Moción de censura

Los barones del PP avalan la abstención en la moción de Tamames: "Es la solución menos mala"

La decisión la tomó Feijóo sin consultar a los barones, pero en el partido insisten en que es la postura "adecuada" y "más fácil" con Tamames de candidato | Los barones entienden que a dos meses y medio de las elecciones los votantes no entenderían alinearse con Sánchez y sus socios a favor del Gobierno

Alberto Núñez Feijóo y Elías Bendodo, durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de este lunes.

Alberto Núñez Feijóo y Elías Bendodo, durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de este lunes. / EP

Paloma Esteban

Cuando Vox anunció en el mes de diciembre que impulsaría una moción de censura contra Pedro Sánchez, el PP atajó el posible debate. A diferencia de lo que ocurrió en la de 2020, con Santiago Abascal de candidato y en la que Pablo Casado dudó hasta el final (terminó votando en contra), Alberto Núñez Feijóo decidió cambiar la estrategia. Buscaba quitarse la presión de encima, fijar su postura sin dar más protagonismo al partido ultra y no oponerse a un instrumento que pide echar a Pedro Sánchez de la Moncloa: abstención.

La decisión la tomó él directamente, sin consultarla con los barones, con quienes tampoco ha abordado el asunto en las últimas semanas. Prácticamente sin excepción, los barones y cargos de peso consultados por El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica coinciden en que es la posición “adecuada” y “más fácil” en vista de las circunstancias. Los territorios consideran que “votar en contra no tendría sentido”, “menos aún” a dos meses y medio de las elecciones autonómicas y municipales. 

Un presidente autonómico lo argumenta: “La gente no está a los detalles. Y a nuestro votante no se le puede explicar que lo que haga el PP no cambia el resultado final porque Sánchez saldrá victorioso. Tampoco que Vox hace esta moción contra Feijóo. Lo que ven es lo que votamos ese día y sería difícil explicar que votamos a favor de Sánchez y contra Vox”.

Los territorios donde Vox tiene más presencia y el PP persigue a un elector más conservador lo tienen aún más claro: “Los votantes nos piden que confrontemos con Sánchez, no con Abascal”. A pesar de que el hartazgo con los ultra va a más en prácticamente todas las autonomías y ayuntamientos (en Madrid Vox tumbó los presupuestos, en Castilla y León a pesar de la coalición la tensión es constante y en el resto de lugares los aprietos al PP son continuos), la mayoría de dirigentes considera que la abstención “es la solución menos mala”. “Ni nos alineamos con Vox, ni votamos al lado de Sánchez y sus socios”, zanjan.

En lo que también coinciden todos los barones es en el “circo” al que probablemente asistirá el Congreso la próxima semana. El propio Feijóo tildó de “show” la iniciativa de Vox que tendrá como candidato a Ramón Tamames. Es otro de los motivos que los principales dirigentes alegan para abstenerse: “Si volviera a presentarse Abascal, quizá tendría más sentido debatirlo. Pero a este paso el candidato se muestra en contra del programa entero del partido que le propone”, ironizan.

En las sucesivas entrevistas en las que el economista y exdirigente del PCE se ha manifestado en las últimas semanas, oponiéndose abiertamente al ideario de los ultra, se ha evidenciado la tensión entre los de Abascal y su elegido. Fuentes de la cúpula insisten en que el objetivo era dar con un candidato que no perteneciera a Vox para mostrar un rechazo más contundente y transversal a Sánchez y Podemos. 

Moción fuera de control

Pero, al mismo tiempo, dirigentes de peso no esconden su malestar por algunas declaraciones. Como publicó este diario, hace ya algunas semanas que en Vox reconocieron que la moción de censura estaba fuera de control, teniendo en cuenta la libertad que el propio Tamames exigió para elaborar su discurso inicial. Pero, sobre todo, por las réplicas que tendrá que improvisar contestando al presidente del Gobierno y el resto de portavoces. “Ahí ya estamos en sus manos”, asumían fuentes de la dirección de Vox.

En todo caso, tanto Moncloa como el PP medirán muy bien sus pasos y sus palabras para esta moción de censura. La situación no es fácil. Ninguno de los dos quiere hacer un discurso ofensivo contra Tamames y planean cargar todos sus ataques contra Abascal. Tan delicado es el escenario, empezando por la edad del candidato (89 años) que el Congreso estudia un despliegue de facilidades inédito en un debate así: podrá elegir incluso el lugar desde el que intervendrá. 

Las únicas dudas que realmente ha suscitado el asunto dentro del PP tiene que ver con que el proponente sea Vox. En el entorno de Isabel Díaz Ayuso la crítica es profunda por la relación deteriorada que mantiene con la líder ultra madrileña, Rocío Monasterio. Fuentes de la Puerta del Sol se quejaban de dedicar demasiados esfuerzos “a no pisar la manguera a Vox” y muy pocos a “darles caña”. Incluso en el equipo de la presidenta especularon con la idea de que se pudiera plantear votar en contra. Pero en el resto del PP insisten en que esa postura “no tendría sentido”. 

Feijóo quiso mandar varios mensajes ayer ante el comité ejecutivo nacional, donde se propuso marcar distancia con Vox, sin moverse un ápice de la abstención: “Nosotros no le daremos la oportunidad al presidente de lucirse. Cuando lo que tiene que hacer es hablar de los problemas de los españoles y mientras los escándalos cercan al Gobierno, nosotros no le ofreceremos una victoria parlamentaria”. En la dirección de Vox se defienden de esa crítica, recurrente en el PP: “Sabemos qué números tenemos en el Congreso. Pero tan bien no le irá a Moncloa si meten la moción en una semana de Consejo Europeo y tienen tantas ganas de que pase”, zanjan.