POLÉMICA DE CAMPAÑA

El Gobierno niega que hablara con Bildu para apartar a los etarras con delitos de sangre

Ortuzar lo vincula sola con la estrategia electoral de los 'abertzales' pero critica que Sánchez actúe pensando en una próxima investidura

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. / EFE

Marisol Hernández

La Moncloa ha negado este miércoles de manera tajante que el Gobierno haya mantenido contactos con EH Bildu para que apartaran de sus listas a los siete etarras con delitos de sangre. En las últimas horas esta posibilidad ha sobrevolado el debate político, sobre todo porque el Ejecutivo ni en público ni en privado se había mostrado claro sobre si hizo alguna gestión para provocar la decisión de Bildu. El fondo de este movimiento habría sido el daño que este asunto estaría haciendo a la campaña socialista porque el independentismo vasco ha sido uno de los apoyos parlamentarios del Gobierno de coalición durante esta legislatura.

Fuentes gubernamentales han confirmado que no ha existido interlocución y vinculan esta especulación con teorías "conspiranoicas". Moncloa atribuye únicamente al "empuje" del Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite) la corrección de Bildu. Ni en el Ejecutivo ni en el PSOE admiten que este tema pueda afectar a la movilización del electorado socialista y sólo ven consecuencias -negativas- para el PP. Porque "alimenta a Vox", aseguran. Y porque es "lo que siempre utilizan" cuando "van perdiendo". "Están instrumentalizando el terrorismo y de eso la gente se da cuenta".

Ni siquiera se reconoce que haya trastocado la campaña de anuncios que habían diseñado porque las medidas que sigue desgranando Pedro Sánchez , señalan, continúan teniendo impacto. Distintas fuentes territoriales aseguran también que sus sondeos no reflejan una bajada del apoyo al PSOE en los últimos días.

Esta mañana, en una entrevista en Onda Cero, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, vinculó solo a la situación interna de Bildu y a las denuncias de las víctimas la renuncia a que los siete integrantes de sus candidaturas con delitos de sangre asuman finalmente el cargo de concejal, en caso de ser elegidos. "No midió su decisión inicial" que, según Ortuzar, se produce porque en la izquierda abtertzale hay una parte que "no ve con buenos ojos" que tengan "posiciones más templadas y colaboradoras" con el Gobierno socialista. Y meter a estas personas -y a los 37 más ligados a ETA- les "contentaba".

Pero, la presión se ha hecho "incompatible" con su objetivo actual de querer "aparentar ahora no haber roto un plato" y han tenido que elegir. Lo han hecho, escogiendo lo que creen que "menos daño electoral les hace", en su pugna con el PNV, aunque eso tenga "coste interno". Esa es la razón que para Ortuzar explica la rectificación de Bildu.

Críticas del PNV a Sánchez por pensar en la investidura

El presidente del PNV ve también en el PSOE cierto tactismo al no condenar desde el minuto uno las listas de los abertzales. Porque, defendió, Pedro Sánchez no tiene el foco puesto en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo sino en las generales de finales de año. "Está midiendo sus posibles alianzas en diciembre", aseguró sobre el posible voto de Bildu en la investidura.

El Gobierno se defiende de las acusaciones de que tardaron en reaccionar y sostienen que el jueves se produjeron declaraciones oficiales de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, y el viernes del presidente del Gobierno, tras la reunión con Joe Biden en Washington. La denuncia de Covite fue el martes y es verdad que hubo unas primeros momentos de titubeo en los que los socialistas no quisieron hacer declaraciones hasta que el jueves ya fueron conscientes de que no podían evitar el tema. En Moncloa opinan que la dureza de la campaña del PP se va a volver finalmente contra ellos.