Los últimos ocho meses han puesto en evidencia la unidad de la mayoría de la comunidad internacional frente a la invasión de Ucrania por parte de Rusia pero también las limitaciones del sistema institucional y de organismos multilaterales para hacer frente a esa agresión. Esas limitaciones las ha asumido este jueves en Nueva York el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que ha asegurado: “Es evidente que necesitamos reformar el sistema de Naciones Unidas”.

Sánchez hablaba en una rueda de prensa con periodistas españoles para hacer balance de su viaje con motivo de la Asamblea General, ante la que por la tarde iba a pronunciar su discurso. Hablaba también horas después de que se celebrara una reunión del Consejo de Seguridad para abordar la impunidad de Rusia, una reunión en la que el ministro de Exteriores de Vladímir Putin, Serguéi Lavrov, había vuelto a escenificar el desprecio del Kremlin por el órgano, donde Rusia ha bloqueado repetidamente acciones referidas a la guerra con su derecho a veto.

En ese contexto, y en el de las últimas acciones desafiantes de Putin (que ha anunciado la movilización de tropas y ha lanzado amenazas nucleares conforme los líderes mundiales se reunían en Nueva York) el líder del ejecutivo español ha hablado de esa potencial reforma, proponiendo que se vaya “paso a paso articulando propuestas concretas para hacerlo más eficaz y no caer en la frustración”.

Europa unida y Putin debilitado

Sánchez, en cualquier caso, considera que la respuesta internacional a la crisis, y en particular la europea, está siendo una de destacable unidad. “Europa está unida y Putin sale debilitado”, aseguraba el presidente, que ve además señales en las acciones de Putin de que está “en una huida hacia delante”.

Cuando se le ha planteado que Hungría ha planteado un referéndum para opinar sobre las sanciones y ha anunciado que pedirá que se retiren antes de final de año, que en Grecia y Chipre se resisten a apoyar medidas sobre el crudo y que la posición de Italia se podría alterar tras las elecciones del domingo, Sánchez ha asegurado que no percibe división en Europa. “Al contrario”, ha dicho. “Desde mi punto de vista la unidad europea es rotunda y sale fortalecida por las palabras de Putin”.

“Es evidente que somos 27. Hay que sentarse, dialogar, negociar...”, ha reconocido también. “Pero ha habido discrepancias en otras ocasiones discrepancias y hemos llegado a acuerdos”.

Sánchez ve claro que “estamos en una nueva fase del conflicto”. No resta importancia a las amenazas nucleares de Putin (“la preocupación después de sus palabras está ahí”, ha dicho), pero también insiste en que es importante en las declaraciones “apelar a la prudencia, no contribuir a una escalada verbal”.

El presidente también ha calificado de “mascarada” la convocatoria de referendos de anexión en territorios ocupados, un paso que ha tildado de “grave” y que considera "ilegal" y ante el que ha prometido que los resultados no serán reconocidos. Pero luego, en una conversación informal con la prensa, ha señalado especialmente a acontecimientos como el intercambio de presos para insistir en que hay diferencias entre la retórica y las acciones del presidente ruso.