Un total de 23 proyectos de exportación a Rusia y China de diversos productos y maquinaria civil susceptible de doble uso (también para empleo militar) fueron vetados por el Gobierno a lo largo de 2021, según el informe Estadística de Exportación de Material de Defensa de la Secretaría de Estado de Comercio, que ha terminado de examinar la Comisión de Defensa del Congreso este martes.

Las denegaciones a la Federación Rusa y a China fueron la abrumadora mayoría, 23 de las 25 cursadas durante el año a empresas españolas que habían pedido licencia para exportarles sus productos. China fue el destino más vetado con once peticiones individuales de firmas de capital netamente español o participadas o en alianza con capital extranjero.

A Rusia se le denegaron seis proyectos. Y el que mayores bloqueos reunía no era el de mayor coste, informan fuentes militares. Se trataba de la venta de un equipo digital a una academia de ciencias rusa por 27.919 euros.

Tallar materiales

El proyecto mas cuantioso denegado, de 600.000 euros, consistió en una propuesta de venta de una máquina fresadora a una firma privada rusa. La venta al exterior de fresadoras de alta precisión está tan vigilada como la de los aparatos de electroerosión. En ambos sectores España ocupa puestos de liderazgo. Otra venta frustrada a Rusia, por algo más de medio millón de euros, tenía como protagonista una máquina de electroerosión, susceptible de empleo en la fabricación de piezas de fuselaje de misiles y aeronaves y de piezas de mínimo tamaño para armamento.

Un aparato parecido de electroerosión tuvo venta vetada a Pakistán. Se había declarado su destino el sector aeronáutico de aquel país. También a China se le impidió la compra de otra de estas máquinas, valorada en 503.145 euros.

Con la firma ONA liderando el mercado internacional desde Durango (Vizcaya), España es la principal productora de este tipo de maquinaria en el mundo.

En 2021 se vetó la venta a Rusia, además, de dos cámaras no refrigeradas y un módulo de frecuencia con un presupuesto conjunto que se aproximaba a los 300.000 euros.

En los vetos influyó no solo la prevención española sobre exportaciones de material de doble uso; también las negativas de empresas de países aliados que habían aportado componentes y, sobre todo, las sanciones impuestas por la Unión Europea desde la anexión rusa de Crimea en 2014.

Vetos a China

China fue el país más vetado como destino de productos españoles susceptibles de empleo militar. Al proyecto de mayor cuantía se le denegó permiso para la venta por 3,4 millones de euros de 996 convertidores digitales que Pekín planeaba destinar a academias del espacio. Este tipo de elementos, capaces de convertir una señal eléctrica analógica a una señal digital, son susceptibles de empleo en sistemas de encriptación de comunicaciones.

La salida de software hacia China se sometió también a especial vigilancia, resultando vetada la venta de diez programas para la generación de imágenes (300.000 euros) que China planeaba utilizar en un instituto aeronáutico.

Entre los productos civiles que resultaron no exportables a China también están los sistemas de control de impresión 3D y el polvo de níquel, susceptible de ser usado para fabricar semiconductores y placas de resistencia al calor en sistemas de armamento.

La policía de Hong Kong, además se quedó sin ocho cámaras térmicas de visión nocturna. Estaba en marcha entonces la represión de las autoridades chinas sobre las plataformas de la excolonia que reclamaban democracia.

Menos venta de armas

Los datos recogidos en el dosier que han valorado los diputados de la Comisión de Defensa son anteriores al inicio de la invasión de Ucrania por Rusia, y también al acuerdo en la OTAN para el Concepto Estratégico de Madrid, por lo que cabe esperar que la estadística que publique Comercio el año que viene, la correspondiente a 2022, contenga aún más vetos de exportación.

El año pasado ha continuado con la tendencia a la baja de las exportaciones españolas de armamento. En 2021 esas ventas sumaron 3.290 millones de euros. En 2015 fueron de 3.720, y en 2017 alcanzaron un pico de 4.346 millones.

El producto de defensa más vendido por firmas españolas al exterior es el aeronáutico, con un 63,4% de la facturación: 2.087 millones de euros, gracias a diversos contratos para la adquisición por parte de Francia de aviones de transporte y de repostaje de combustible.

Francia -con 3.366 millones de euros en compras, principalmente de aeronáutica-, Reino Unido -3.259 millones-, Alemania -2.209 millones- e Italia -1.095 millones- fueron los principales clientes de la industria española de defensa. En el caso de Francia, Alemania e Italia, la mayor parte de las exportaciones –aviones, tecnología y equipos- tuvieron que ver con programas conjuntos de desarrollo de armamento.

A Marruecos y Argelia, países de relevancia en el foco estratégico de España, se les vendió armamento por 25,8 y 20 millones de euros respectivamente. Marruecos destinó la mayor parte de su presupuesto a la compra de vehículos terrestres de patrulla y transporte de tropas. Argelia se gastó los 20.000 millones en piezas para aviones de fabricación española.

Entre las exportaciones más polémicas, 109 millones de euros gastados por Arabia Saudí –que mantiene una guerra enquistada con Yemen- en material explosivo y munición de artillería de 155 mm (la más potente), además de piezas para aviones de transporte y de combate de fabricación española.