Baleares

Mallorca despide a su embajadora, Cristina Macaya

Familiares y amigos de la mujer que ejerció de anfitriona de ilustres como Bill Clinton o los duques de Kent visitaron ayer el tanatorio de Son Valentí de Palma

Mallorca despide a su embajadora, Cristina Macaya.

Mallorca despide a su embajadora, Cristina Macaya.

Gabi Rodas

Familiares y amigos de Cristina Macaya, fallecida el pasado jueves a los 77 años a causa de un cáncer, le dieron ayer el último adiós en el tanatorio de Son Valentí. El funeral por la gran anfitriona de Mallorca, que verano tras verano acogió a un sinfín de personalidades en su finca de es Canyar, como Bill Clinton, Valentino o los duques de Kent, entre muchos otros, se celebrará hoy sábado en la Parròquia de la Santa Creu, a las 13 horas, y será oficiado por el que fuera su amigo, el sacerdote y presidente de Projecte Home Tomeu Català.

El hermano de Cristina Macaya, Javier López de Mancisidor, sus cuatro hijos y algunos de sus 17 nietos atendieron a los amigos de la familia que durante toda la tarde-noche, de las 16.00 a las 21.00 horas, pasaron por el complejo funerario, entre ellos María Antonia Juan, esposa de Juan March Delgado, acompañada por su hija María; la artista Susy Gómez; el empresario Fernando Rodés; la divulgadora cultural mexicana Diana Harari y su marido Philippe; el abogado Juan Nadal; los empresarios Maite Sergio Arias; el propietario de la Clínica Rotger, Fernando Rotger, y su mujer Rosa Maria Regi; la directora general de Cultura Catalina Solivellas; las chefs Maca de Castro y Maria Solivellas; o la periodista Cristina Ros.

“Se nos ha ido una mujer irrepetible, generosa, amiga de los amigos, que siempre tenía ganas de mejorar la posición de los demás, no la suya”, lamentó a su llegada al tanatorio Pep Pinya, de Pelaires, buena amiga de Macaya, quien no faltaba a las colectivas estivales organizadas por el galerista.

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“Fue una gran conocedora del arte y fomentó la amistad entre la gente. Siempre la recordaré por su generosidad y su amor hacia nuestra tierra. Era tan mallorquina…”, señaló un emocionado Joan Guaita.

“Era un torbellino de vida, una mujer espléndida, llena de generosidad. La echaremos mucho de menos”, confesó el escritor, presentador de televisión y diplomático Fernando Schwartz.

“Siempre generosa, era superamable y muy vital. Un alma muy joven”, destacó Marieta Salas, acompañada de su hijo Igor Tchkotoua.

“Era una gran embajadora de Mallorca. Ella se sentía casi mallorquina y también ciudadana del mundo. Todos los personajes icónicos que visitaban Mallorca pasaron su casa de Establiments”, recordó el también galerista Frederic Pinya.

“Mallorca le daba un refugio que ella necesitaba y ella, a su vez, le daba caché a la isla, de la que fue una de sus grandes embajadoras”, coincidió el relaciones públicas Tommy Ferragut.