CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La Mesa del Congreso se libra de la crisis institucional: PP y PSOE cubrirán la vacante de Suárez Illana

En cuanto acabe el parón navideño, el PP planteará cubrir la vacante que Adolfo Suárez Illana dejó en la Mesa del Congreso | El PSOE no tiene previsto obstaculizar la candidatura, lo que librará al órgano de gobierno de la Cámara de una anomalía institucional más

El diputado PP y secretario cuarto de la Mesa del Congreso, Adolfo Suárez Illana, se despide como diputado del Congreso, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 1 de diciembre de 2022, en Madrid (España).

El diputado PP y secretario cuarto de la Mesa del Congreso, Adolfo Suárez Illana, se despide como diputado del Congreso, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 1 de diciembre de 2022, en Madrid (España). / ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ / EP

Ángel Alonso Giménez

A partir del 9 de enero, el PP propondrá al sustituto o sustituta de Adolfo Suárez Illana como secretario cuarto de la Mesa del Congreso, el órgano más relevante de la Cámara. La plaza está vacante desde primeros de diciembre. Fuentes parlamentarias consultadas han señalado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, que la demora obedece a la concreción del perfil más idóneo. La decisión será, en última instancia, del presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, pero la propuesta depende de la secretaria general y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra.

Las fuentes se reservan la identidad de la persona. Ni siquiera confirman que la decisión esté tomada. "A la vuelta de las vacaciones de navidad nos pondremos manos a la obra", afirman. En la Mesa están a la espera. Es cierto que el reemplazo no es obligatorio, y es cierto que el puesto, según la composición de la máxima instancia parlamentaria, no resulta siquiera decisivo para el equilibrio o desequilibrio de las mayorías. Sin embargo, el relevo de Suárez Illana transmitiría sensación de normalidad y rutina en la tercera institución más importante del Estado.

Las fuentes parlamentarias consultadas, al tanto de las conversaciones que ha habido sobre ello, descartan que el PSOE obstaculice o impida el lógico relevo del exsecretario cuarto de la Mesa. La plaza corresponde al PP porque así se acordó en la sesión constitutiva de las Cortes, en diciembre de 2019. Al PP seguirá perteneciendo.

Como asegura una de las fuentes, no habrá impedimentos. La sustitución, potestad del Partido Popular, "forma parte de la normalidad y del resultado de las elecciones" generales de hace tres años. Recuerda que hace poco tuvo lugar la votación en el pleno para cubrir la plaza que el exportavoz del PSOE Héctor Gómez dejó en la comisión para el control de los gastos reservados, más conocida como comisión de secretos oficiales. Los socialistas postularon, como era lógico, a Patxi López. El PP no puso ningún problema y facilitó el cambio.

De la misma manera que el visto bueno de los de Cuca Gamarra fue entonces esencial, el de los socialistas lo será cuando toque sustituir a Suárez Illana en la Secretaría Cuarta de la Mesa. Lo habrá tras el parón navideño.

Pero en el PSOE no disimulan el malestar con el PP por la situación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o por el reciente embrollo en el que se ha visto envuelto el Tribunal Constitucional. El primero continúa bloqueado, más de cuatro años ya; en el segundo se ha procedido al reemplazo de cuatro magistrados, dos a instancias del Gobierno y otros tantos a instancias del órgano de gobierno de los jueces, pero a costa de un deterioro considerable de la salud institucional.

Antes de que los nuevos magistrados prometieran sus cargos ante el Rey, hace apenas unos días, el Gobierno se propuso revertir la mayoría conservadora del Constitucional a través de enmiendas a la reforma del Código Penal. El PP recurrió el cauce empleado y la operación le salió redonda: la mayoría de magistrados conservadores tumbó el método y provocó que las disposiciones del dictamen provenientes de dichas enmiendas no se votaran en el Senado. Nunca antes en democracia un procedimiento parlamentario había sido mutilado. El golpe político al Gobierno fue contundente.

Más que una crisis institucional se produjo un agravamiento de la misma. La causa fue de nuevo la imposibilidad de entendimiento entre PSOE y PP para abordar asuntos de Estado, como es la garantía del funcionamiento de las instituciones reguladas por la propia Constitución.

En ese contexto se celebraron las últimas sesiones plenarias del Congreso, en donde una plaza, también de alcance estatal, estuvo sin cubrir.

La importancia de estar en la mesa

La presidenta de la Cámara Baja, la diputada socialista Meritxell Batet, despidió entre palabras de afecto y respeto a Adolfo Suárez Illana, quien después de tres años en el órgano de gobierno del Congreso decidió renunciar al escaño. El 1 de diciembre, Batet dijo que había sido "un regalo" poder compartir la gestión parlamentaria con el diputado del PP. Los aplausos recorrieron las bancadas socialista y popular, e incluso parte de la de Unidas Podemos.

Desde entonces, ese rango de la Secretaría de la Mesa ha estado vacante. La gestión no se ha resentido. En 2015, informa Europa Press, estuvo unos meses sin cubrir el puesto que dejó el entonces diputado de Convergència Jordi Jané. Aunque la formación catalana propuso como sustituto a Jordi Xuclá, los populares, mayoría absoluta, se negaron. Alegaron que la deriva independentista de Artur Mas invalidaba su apoyo.

Tanto en aquella ocasión como ahora, la plaza resultaba y resulta insustancial para el reparto de fuerzas. La Mesa actual la forman tres diputados/as socialistas, tres de Unidas Podemos, una representante del PP y otro de Vox. Tendría que haber uno más del Partido Popular para reproducir el esquema de la legislatura, nueve integrantes en total, pero ni con esas la mayoría PSOE-UP peligraría.

A la Mesa no se llega de cualquier modo. El procedimiento es complejo. Tal y como consta en el reglamento, han de celebrarse tres votaciones: una para la Presidencia, otra para las cuatro Vicepresidencias y otra para las cuatro Secretarías. Sólo en la primera se exige mayoría absoluta; en las restantes basta la mayoría simple.

Los diputados/as acuden a votar tras ser llamados. En sus manos portan una papeleta. Tiene que figurar en ella un nombre. Quien reúna más papeletas, accede a la Mesa.

Ahora bien, cualquier grupo puede postular candidatos, y por esta razón, el acuerdo político previo resulta fundamental. Si el PSOE no se hubiera asegurado con el PP que la Presidencia recayera en Batet, tendría que haber llamado a las puertas de las demás formaciones con representación, pero como logró con los populares un pacto, las dos partes hablaron sobre cómo dejar atados los demás puestos de la Mesa. Un malentendido provocó la entrada, contra pronóstico, de Ignacio Gil Lázaro (Vox).

Estar en la Mesa permite intervenir en la agenda legislativa, o conocerla al menos, y permite la gobernanza diaria de una institución que maneja previsiones de gasto superiores a los 90 millones de euros. Pertenecer a la mayoría de la Mesa permite, ni más ni menos, que marcar los tiempos legislativos, bien porque relega los proyectos y las proposiciones a las prórrogas de los plazos de enmiendas, o bien porque los clausura y lanza los trámites.

Según indica Europa Press, el diputado de Unidas Podemos Enrique Santiago ha dejado entrever que su formación podría no apoyar al candidato que postule el PP. Sin embargo, si lo hace el PSOE, importa poco qué decisión adopten los "morados".