En Génova indican que a Alberto Núñez Feijóo no le hace falta un discurso radical contra Pedro Sánchez porque él apuesta por la moderación como forma de hacer política. También que Isabel Díaz Ayuso ocupa sin necesidad de pedírselo el espacio bronco y rotundo que el PP precisa para acercar de nuevo a sus siglas a los que se sienten más cerca de Vox. Hoy, ambos van a unir sus fuerzas en un acto en Madrid con el único fin de poner de manifiesto que las políticas de Pedro Sánchez destruyen España. Ayuso llevaba unos días (pocos) con un perfil más discreto de lo habitual, quizás porque estaba a la espera de solucionar la huelga de la atención primaria en la región y no quería avivar los ánimos o porque prefería dejar el protagonismo a Feijóo, que el martes tuvo un nuevo duelo con Sánchez en el Senado, pero ayer era un día clave y se soltó.

Clave porque era el día después en el que Sánchez y sus socios parlamentarios aprobaron en el Congreso de los diputados dar trámite a la modificación del delito de sedición y porque apenas estaba a unas horas del acto conjunto con Feijóo en el que bajo el lema "En defensa de un gran país" los populares van a arremeter contra Sánchez por el delito de sedición pactado, por las consecuencias que está teniendo la ley del solo sí es sí en las condenas de los violadores, por las políticas impositivas en contra de las grandes fortunas, las eléctricas y los bancos y por haber sacado todo eso adelante con el apoyo de partidos independentistas catalanes o con Bildu, que esta legislatura ha adquirido una relevancia en el Congreso que nunca antes había tenido.

Mitin en Madrid

"Todos los días no se puede, pero hay días clave" en los que Ayuso entiende que no puede quedarse callada, explican en su entorno. Y además de decir lo que piensa, el PP ha pedido estos días a sus presidentes de distrito y regionales de Madrid que movilicen a los suyos para el acto de hoy en la capital en el que pretenden darle una bofetada a Sánchez enseñando músculo en un mitin en el que esperan reunir a cerca de 2.000 personas. Tras el discurso en el que comparó las algaradas de Cataluña con la manifestación en defensa de la sanidad pública en Madrid, y de eso hace casi dos semanas, Ayuso había mantenido un perfil más discreto de lo habitual en sus intervenciones que solo rompió el jueves pasado en la sesión de control en la Asamblea de Madrid.

Pero en este contexto de cambios en el Código Penal y ante el mitin de hoy, Ayuso aseguró ayer en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, acompañada de su compañero de partido el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que el presidente Sánchez "no puede caer más en la indignidad" tras haber cometido "una violación del estado de derecho" al haber comenzado la tramitación para la modificación del delito de sedición "con nocturnidad".

"Golpistas" y violadores

Los populares han encontrado en las consecuencias de la ley del solo sí es sí el complemento perfecto para mezclar ambas cosas y equipararlas, y Ayuso no perdió la oportunidad de explicar cómo "se libera de la cárcel a los golpistas" (catalanes) con la supresión de la sedición, mientras que "al mismo tiempo salen de la cárcel violadores". La presidenta fue incluso más allá, acusando a Sánchez de estar sobrepasando los límites de la democracia por intentar usurpar un papel que no le corresponde: "Cuando un gobierno se convierte en ley estamos hablando de otra cosa".

En este punto, Ayuso censuró la ley diseñada por el equipo de la ministra Irene Montero y advirtió de que "no son los jueces los que se están equivocando, no son los jueces que se están comportando como fachas o machistas", en referencia a las declaraciones de la ministra y la delegada del Gobierno para la violencia de género, Victoria Rosell. En cuanto a la otra polémica surgida esta semana, durante estos últimos tres días Ayuso ha evitado pronunciarse sobre los insultos que Montero recibió en el Congreso por parte de la diputada de Vox, que llegó a espetarle que su posición en el Gobierno se debía a "haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias", su pareja. Ayuso, así como sus colaboradores cercanos, desvía el foco de Montero cuando se les pregunta si defiende o no a la ministra de los comentarios recibidos, recordando que a ella misma le han llamado "nazi", "asesina" o le han comparado con Putin. "Ayuso es la política que más insultos ha recibido" en estos últimos años, señalan a su alrededor.

Escalada sin sentido

"Estamos en una escalada que no tiene sentido", apunta la propia Ayuso en referencia al tono y los comentarios concretos del debate público. En realidad, su jefe de filas, Feijóo intenta huir precisamente de ese tono bronco y de expresiones que inflamen las calles, pero cuando lo hace algunos le acusan de no ser suficientemente beligerante con SánchezAyuso tiene claro que "como poder el estado", porque eso son los gobiernos de las distintas comunidades autónomas, ella tiene la obligación de hacer de "contrapeso" ante las políticas de un Ejecutivo que, en su opinión, está constantemente cambiando "las reglas de juego" en función de sus intereses particulares.

De ahí, que también haya anunciado que su Gobierno no dudará en recurrir al Tribunal Constitucional la nueva ley de impuestos a los ricos que, en su opinión, ataca especialmente a Madrid porque, en su opinión, ahora los inversores no querrán dirigir su patrimonio a la región, donde el Ejecutivo regional ha aprobado bajadas de impuestos de manera sistemática durante esta última legislatura.