ELECCIONES 28M

Coleccionar papeletas electorales durante toda una vida: "Tienen valor porque hubo un día en el que no podíamos votar"

Fermín Alba Gómez ha guardado en su casa durante años los boletos de más de dos décadas de comicios, pero, al mudarse a una casa más pequeña, decidió que lo mejor era ponerlas a la venta

Fermín Alba Gómez colecciona en su casa todas las papeletas de voto presentadas por Madrid en todas las elecciones habidas de 1977 a 1990.

Fermín Alba Gómez colecciona en su casa todas las papeletas de voto presentadas por Madrid en todas las elecciones habidas de 1977 a 1990. / Alba Vigaray

Ana Ayuso / Alba Vigaray (Fotos)

Fermín Alba Gómez votó por primera vez, como gran parte de los españoles, en las elecciones generales de junio de 1977, las primeras tras la dictadura. En aquel momento, este vallecano no había alcanzado la mayoría de edad, que entonces se elevaba a los 21 años. Pero, por un "error en el censo", fue llamado a las urnas y formó parte de su mesa electoral a sus 18 años. "Como a mí me gustaba aquello, porque era de los peleones, de los que pensaban que había que luchar porque la gente pudiera votar, voté sin tener la autorización", recuerda. Al llegar a la mesa, le dio por coger una papeleta de cada uno de los partidos que se presentaban para guardarlas en su casa.

"Eso ya lo convertí en hábito y, a partir de esas elecciones, cogí las de todas las municipales, las de las Comunidades Europeas, las de plebiscito... todas", declara este amante de los comicios. Lo hizo entre ese año 1977 y 1990, aunque también guarda papeletas posteriores. Cuando se jubiló el año pasado, se mudó de "una casa muy grande a una bastante más pequeña, porque ya sólo estamos mi mujer y yo". La falta de espacio le hizo replantearse qué hacer con los boletos electorales, que ocupaban varias cajas de cartón grandes.

Fermín Alba Gómez coloca su colección de papeletas electorales en el salón de su casa.

Fermín Alba Gómez coloca su colección de papeletas electorales en el salón de su casa. / Alba Vigaray

"Pensé que igual podíamos sacar un dinero si las vendíamos". Ofreció las más antiguas primero en Todocolección, la plataforma de compraventa de todo tipo de elementos de colección más importante a nivel nacional. Fijó el precio en 1.000 euros. "Me daban mucho la lata con el tema morboso para que les buscase una papeleta concreta, pero nadie me las compraba", afirma, por lo que ofreció también el lote en Wallapop, una plataforma a la que acceden más usuarios, por 350 euros.

Ha recibido muchos mensajes de personas interesadas en papeletas concretas en las que, en alguna ocasión, aparecían ellos mismos o algún familiar. "Yo puedo entender que alguien quiera tener esa papeleta y yo, como mucho, les hago un favor a los que aparecen en las listas o a sus familiares de hacerles una foto, pero llega un momento en el que te vuelven loco", asegura este vallecano.

"Yo soy coleccionista compulsivo y vendo bastantes cosas, pero esto de las elecciones es un rollo. Ha habido comicios en los que se presentaban más de 30 partidos, en los que ni la mitad son conocidos, pero, si alguien se entera de que un familiar iba en las listas, quieren comprar la papeleta. Incluso me daban 50 o 60 euros, pero, no, lo dejé. Cuando me mandan una de estas, ya directamente ni contesto", explica algo resignado. 

Fermín Alba Gómez muestra las papeletas de las primeras elecciones generales de la democracia, del año 1977.

Fermín Alba Gómez muestra las papeletas de las primeras elecciones generales de la democracia, del año 1977. / Alba Vigaray

A Fermín Alba Gómez le ofrecieron en su juventud formar parte de alguna lista electoral. "Yo era conocido de Juan Barranco -alcalde de Madrid entre 1986 y 1989-, porque estaba en la Junta de Nueva Numancia, en Vallecas. Podía haber ido con él. Hombre, el 20º o el 30º de la lista, pero ahí quedó la cosa y con los años lo vi todo de otra forma", rememora. Él reconoce que tuvo "muchas inquietudes políticas". "He sido muy peleón. Soy vallecano y universitario. Sé lo que eran los años 70, que fueron muy duros. Con 16 o 17 años era más extremista de lo que soy ahora. Para mí, el hecho de votar era importantísimo", sostiene.

Él aprecia, por encima de su identidad de "coleccionista compulsivo", la "posibilidad de elegir, aunque nos equivoquemos". "La gente como yo, los que estamos en los 65 años o alrededor, sabemos que eso ha costado muchísimo. Para mí es importantísimo que la gente vote", dice, y por eso siempre ha apremiado a sus hijos y nietos a que ejerciesen su derecho, independientemente de a quién votasen. 

Se acuerda, con cierta pena, de un mensaje que recibió hace unos días a través del chat de Wallapop. "Me preguntaba una chica joven: 'Oye ¿eso de verdad tiene valor?'. Me sentó hasta mal. Le contesté que no sabía la edad que tenía ella, pero, si ella hubiera tenido la inquietud de votar y no hubiese podido, porque no la dejaran, entonces vería que sí que tiene valor. Para mí es importante".

Coleccionar papeletas electorales durante toda una vida: "Tienen valor porque hubo un día en el que no podíamos votar".

Coleccionar papeletas electorales durante toda una vida: "Tienen valor porque hubo un día en el que no podíamos votar". / Alba Vigaray

Escasa afición por el coleccionismo de papeletas

David Fernández, un burgalés de 32 años aficionado al coleccionismo de papeletas y propaganda electoral, guarda también en su casa un lote de Madrid de 1977. Pagó por el conjunto cinco euros. Comparte con Fermín Alba, a pesar de las décadas que les separan, la pasión por recopilar este material desde que era un chaval. "Llevo coleccionando la propaganda que llegaba a casa de mis padres desde que tenía 13 o 14 años. Me las quedaba simplemente por curiosidad. Cuando cumplí los 18 y pude votar, fui haciéndome con papeletas", relata.

Desde el año 2005, recolectaba partido a partido los boletos de cada uno de los comicios en los que pudo votar. Fue su madre quien le inspiró a hacerlo. Ella guardó "con mucho cariño" una papeleta de unas elecciones municipales de los años 80 y David Fernández, al verla, siguió sus pasos y fue mucho más allá.

Él, a diferencia del madrileño, no tenía ninguna inquietud política, pero recuerda que "de pequeño" le llamaron la atención los logos de los partidos políticos y por eso guardó las propagandas. Le gustan sobre todo las listas locales en las que, en vez de indicar el nombre completo del aspirante, "aparece su mote", agrega. Ahora, busca boletos electorales canarios de 2019 porque le gusta que cada cabildo se distinga por un color diferente.

Fernández conserva sus papeletas en un cajón y las ordena por tamaños. Este "aficionado al papel" recalca que no es habitual encontrarse con un coleccionista de material electoral. "Creo que hay muchísima oferta para una demanda más bien media-baja", sostiene. Fermín y David tendrán el 28 de mayo una nueva oportunidad para ampliar sus colecciones únicas.