Congreso de Junts

Puigdemont pasa página del 1-O y ordena Junts para recuperar poder desde la centralidad

El líder del partido independentista ha reclamado dejar de "resistir" y "pasar a la ofensiva"

Un momento del CoNgreso de Junts.

Un momento del CoNgreso de Junts. / EFE

Carlota Camps

Junts cambia de tercio. El congreso celebrado este fin de semana en Calella (Maresme) ha servido para reordenar el partido y prepararlo internamente para la nueva etapa, centrada en confrontar con el Govern de Salvador Illa y en negociar con el PSOE, de tú a tú. "No podemos caer en el error de no reconocer que estamos en una nueva etapa política", ha admitido el propio expresident Carles Puigdemont en su primer discurso como nuevo presidente de Junts. Su candidatura, la única que se ha presentado, ha recibido el aval de más de un 90% de la militancia, aunque la participación en la votación no ha llegado al 45% de los votos.

En la clausura del cónclave, celebrada justo el día que se celebra el séptimo aniversario de la declaración unilateral de independencia, una fecha nada casual, Puigdemont ha reclamado dejar de "resistir" y "pasar a la ofensiva". "Ahora toca salir a jugar un nuevo partido", ha afirmado el expresident, dando a entender que la formación no renuncia ni renunciará a la independencia, pero que la estrategia será diferente a partir de ahora.

Puigdemont, que a partir de este lunes volverá a tomar las riendas del partido y lo hará acompañado de su núcleo duro y con una dirección donde la mitad de las caras serán nuevas, ha reconocido que el partido debía "mejorar a nivel organizativo" y "abrirse", un proceso que considera que no ha hecho más que empezar. Su intención, ha apuntado, es seguir los pasos de Junts pel Sí. "La herramienta ahora es Junts per Catalunya, nos toca salir de los cuarteles de invierno, dónde hemos resistido estos primeros años", ha apuntado. Unas palabras de Puigdemont que certifican el cambio estratégico del partido, centrado ahora en organizarse internamente y no en la voluntad de ser un 'movimiento', como intentó después de 2017 con proyectos como la Crida.

Según el expresident, Junts debe "adaptarse al nuevo contexto" y ocupar la "centralidad". El objetivo es recuperar cuotas de poder en Cataluña para romper el "monopolio asfixiante" del PSC, presente en el acto, igual que ERC. Los posconvergentes tienen actualmente un poder institucional residual en Cataluña, con el ayuntamiento de Sant Cugat -la duodécima ciudad más poblada- o la Diputación de Girona como principales reclamos. Sin embargo, sus siete diputados en el Congreso de los Diputados son claves para el Gobierno de Pedro Sánchez.

También el secretario general, Jordi Turull, que ha salido reforzado de este congreso, ha hablado de "declinar" el 1-O y de dejar "nostalgias y melancolías". Turull ha asegurado que Junts apuesta la unilateralidad cuando "no hay otra vía", pero ha defendido la actual estrategia de negociación con el PSOE, aunque sin "arrugarse". "No estamos casados con nadie", ha exclamado, al tiempo que ha tratado de marcar distancias entre la estrategia del 'peix al cove' de la antigua convergencia y conformarse con las "migajas".

Negociación con el PSOE

De hecho, la nueva hoja de ruta de Junts, aprobada también este domingo como un 99% de apoyos, trata de afianzar justamente la nueva estrategia de negociación con el PSOE, que la define como "inevitable" dado el contexto actual. Es cierto que el documento también defiende "mantener en tensión" al Gobierno y "plantarse" si los acuerdos alcanzados "se rompen unilateralmente o se incumplen de forma reiterada", como ha apuntado Turull en su discurso. Sin embargo, no hay ningún mecanismo para evaluar con la militancia su apoyo a Sánchez, a diferencia la consulta interna que acabó con su salida del Govern en 2022.

Además, la única enmienda que pedía romper con el PSOE fue retirada a última hora y ya no llegó ni a debatirse en este congreso. Sí se incorporó es una referencia a que Junts no renuncia a la unilateralidad. Sin embargo, desde fuera del Govern de la Generalitat y de las principales instituciones catalanas, tampoco tiene poder material para aplicarla.

"Sin etiquetas"

El congreso también ha servido para definir la nueva posición de Junts en cuestiones como el fenómeno migratorio, la problemática de la vivienda o la política fiscal. La nueva hoja de ruta de los posconvergentes propone que el catalán sea un requisito para "renovar los permisos de residencia y trabajo" y habla de una "reducción justa" de los impuestos de sucesiones o patrimonio, tratando de encontrar un término medio entre las posiciones más liberales del partido, que querían su eliminación, y las corrientes más próximas a la izquierda.

A ello se ha referido Turull en su discurso, en el que ha definido Junts como el partido que "ha tenido el coraje de abrir el debate de la multirreincidencia" o de "plantar cara a las políticas de vivienda fracasadas" que asegura que han hecho aquellos "partidos que prefieren que los jóvenes ocupen a que sean inquilinos o propietarios". Así mismo, ha reivindicado que Junts haya sido el partido que ha empezado a "habar de inmigración" y a "plantar cara al buenismo y a los xenófobos", alejándose así tanto de la estrategia de Aliança Catalana, como de la de la CUP y los Comunes.

El congreso ha contado con la presencia del expresident Artur Mas, así como de representantes de otros partidos, entidades y sindicatos. Entre ellos, Josep Maria Jové (ERC), Joaquin Fernández (PSC), Andoni Ortúzar (PNB), Jon Iñarritu (Bildu), Xavier Antich (Òmnium), Noemi Zafra (ANC), Camil Ros (UGT) o Antoni Cañete (Pimec).

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