CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

El inesperado éxito de un diputado gallego que puede lograr que los marineros voten desde el barco

El representante del BNG en el Congreso, Néstor Rego, logró sin esperarlo que entrara en el dictamen de la nueva ley de pesca sostenible una petición al Gobierno para que, en tres meses, envíe una propuesta sobre cómo conseguir que los marineros embarcados durante largos periodos de tiempo puedan votar telemáticamente

El inesperado éxito de un diputado gallego que puede lograr que los marineros voten desde el barco.

El inesperado éxito de un diputado gallego que puede lograr que los marineros voten desde el barco.

Ángel Alonso Giménez

En la tarde del lunes 19 de diciembre del año pasado, poco antes de las siete y media de la tarde, el diputado del BNG Néstor Rego tuvo una agradable sorpresa. Tres enmiendas suyas al proyecto de ley de pesca sostenible e investigación pesquera entraron en el dictamen contra pronóstico. El PSOE le había comunicado que no podía apoyarlas, que mejor explorar un cauce normativo distinto para, al menos, estudiarlas, y Unidas Podemos se alineó con su socio, así que nada indicaba un desenlace feliz para él. De hecho, la ponencia parlamentaria encargada de hacer el informe previo dejó fuera las reclamaciones. Rego decidió la abstención. 

Pidió, no obstante, que en la Comisión de Agricultura del Congreso esas tres enmiendas se votaran a la vez. Llegó el momento, como decíamos, alrededor de las 19.00 horas. El diputado del BNG comprobó con sorpresa que se produjo un empate: 17 votos a favor, 17 en contra y dos abstenciones. El presidente, el representante del PNV Joseba Aguirretxea, avisó que habría que ponderar el voto, es decir, extrapolar el resultado en función de la representación de cada grupo en el pleno. Los apoyos se elevaron a 174, los rechazos a 153 y las abstenciones a 11. Entre los primeros, los diputados del PP y de Vox, pero también los de ERC y los del Grupo Plural –JxCat, PDeCAT, etc –. Entre los segundos, PSOE y Unidas Podemos. Entre los terceros, PNV y EH Bildu.

Rego se quedó muy contento, pero no pasó de la abstención al “sí” porque, como explicó tres días después en la sesión plenaria, antes de la votación definitiva del proyecto y de la remisión al Senado, de las 56 enmiendas que registró y que pidió al PSOE negociar, sólo triunfaron las tres citadas… Pero de rebote. “Avances”, sin duda, dijo en el hemiciclo el 22 de diciembre, aunque “insatisfactorios”. “Muchas cosas se han quedado fuera”, apostilló. Entre ellas, la declaración de Galicia como “zona altamente dependiente de la pesca”, y en consecuencia, la posibilidad de negociar directamente con la UE. 

El texto, pese a todo, conviene recordarlo, fue aprobado sin ningún problema y se prevé que por la Cámara Alta circule sin sobresaltos.

En conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, Rego señala que una de esas tres propuestas incorporadas al dictamen es “una reivindicación histórica” de Galicia, en donde se calcula que hay unos 10.000 marineros con estadías en alta mar de hasta seis o siete meses. Si durante el periplo, toca jornada electoral, sus opciones de ejercer el derecho de sufragio se resiente, cuando no se diluye. 

Lo que ha logrado Rego es incorporar una disposición nueva al proyecto de ley de pesca sostenible e investigación pesquera que compromete al Gobierno a enviar al Congreso, en tres meses, una propuesta para “el establecimiento de un procedimiento telemático y/o electrónico que se adapte a las necesidades propias del personal embarcado”, ya que “no pueden acceder al sistema de voto por correo por sus largas estancias en alta mar”. Los negociadores del Partido Socialista recomendaron al diputado nacionalista gallego que planteara la propuesta en la subcomisión para la reforma de la ley electoral creada en el Congreso, y allí analizarla, rememora Rego. Pero no quiso y ganó la jugada. 

De paso, pudo añadir la petición al Gobierno (que al figurar en un proyecto legislativo adquiere más fuerza) para redactar un catálogo de enfermedades profesionales para los trabajadores/as del marisqueo, dadas las condiciones de “peligrosidad y penosidad” en las que, por regla general, desempeñan sus empleos. “Hablamos de personas que pueden estar horas de pie en el agua, o de los buceadores o de los ‘percebeiros’”, destaca el diputado del BNG. 

