Irene Montero ha impartido este sábado un máster acelerado de feminismo político en el marco de la Universidad de Otoño de Podemos, donde el partido busca reivindicarse frente al proyecto de Yolanda Díaz de cara al próximo ciclo electoral. En ese contexto, la ministra de Igualdad ha hecho varias alusiones veladas a la vicepresidenta segunda del Gobierno, revelando la aversión que le genera el cuestionamiento de las organizaciones políticas después de que Díaz lleve meses advirtiendo de los partidos no serán los protagonistas de su plataforma electoral. “Odio, odio, detesto a quien denosta a los partidos”, ha defendido Montero en la parte final de su discurso.

En una mesa redonda titulada 'Feminismo y (contra) poder', en la que ha participado Montero junto a su secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, además de la abogada Carla Vall y las periodistas Luciana Peker Irantzu Varela. Al comienzo del encuentro, Rodríguez ha leído una lista con algunos de los insultos recibidas por las presentes en las últimas 24 horas. Eso ha servido de pie para que la ministra de Igualdad se refiriera a estos ataques como una “estrategia organizada” de “violencia política” por el hecho de ser mujeres.

“Siempre que las feministas ejercemos el poder para transformar nuestra sociedad se despliega una estrategia organizada y financiada internacionalmente de violencia política contra las mujeres, que busca quitarnos la autoridad frente la sociedad, con el escrutinio de nuestra vida privada, con insultos, con ataques. Buscan que no haya nadie que confíe en nuestra forma de hacer política, que seamos rechazadas por la sociedad”, ha expresado Irene Montero. “No hay forma de ejercer el poder para transformar que no tenga como respuesta una gran violencia”, ha defendido. 

Para finalizar, Montero ha querido trasladar dos ideas: “La primera: claro que sufrimos, reivindico el derecho a la vulnerabilidad, porque no le podemos pedir a todas las mujeres que resistan siempre todo”, ha defendido. Es en su segundo alegato donde ha apuntado a la organización política como única fórmula para la resistencia. “Y la segunda y más importante: si seguimos aquí no es porque no suframos o seamos insensibles a los ataques, sino porque estamos juntas”, ha comenzado.

“El valor de la militancia, de la organización política.... Odio, odio, detesto que se denoste a los partidos, a los movimientos sociales, a las organizaciones de la sociedad civil, al movimiento feminista, porque quien lo hace seguramente no se haya atrevido a dar un paso para transformar algo”, ha continuado, en medio de los aplausos del público. “La única forma no solo de resistir, sino de avanzar es estar juntas, porque diluye su odio”. 

La máxima líder del partido junto a Ione Belarra también ha explicado su percepción sobre el papel de la mujer en la esfera pública, cuestionando la llamada “feminización” de la política. Una reflexión que bien podría ir dirigida también a Yolanda Díaz, que dio el pistoletazo de salida a su proyecto político con un acto titulado Otras políticas, al que fueron invitadas varias políticas -ninguna de Podemos- y donde se defendía “otra manera de hacer las cosas”. Montero, en cambio, se ha mostrado contraria a este planteamiento al considerar que “ejercer el poder implica conflicto”, y que la huida del conflicto supone asumir las tesis de la “masculinidad hegemónica”.

Así, Irene Montero ha querido lanzar “una reflexión sobre cómo ejercemos las mujeres el poder”, resistiéndose a la feminización de la política. “Muchas veces se nos dicen ‘las mujeres ejercemos el poder de una manera distinta, en un mundo sin mujeres no habría guerras’, porque las mujeres son de consenso, buenas palabras, sonreímos y hablamos bajito porque si no seríamos histéricas”, ha advertido la titular de Igualdad. “Básicamente que ejerzamos el poder sin ejercerlo (...). Pues no, las mujeres no tenemos una esencia que nos hace ejercer el poder diferente a los hombres”. 

En este sentido, la dirigente ha defendido la necesidad del conflicto a la hora de hacer política : “Nosotras sabemos que ejercer el poder implica conflicto con quienes no quieren que ejerzamos el poder. No se puede ejercer el poder sin conflicto, sin confrontar. Podrá gustar más o menos pero es la verdad. Cuando nos cuentan que las mujeres ejercen el poder de una manera más sonriente, más bonita, lo que nos están diciendo realmente es ‘ponte ahí para figurar, no te metas en los temas que son de hombres’ (...). Nos están queriendo expulsar del ejercicio del poder incluso cuando ya estamos ejerciéndolo y señalarnos desde el privilegio cuáles son las formas legítimas en las que una mujer puede estar en política y cuáles son las formas en las que una mujer nunca debe atreverse a hacer política. Y eso es también una forma de violencia política. ‘Es una histérica, siempre grita, es muy dura en las formas’…todas esas definiciones nos dicen que incluso cuando las mujeres ejercemos el poder lo tenemos que ejercer en la forma en que nos digan ellos”.

Montero ha defendido que "ser mujer no implica ser feminista" y en este punto se ha referido a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "Es una mujer, pero ejerce el poder para dar donde más duele a la vida de las mujeres, para destruir la sanidad, para destruir la educación pública, para que no tengamos un médico en urgencias, para que estén agotados, desolados, físicamente incapacitados para trabajar por la cantidad de horas que tienen que hacer, por las malas condiciones en las que trabajan y por la falta de personal". La ministra ha mantenido que "Ayuso es lo contrario a una mujer feminista ejerciendo el poder".