Presidencia de la UE

El adelanto electoral tumba en línea de meta las propuestas parlamentarias para la presidencia de la UE

Tras meses de viajes, negociaciones y aplazamientos, decae un texto de prioridades para el semestre elaborado con el acuerdo de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos

Pedro Sánchez, con el primer ministro portugués, António Costa, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en Bruselas.

Pedro Sánchez, con el primer ministro portugués, António Costa, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en Bruselas. / EFE

Mario Saavedra

La decisión por sorpresa de Pedro Sánchez de disolver las Cortes y adelantar las elecciones al 23 de julio ha acabado con las posibilidades de que el Parlamento le entregue el documento con las recomendaciones consensuadas por los grupos políticos para la presidencia de turno de la Unión Europea que España asume a partir del 1 de julio. Decenas de propuestas concretas sobre a qué debe dedicar sus esfuerzos el presidente del Gobierno mientras también lo es del Consejo en el segundo semestre del año. Cuáles de los dosieres abiertos en la Unión debían cerrarse de forma prioritaria antes de que acabe el año y la legislatura europea vaya tocando a su fin. 

Se constituyó la ponencia, una suerte de grupo de trabajo parlamentario. Se llegó a consensuar un texto, al que ha tenido acceso este diario, aprobado por PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos, con el voto en contra de los independentistas y nacionalistas, y Vox. Pero cayó antes de llegar a la meta: debía ser votado en la Comisión de la Unión Europea, pero no pudo ser. Se interpuso el adelanto electoral. Ahora el informe, elaborado gracias a decenas de comparecencias, viajes a varios países europeos y mucha documentación, ha quedado en papel mojado. Nadie lo tiene en cuenta, está muerto, explican fuentes parlamentarias, que se lamentan de que había sido un esfuerzo novedoso y constructivo por todas las partes. 

El texto preliminar, acordado en la ponencia pero a falta de ser votado en Comisión, entra en harina y propone recomendaciones concretas junto a otras más generales. Pide seguir ayudando a Ucrania contra la "brutal agresión del régimen de Putin", pero también insta a España a que trabaje para buscar la paz, y que se apoye a Kiev en su camino de adhesión a la UE. Que se impulse desde Madrid el acuerdo de libre comercio con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) al que se opone Francia. Aboga por la reforma de las reglas fiscales del Pacto de Estabilidad para que se "conjugue de forma equilibrada el rigor presupuestario con las necesidades de la sociedad". Pide implementar el plan de inversiones europeo Global Gateway "como alternativa a la iniciativa china de la “nueva ruta de la seda". Que se fomente la inversión en microchips y que se aseguren las materias primas. Hay puntos sensibles para Vox, como la petición de impulsar el Pacto Verde Europeo o el de Migración y Asilo, o políticas de lucha contra la violencia de género o LGTBI+; otros aspectos fueron incluidos por los grupos catalanes, como la necesidad de aprovechar el semestre europeo para impulsar la presencia en las instituciones comunitarias “de las lenguas oficiales del Estado distintas del castellano”.

Ese texto podría haber sido una suerte de puente de consenso interpartidista sobre qué debe hacer España con su presidencia. Si hay cambio de Gobierno, como apuntan las encuestas, las prioridades del nuevo presidente pueden cambiar. Por eso Pedro Sánchez ha pedido posponer de julio a septiembre la comparecencia ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo como presidente de turno del Consejo. Debía presentar, precisamente, sus prioridades para la presidencia. No tenía sentido que él comprometiera ante los 705 eurodiputados algo que vinculara, eventualmente, a un nuevo jefe del Ejecutivo unas semanas después. También se ha aplazado la visita de la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo, prevista para este 26 de junio en Madrid. Este jueves, Sánchez ha anunciado que se adelanta la llegada del Colegio de Comisarios, el “ejecutivo” comunitario, al 3 de julio para que la visita no coincida con el arranque de la campaña. 

El PP critica al Gobierno porque no hay diálogo sobre la presidencia española de la UE. Pedro Sánchez no ha llamado a Alberto Núñez Feijóo, y tampoco hay contactos entre los partidos. Menos con las Cortes disueltas. Tampoco el ministerio de Exteriores ha contactado con los principales responsables de las comisiones parlamentarias. Desde el Gobierno aclaran que no es necesario, que España es un estado consolidado y que habrá una transición en lo que a la presidencia europea se refiere igual que con el resto de asuntos en cartera. 

Pero hay temor en algunas cancillerías europeas a que el proceso electoral (primero la campaña, luego las negociaciones para la formación de Gobierno) hagan perder el foco al presidente español de turno de la Unión. Que se pierda el impulso político, la quintaesencia de una presidencia rotatoria, porque el foco está puesto en ganar unas elecciones y luego en conseguir los votos para sacar adelante una investidura. Es complicado poner al mismo tiempo cuerpo y alma en los asuntos europeos. En público, los responsables de Madrid y Bruselas dicen que todo seguirá adelante sin problema. Y se destaca que ya ha habido elecciones en plena presidencia, por ejemplo en Suecia y Francia y que, en todo caso, ya se sabía que iba a ser una “presidencia corta”: ahora se pierde la primera mitad; con el calendario electoral inicial, con cita en las urnas a finales de año, se habrían perdido noviembre y diciembre.

La presidencia española de la Unión abarca desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre. Habrá una gran cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la Alhambra de Granada. Otra cumbre con los países de América Latina en Bruselas. Dos docenas de encuentros de trabajo entre los ministros de los 27 en 24 ciudades españolas. En Santiago de Compostela, además, se recibirá a los ministros de Economía de los países iberoamericanos, y se los juntará con los europeos. Esta presidencia rotatoria ocurrió por última vez en 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno, y no volverá a ocurrir hasta 2035. 

Viajes por toda Europa

La Comisión Mixta para la Unión Europea del Congreso decidió crear, el 28 de junio de 2022, una ponencia “como cauce de participación en la preparación de esa presidencia”, por una cita que consideraban clave. La presidió la socialista Susana Sumelzo. Se decidió que su duración fuera limitada, en concreto hasta el 31 de marzo de 2023, ampliado posteriormente hasta el 30 de abril y luego pospuesto de nuevo hasta el 31 de mayo. El objetivo era que sus conclusiones pudieran ser conocidas por el Gobierno antes del comienzo de dicha presidencia. Un documento no vinculante, eso sí. También se iba a enviar a los 27 Parlamentos de los países de la UE. El e-mail ya estaba preparado, confirman desde la ponencia. 

El informe pasó la fase, pero debía ser aprobado en Comisión. El adelanto lo impidió. Tampoco era seguro que tuviera los votos necesarios. 

El trabajo de los diputados no se ha perdido del todo. Hubo muchos viajes, en los que se hizo diplomacia parlamentaria: se presionó a Francia para que aceptara el acuerdo de Mercosur con la UE, o se recabó la sintonía que había con otros países frontera para avanzar el Pacto de Migración y Asilo. Estuvieron en Atenas, Helsinki, París, Berlín, Roma o Lisboa para reunirse con otros parlamentarios o miembros de las delegaciones diplomáticas europeas. Han recibido a delegaciones de un buen puñado de países europeos. Han comparecido el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el secretario de Estado de la UE, Pascual Navarro. Se ha coordinado con autoridades autonómicas, que van a estar muy presentes en los actos de la presidencia, dos docenas de reuniones de ministros de la UE en otras tantas capitales de provincia españolas.