Magdalena Valerio ha tomado posesión este jueves como nueva presidenta del Consejo de Estado en un acto en el que se ha comprometido a mantener el alto prestigio de la institución con el diálogo como herramienta para conseguir acuerdos lo más mayoritarios posibles.

Valerio, que sustituye a María Teresa Fernández de la Vega al frente del máximo órgano consultivo del Gobierno, ha señalado que los principios que siempre han dirigido su vida coinciden con los valores superiores de la libertad, la justicia, la igualdad y el respeto al pluralismo político recogidos en el artículo 1.1 de la Constitución.

Ha destacado que una de las fortalezas del Consejo de Estado es estar conformado por consejeros de distinta procedencia y trayectoria profesional y ha subrayado que su capacidad para aunar criterios, de acuerdo a los dictámenes de los letrados, son garantía de ecuanimidad y logran el prestigio de la institución y el respeto de su doctrina.

Un prestigio que pretende mantener con el diálogo como norma porque, según ha dicho, "si fundamental es trabajar el fondo de los asuntos, no lo es menos la metodología de trabajo".

En su caso, ha precisado que siempre ha tratado de que sea la "política con mayúsculas", que ha definido como la que "busca soluciones a los problemas y no se dedica a encontrar un problema para cada solución".

"Se puede discrepar sin insultar, mantener posiciones distintas pero siempre con respeto como guía de nuestro comportamiento", ha defendido.

Junto a ello, ha apuntado su vocación de servicio público, al que ha dedicado la mayor parte de su trayectoria, desde que comenzó en la administración local, pasando por la autonómica y siguió en el Gobierno como ministra de Trabajo, y al que seguirá teniendo entre sus máximas prioridades.

Apadrinada por Fernández de la Vega y por el expresidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero, ha reivindicado la "tarea reflexiva" del Consejo de Estado y ha subrayado que sus dictámenes son "garantía de legalidad, acierto y oportunidad".

Se ha comprometido a compatibilizar calidad y agilidad, seguir modernizando la institución, avanzar "más aún" en su transparencia e incrementar la colaboración con los órganos consultivos de las comunidades autónomas y de otros países.

Al acto ha asistido el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien ha resaltado que más del 97 % de las observaciones del Consejo de Estado son atendidas por las administraciones consultadas, lo que muestra el prestigio y rigor de los dictámenes que emite.

Un rigor que también ha destacado de la nueva presidenta, así como su carácter dialogante, su capacidad de trabajo, su vocación de servicio público y su experiencia en los distintos escalones de la administración pública, que le "acreditan de manera sobrada" para el cargo, ha asegurado.