uno de los factores más preciados en la guerra.

En pruebas

Indra se está encargando de la combinación de sistemas de orientación y transmisión de órdenes, de la integración de tecnologías en un sistema que será modular, escalable en capacidades según la misión del combatiente. GMV investiga en las baterías para hacer el SISCAP más portátil y resistente, en el EFU y en el software del ordenador principal del soldado, que distribuirá la energía al sistema.

“No hay una configuración única, no es una solución sola para todos. Puede pesar desde cinco kilos hasta once, dependiendo de lo que necesite el soldado en ese momento, y de si lleva baterías para unas horas o para tres días... Es que no tiene sentido que todos lleven lo mismo”, explica Delgado. “Para nosotros, más que la prisa en el desarrollo del sistema prima la robustez, la eficiencia, que esos equipos tecnológicos no te dejen tirado en el campo”, relata Rodríguez.

El sistema ya pasó por unas primeras pruebas, siete unidades con cables y antenas al aire con las que un pelotón de legionarios corrió, vigiló y disparó el pasado verano en el campo de maniobras de la Academia de Infantería en Toledo.

Un soldado y un ingeniero, en las pruebas del SISCAP.

Un soldado y un ingeniero, en las pruebas del SISCAP. / GMV

El SISCAP, todavía en fase de investigación, entra en el momento de lo que llaman “preserie”. Son cuarenta unidades más perfeccionadas que podrían ser entregadas este año. Después vendrá otro perfeccionamiento, otra vuelta a la ergonomía de los aparatos, su peso y su manejabilidad, antes de una fabricación masiva que podría llegar en 2030.

La carrera

España se incorpora a un reducido grupo de países cuyos ejércitos investigan en la asistencia digital en el combate, como Estados Unidos, Reino Unido, China, Israel, Alemania, Francia, Polonia y Bélgica. Otros ejércitos, como los de Marruecos y Argelia, no tienen la capacidad industrial y de investigación detrás, pero sí voluntad de comprar.

Es un secreto si en el frente ucraniano han sido utilizados sistemas de este tipo, occidentales y con tantas capacidades… pero no lo es que el soldado ucraniano interactúa cada vez más sincronizado con los drones en ataques a blindados y búnkeres rusos.

Algunos ejércitos occidentales han llegado antes a esta innovación, incluso un lustro antes, pero ahora se ven obligados a reformar lo hecho porque las tecnologías van quedando rápidamente obsoletas.

En esta carrera se demuestra mejor llegar a tiempo que llegar primero. Lo corrobora José Luis Delgado, de GMV: “Este tipo de sistemas se están haciendo en diversos países, y cuando vas a una misión internacional ocurre que unos usan unas baterías con una conexión, otros con otra, los sistemas de comunicación no coinciden… -cuenta-. Y se trata de ser lo más eficientes posible, y de que el sistema español sea capaz de hablarse con el alemán, el francés…”

Dos legionarios, equipados con prototipos del SISCAP en el campo de entrenamiento de la Academia de Infantería de Todelo.

Dos legionarios, equipados con prototipos del SISCAP en el campo de entrenamiento de la Academia de Infantería de Todelo. / Indra

Pesa sobre toda esta iniciativa un factor político, el objetivo de Defensa de lograr soberanía tecnológica militar, reducir dependencia del exterior. A la vez, la condición impuesta por el Gobierno de que la inversión en armas y sistemas se quede al máximo en empresas y puestos de trabajo de España.

En el caso del SISCAP, prácticamente todo el sistema se hace aquí. “Si vas a una misión, y tu sistema depende de elementos que has comprado a otro país, y tienes una avería, dependes del suministrador de ese país, que a su vez tiene otras derivadas… Con este programa esa dependencia se reduce”, explica Delgado.

Ingeniería, personal y gestión del programa son cien por cien españoles, pero no todo queda en casa. Las radios del Ejército son israelís, pero la glaciación en las relaciones diplomáticas Madrid-Tel Aviv no ha afectado al sistema.

Hombres y robots

En la actual fase de desarrollo del SISCAP se intenta, explica Álvaro Rodríguez, de Indra, de que el equipo no le añada demasiada carga al soldado y sea “un sistema robusto, cuyos cables y conexiones aguanten las vibraciones, el uso exigente en el combate, que no te deje tirado en el campo” y, además, “capaz de hablarse con otros elementos, con el dron, con el vehículo del que ha desembarcado, el centro de mando y control… Lo que ve el soldado puede llegar a un carro, o al revés, y un avión puede informar al soldado de lo que ve al pasar…”.

El 5G militar y el auge de sistemas autónomos y drones aéreos y terrestres hacen “muy necesario que el soldado sea capaz de interactuar con las máquinas, un elemento no tripulado que va a ser cada vez más inteligente”, añade.

Para Rodríguez, este tipo de sistemas de digitalización de la batalla reducirán la letalidad de la guerra “al menos en daños colaterales e impactos no deseados”.

Con todo, “no creo que el elemento humano se vaya a obviar nunca en el combate”, dice su colega de GMV. “La tecnología permite ahora hacer cosas que parecían imposibles hace algunos años. Pero en este sistema el hombre es lo importante, es el que se baja del vehículo y pone las botas en el terreno. La principal plataforma del Ejército, la más importante, sigue siendo el soldado”.

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