Campaña del 28-M

Los datos internos del PSOE concluyen que ETA no mueve voto: "El PP está desesperado"

En el partido consideran que se trata de "un tema del pasado", que dejó de preocupar "hace mucho tiempo"

Pedro Sánchez, en acto electoral en Palma.

Pedro Sánchez, en acto electoral en Palma. / CATI CLADERA

Juan Ruiz Sierra

El PSOE cree que esta puede ser la última campaña en la que el PP invoque a ETA. El augurio recorre desde hace días la sede socialista, en la madrileña calle de Ferraz, hasta convertirse casi en un mantra. Pero este supuesto punto y final del recurso a la desaparecida banda terrorista, continúan en la formación que lidera Pedro Sánchez, no obedece a que los conservadores tengan propósito de enmienda y vayan a arrepentirse a partir del 28 de mayo de acusaciones como la de que el presidente del Gobierno es “más generoso con los verdugos que con las víctimas”. El motivo es otro: el resultado electoral, aseguran, plasmará que ETA ya no mueve voto. 

Los 'trackings' del PSOE (las encuestas que el partido realiza a diario) lo dejan claro. La polémica sobre las listas de los aberzales, que incluyen a 44 condenados por colaboración o pertenencia a la organización terrorista, ha monopolizado el primer tramo de esta campaña, pero no ha propiciado cambio alguno en los votantes, según este relato. "Es un tema del pasado, que dejó hace mucho tiempo de preocupar. No solo en los más jóvenes, porque no vivieron los atentados, sino en todo el electorado. El PP ha forzado la máquina en una reacción desesperada, al concluir que no va a haber vuelco en las urnas. Pero tras el domingo ya no podrá volver a usar a ETA, ni siquiera en las generales de finales de año", argumentan en la dirección socialista. 

“Para nosotros es un tema agotado -continúan las mismas fuentes-. Sánchez reaccionó con dureza y calificó de indecentes las candidaturas de Bildu para que no cupiera ninguna duda. A partir de ahora no vamos a entrar más”. Desde que trascendió la presencia de exetarras en las listas de la izquierda aberzale, solo el aragonés Javier Lambán y el castellano-manchego Emiliano García-Page han criticado los acuerdos del Gobierno con sus cinco diputados en el Congreso, pero la nota discordante de ambos barones es algo que en la cúpula del PSOE se daba por descontada. “No vamos a cambiar nuestro guion en esta última semana. Está funcionando. Continuaremos con mensajes en positivo, centrados en la gestión y los problemas de la gente, que al final vota en clave local y autonómica”. 

Los socialistas dan por cerrada la polémica por las listas de Bildu y mantendrán su modelo de campaña basado en la gestión local y los anuncios de Sánchez

La vertiente nacional

Ocurre, sin embargo, que tanto Sánchez como Alberto Núñez Feijóo han planteado estos comicios en clave nacional. El presidente del PP insiste en que aquí se trata de “derogar el sanchismo”. El jefe del Ejecutivo protagoniza la campaña y copa los titulares con sus continuos anuncios de medidas sociales (sobre vivienda, lucha contra la sequía o educación) que el Consejo de Ministros aprueba después a la carrera. Este fin de semana avanzará nuevas iniciativas, explican en su entorno. Hay varios factores que explican este enfoque. La novedad que representa Feijóo, que alcanzó el liderazgo conservador hace poco más de un año tras la forzada dimisión de Pablo Casado. El desgaste de Sánchez, que necesita reactivar su figura. Y sobre todo la cercanía temporal de las elecciones generales.

El precedente más claro de unos comicios locales y autonómicos a solo unos meses de la elección del próximo Gobierno central se sitúa en 2011. Aquella cita sirvió para que el PSOE se despidiera de gran parte de su poder en comunidades y municipios, haciendo imparable la sensación de cambio de ciclo que después se vio confirmada por la mayoría absoluta de Mariano Rajoy. Pero el partido no planteó esas elecciones como una primera vuelta de las generales. “La situación era muy distinta a la de ahora -recuerda un antiguo dirigente que formaba parte de la ejecutiva-. Nosotros estábamos muy mal, perdiendo voto a espuertas, y la situación económica, en plena crisis, no permitía que lanzásemos anuncios desde el Gobierno como los que ahora lanza Sánchez”. 

Salvo en La Rioja, donde hay muchas dudas, aspiran a revalidar todo su poder autonómico y ampliar el municipal gracias a Barcelona y Zaragoza

En cualquier caso, esta vez no se repetirá lo que ocurrió entonces, aseguran en la dirección socialista. “No va a haber ninguna debacle”, insisten. El PSOE se juega el próximo domingo mucho más que el PP: gobierna en 9 de las 12 autonomías que celebran elecciones, mientras los conservadores solo dos, Murcia y Madrid, donde todas las encuestas coinciden en que revalidarán su mandato. Pero los colaboradores de Sánchez afirman que resistirán. Salvo en La Rioja, que genera muchas dudas, los socialistas confían en mantener todas sus comunidades y ampliar los gobiernos locales gracias a los resultados en grandes ciudades como Barcelona y Zaragoza. Pero no solo dependen de sí mismos. En la Comunitat Valenciana, por ejemplo, que se presenta como la madre de todas las batallas, el president, Ximo Puigpuede mejorar sus resultados pero despedirse del cargo. Sus socios de Compromís y Podemos están ahora peor que hace cuatro años.

Quién ganará las municipales

Sobre el resultado global en las municipales hay división de opiniones en el PSOE. Fuentes de la dirección del partido anticipan que estarán “ahí ahí” con el PP, pero subrayan que lo importante, en realidad, es cuántas comunidades y municipios logran gobernar, no qué partido gana en votos en toda España. 

Hay dirigentes más optimistas. Un ministro anticipa que el PSOE superará en apoyos al PP. “No tengo dudas. Por un lado, presentamos 300 listas más que ellos. Por otro, la diferencia en Cataluña será enorme”, señala. “Es cierto que durante la campaña vives en una burbuja, alejado de la realidad. Vas de mitin a mitin y solo te rodeas de los tuyos. Aun así, yo veo a nuestro electorado muy movilizado -concluye este miembro del Gobierno-. Y cuando viajo a capitales europeas percibo que España está de moda, que nos tienen envidia por nuestras medidas, las cifras de crecimiento económico y el control de la inflación. No sería la primera vez que nos ven fuera de una manera y dentro de otra, pero este clima de opinión nos debería beneficiar”.