La guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania "va a durar" y "tiene mala salida", ha aventurado expresidente del Gobierno Felipe González a los generales de la cúpula militar y a una nutrida representación de alumnos del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), en la sesión de apertura del curso 2022-23 de esa institución educativa militar.

En el aula magna de la sede madrileña del CESEDEN, Felipe González ha impartido este lunes la lección magistral de arranque del curso con una reflexión estratégica y política sobre el conflicto ruso-ucraniano. Y no ha ahorrado calificativos al semblar la figura de Vladimir Putin: lo ha descrito como un "aventurero casi psicópata", cuyo entorno de oligarcas y hombres fuertes "ha robado el 40% de su presupuesto de Defensa", y que está en una fase de derrota, pues "su propósito inicial ya ha fracasado". Aunque mantener la situación de guerra favorece a "una oligarquía que se lleva casi la mitad de los gastos militares rusos".

Esa afirmación no implica que González vea en el horizonte un final próximo del conflicto: "Aquí la única certidumbre es la incertidumbre", ha dicho a los militares y civiles que le escuchaban. Y entre lo imprevisible ha incluido González una alusión a la amenaza atómica rusa parafraseando al presidente norteamericano Joe Biden -"que es de mi generación", ha recordado- al advertir: "Hay potencia para destruir 50 veces el planeta; se podrían ahorrar las otras 49. Una guerra nuclear no se puede ganar; es un perder-perder".

Felipe González ha subrayado la advertencia con este análisis: Rusia"una potencia nuclear con una economía subdesarrollada", es "la que más sufre los efectos de la onda expansiva sobre la cadena de suministros", lo cual se manifiesta con la "enorme ineficiencia" de que no haya habido "una crisis bélica reciente que hayan pagado son su vida tantos generales"; pero el impacto económico que sufre Rusia "se nota más en los carros de combate y la vida de la gente que en las ojivas nucleares".

Fracaso de Putin

"Tenemos a la Federación Rusa, el territorio más extenso del mundo, ante un fracaso personal de Putin que ha desencadenado una guerra del siglo XIX en el siglo XXI", ha dicho el expresidente socialista.

Felipe González ha basado su afirmación sobre la derrota del dirigente ruso en uno de sus efectos: "Ha creado una conciencia de soberanía nacional en Ucrania que históricamente nunca había sido tan sólida". Putin "es el gran actor de esa conciencia con su intervención absolutamente arbitraria y cargada de mentiras".

La guerra dura más de lo que Putin pudiera prever en "su decisión cargada de mentiras" porque "nadie esperaba la resistencia del pueblo ucraniano, una reacción de esa naturaleza, que multiplica por cien su capacidad y divide por cien las del ejército ruso". En ese sentido, González ha augurado que "el reclutamiento forzoso de Putin no va a tener límite: para reclutar a 300.000 va a tener que tocar a dos millones".

Sobre la continuidad del líder ruso en el poder, Felipe González no ha descartado la posibilidad de un derrocamiento que en Rusia podría tener dos orígenes: el de "los ultras que quieren un dosis aún mayor", o el de "militares de alta graduación, bien formados, que han comprendido que se ha metido la pata y ahora no se sabe cómo sacarla".

Defensa de la OTAN

Felipe González ha hecho una defensa utilitarista de la OTAN tras descartar como solución al conflicto en Ucrania las "políticas de apaciguamiento". "No me fio de los que declaran la paz al mundo -ha declarado-. Hay que tener vocación, voluntad de paz... y hay que tener capacidad de respuesta a quien no tiene esa voluntad y abusa".

No estar en la OTAN sería más caro para España, ha explicado el expresidente. Este país y cualquiera de los miembros de la Alianza Atlántica, fuera de la organización "tendrían que hacer esfuerzos sobre esfuerzos, porque no dejarían de tener problemas de seguridad".

González ha contestado a una de las afirmaciones básicas del nuevo nacionalismo ruso: que la OTAN sea una amenaza. "En ningún momento, nadie amenazó la integridad territorial rusa -ha contado-. Putin no tienen ninguna razón para decir que se siente amenazado".

Una cena clave en Zarzuela

En su lección magistral, Felipe González se ha referido a la desintegración de la URSS -"hecho ocurrido anteayer"- como origen de la situación que ahora vive el mundo. Y ha desvelado un detalle clave de la época sobre ese final del régimen soviético: cómo la dimisión del recientemente fallecido Mijail Gorbachov fue forzada y él sabía que se preparaba una conjura contra él seis meses después del fracasado golpe de Estado.

Gorbachov leyó un discurso de despedida el 25 de diciembre de 1991, pero más de un mes antes, el 1 de noviembre, en la Cumbre de Madrid, la última ocasión internacional en que el líder soviético iba a verse con el presidente norteamericano George Bush padre, el ruso recibió información sobre que "alguien le segaba la hierba bajo los pies, como le dijo el viejo rey", ha contado González.

Juan Carlos I usó esa frase como comentario durante una cena en la Zarzuela. Bush le había contado a González que a Gorbachov le preparaban una salida del poder "en cuestión de semanas más que meses". González ha relatado a su audiencia del CESEDEN: "Les puedo asegurar que Gorbachov no quería dimitir ni disolver la URSS. El papel que leyó la noche de su dimisión se lo preparó (Boris) Yeltsin".

Bush creía que él no debía contarle directamente a Gorbachov que le iban a forzar a dimitir. Felipe González se ofreció a contárselo él durante "la cena a cuatro", y así lo hizo.

A partir de aquel invierno de 1991, los países de la UE y de la OTAN se aliaron en la creencia de que, más allá de la desintegración de la URSS"no se podía soportar una descomposición desordenada de la Federación Rusa. Era demasiado riesgo de centrifugación de talento militar y científico de calidad a bajo precio, que podrían querer Irak, Gadaffi, Irán..."

Guiños internos

Felipe González apenas ha hablado de política española en su lección en el CESEDEN, pero sí ha hecho tres guiños locales. El primero, en favor de un aumento del presupuesto de Defensa. "Hacer tanto con tan poco se llama eficiencia -ha dicho en elogio de los militares-, pero la escasez de recursos se puede terminar pagando en ineficiencia".

El segundo: para no depender energéticamente de Rusia, "hay que volverse a pensar la extensión de la vida de las centrales nucleares", ha opinado. Y ha aludido a Francia al defender, sin nombrarla, la solución del gasoducto Midcat: "No tiene lógica que por supuestos intereses nacionales en Marsella se nutran de gas ruso, y que el gasoducto (español) solo llegue hasta la frontera".

Y el tercero, una puya entre párrafos contra algunos dirigentes de Podemos, también sin nombrarlos ni a ellos ni a su formación, pero sí describiendo que "defienden a tope los derechos de las mujeres... salvo que sean iranís".