Elecciones 28M

Podemos y Yolanda Díaz bajan las espadas y aplazan el choque a después de las elecciones del 28M

Las partes evitan el ruido a las puertas de las campaña para evitar desmovilizar al electorado

Yolanda Díaz, este lunes en Cádiz.

Yolanda Díaz, este lunes en Cádiz. / EFE

Ana Cabanillas

Podemos y Yolanda Díaz firman una tregua a las puertas de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. El partido y la líder de Sumar han endurecido sus choques en las últimas semanas, dentro de la batalla por configurar la candidatura para las generales de diciembre. Pero en los últimos días, y ante el nerviosismo de los candidatos a la primera cita electoral, tanto los de Ione Belarra como los afines a Díaz han cesado súbitamente los ataques cruzados y han optado por rehuir el enfrentamiento. Todos asumen ya que la pugna continuará después del 28M, cuando se retomen las negociaciones entre Podemos y Sumar.

Las tensiones llegaron a cotas máximas hace diez días, con el choque directo que se escenificó en la Fiesta de la Primavera de Podemos y en la entrevista de Díaz con Jordi Évole. Después del choque, ambas partes han optado por rebajar los ataques, ante el nerviosismo de los candidatos autonómicos y municipales que pueden ver comprometidos sus resultados por los efectos del choque interno. Las federaciones que concurren a la cita de mayo habían tratado de mantenerse al margen de estos reproches cruzados para evitar desviar el debate electoral y pagar la factura en las urnas.

En la dirección de Podemos coinciden en este diagnóstico y apuntan a que mantener este tipo de debates en primer plano desmoviliza al electorado: "Hablar de la interna no le viene bien a nadie", zanjan fuentes bien situadas del partido. "Las cuestiones internas son las que más alejan a nuestro electorado", abundan.

Podemos ha centrado su estrategia de cara al 28M por diferenciarse de Sumar, a la que ya consideran abiertamente una fuerza política distinta, tanto en las formas como en el fondo. Su hoja de ruta en los próximos meses pasa por reivindicarse como el partido "valiente" frente a la tibieza del resto, y a su no connivencia con el PSOE, en comparación con otras facciones del espacio. Pero más allá de reforzar esta idea, los reproches y las acusaciones se han reducido en los últimos días.

Los dirigentes morados tratan de evitar las críticas abiertas, conscientes de las consecuencias que pueden sufrir en las urnas. Aunque no renuncian a reiterar su petición a Díaz para que participe en la campaña electoral, el nivel de hostilidad se ha reducido. Al menos, de momento. Las conversaciones para negociar la candidatura a las generales se retomarán en junio o julio, según habría trasladado Sumar a Podemos, señalan desde el partido.

Escalada

La batalla sin cuartel comenzó hace más de un mes, cuando se dio a conocer la presentación oficial de Sumar y Podemos lanzó un ultimátum: o Yolanda Díaz aceptaba su exigencia de sellar por escrito un acuerdo de coalición con primarias abiertas, o no le respaldarían en su lanzamiento electoral. Después de varias semanas de pulso, y tras la negativa de la gallega de darles a los morados un estatus especial respecto al resto de formaciones potencialmente aliadas, el partido de Ione Belarra consumó su amenaza y plantó a la dirigente en el acto del 2 de abril en Magariños.

La tensión escaló de nivel y los reproches que durante meses fueron más o menos velados se hicieron evidentes. El punto álgido del enfrentamiento se hizo visible el fin de semana del 15 y 16 de abril. Podemos celebró su Fiesta de la Primavera en Zaragoza para reivindicar su fuerza con mensajes a la vicepresidenta segunda del Gobierno, con Belarra rechazando ser un "adorno del PSOE" e Irene Montero presumiendo de ser "mujer de partido", frente al rechazo de Díaz a las "tutelas" y a su frase de que "las mujeres no somos de nadie".

Díaz evita la polémica

Díaz tampoco ha olvidado la afrenta de los morados en su puesta de largo y se ha mostrado visiblemente molesta en varias ocasiones, lejos del perfil conciliador que suele procurar. El máximo exponente se televisó en una entrevista con Jordi Évole, en al que la vicepresidenta atacó a Pablo Iglesias y dedicó duros reproches al partido que, a su juicio, el exvicepresidente todavía lidera. "Siempre tuve dudas de que se fuese a ir porque lo conozco bastante. Hay que dejar volar a la gente en política, hay que dejar hacer. No sé lo que quiere él pero que está presente es evidente. Está ahí siempre, hasta ha anunciado cosas del Consejo de Ministros. (…) Su liderazgo en Podemos es muy agudizado", destacó.

Desde entonces, sus intervenciones ante los medios de comunicación han estado limitadas a su ámbito institucional, y al ser preguntada por cuestiones relativas a la guerra abierta con Podemos, ha rehuido pronunciarse, apelando precisamente al papel de vicepresidenta segunda que en ese momento ejercía.

Este mismo lunes, desde Cádiz, Yolanda Díaz apelaba a este argumento para no responder sobre este asunto, como ya hizo el fin de semana en Barcelona. La dirigente acudió a la fiesta de Sant Jordi junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que respondió por ella a preguntas de un periodista: "Como alcaldesa proclamo que es Sant Jordi y hoy solo hablaremos de Sant Jordi", defendió. "Es Sant Jordi y tengo que dedicarme a las letras. Disfrutamos de eso", continuó Díaz.