Y pudo agregar la configuración de convenios colectivos para los marineros, y así, propiciar una mejora de las condiciones laborales de las embarcaciones en las que, recordemos, pueden estar seis o siete meses. 

La forma de votar de los marineros

En el ladillo, en vez de poner “forma de votar”, habría que poner “forma de no votar”, porque el sistema actual es “tan complejo que sirve de barrera disuasoria e impide el libre acceso al ejercicio del derecho al voto”, recalca Rego en la justificación de la enmienda. Es más o menos así: empieza por una solicitud de inscripción en el censo electoral hecha por radiotelegrafía. El receptor es la junta electoral provincial correspondiente, la cual debe enviar la documentación al lugar que el interesado haya precisado, y que no es otro es aquel en el que se prevé que tome tierra. 

Dice Rego que si no se da la opción de hacer escala en un puerto, “se prevé la posibilidad” de que una tercera embarcación “acerque la documentación” al navío en el que se encuentre el marinero. Para ello, es imprescindible especificar quién es el armador o consignatario de esa embarcación que portará los papeles. 

Si nada de esto ha desanimado al marinero, deberá saber que le queda un requisito indispensable más: sólo podrá votar en tierra firme. Así que o está en una ciudad portuaria el día de las elecciones o no vota.

En fin, que como remarca el diputado del BNG, “se ve claramente que este sistema no se ajusta a las necesidades de las personas embarcadas o marineros en alta mar”. En la práctica, concluye, “se les está injustamente privando de su derecho de sufragio”. Ya es hora, en palabras del parlamentario nacionalista, de que imperen “las nuevas tecnologías de la era digital”.

Las reservas de la JEC

Esto de las nuevas tecnologías digitales para votar no es un debate nuevo. La Junta Electoral Central, el árbitro de las elecciones, su centinela también, comenzó a discutirlo hace seis años. Este medio ha acudido al informe que hizo en noviembre de 2016 sobre la posibilidad de ejercer el derecho al sufragio por Internet.

El inicio del documento parece que es un guiño a la reivindicación de Néstor Rego, aunque obviamente no lo es. “Son de público conocimiento los diversos problemas que han surgido en torno al voto por correo de los electores que se encuentran en el extranjero, bien por residir en otros países, bien por hallarse temporalmente fuera de España. El presente informe se dirige a identificar tales problemas y a indagar las posibles soluciones”.

Es un repaso a las ventajas y desventajas de la implantación del voto por Internet. Ventajas y desventajas desde diversos ámbitos, aunque en uno principalmente es en el que se detiene la JEC más tiempo: el constitucional y el legislativo. 

Sopesando los ‘pros’ y ‘contras’, el árbitro electoral reconoce que “el voto por Internet facilitaría la participación”. “Sólo mediante el voto electrónico remoto el elector residente en el extranjero (y tal vez en algún otro caso excepcional como el de los militares en misiones en el extranjero) podría encontrar facilidades que equipararían sus posibilidades de participación con las del resto de los ciudadanos”, añade.

Habría que extremar la seguridad del procedimiento y evitar los ataques de ‘hackers’ y las manipulaciones internas. Cuidado con entregar la vigilancia a empresas privadas, se subraya en el informe. Y cuidado con la transparencia. Y con la brecha digital de la población, y por ende con la obligatoria igualdad de condiciones, pues no usa igual los medios digitales una persona de 20 años que otra de 80. ¿Hay riesgo de inconstitucionalidad? Los hay. En Alemania este debate se ha producido.

¿Cómo sofocarlos? La Junta traza un itinerario. “Un amplio debate público, destinado a asegurar un grado muy elevado de consenso político y a afianzar la confianza en el sistema electoral en su conjunto”, sería el punto de partida. “Campañas para garantizar un conocimiento generalizado del sistema de voto por Internet y para formar” a los votantes conformarían el siguiente estadio.

Y la conclusión: “La experiencia demuestra que en los países donde el voto por Internet está dando resultado han implantado el sistema de manera paulatina y tras múltiples ensayos. Por esta razón, sería conveniente planificar de manera detallada el proceso en España, estableciendo de manera precisa sus fases y los ensayos precisos para asegurar su correcto funcionamiento”.

El diputado del BNG, Néstor Rego, sin esperarlo, ya ha puesto la primera piedra.