En plena carrera sobre qué comunidad autónoma del PP baja más los impuestos y el debate nacional sobre la limitación o no de las competencias de las autonomías para determinar los impuestos cedidos como el de patrimonio o donaciones y sucesiones, Isabel Díaz Ayuso ha roto hoy discurso de la oposición al recordar que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ya prometió en 2007 la supresión del impuesto de patrimonio.

En la primera sesión de control en la Asamblea de Madrid, Ayuso ha echado mano de la hemeroteca y ha recuperado la propuesta que Zapatero hizo como candidato a las elecciones generales de 2008: suprimir este tributo y anunciar que las comunidades que lo hicieran se verían posteriormente compensadas a través de la reforma de la financiación autonómica. La presidenta ha recordado, además, que uno de los argumentos utilizados entonces por el expresidente del Gobierno es el que utiliza también el Partido Popular, léase, que este impuesto no existe en la mayoría de los países europeos.

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Y como este recurso de hemeroteca estaba dirigido al portavoz socialista en la cámara regional, Ayuso ha advertido también al ya candidato autonómico del Psoe que su antecesor Tomás Gómez también echó mano de esta promesa en 2008. “La eliminación del Impuesto de Patrimonio es un proyecto progresista porque trata de que los madrileños no paguen un impuesto injusto que nació con carácter causal, censal y no tributario, que tiene sólo fines recaudatorios porque grava dos veces la misma cosa. Afecta sólo a las clases medias, ya que los grandes patrimonios eluden el pago mediante sociedades fiscales”. Esto es lo que Tomás Gómez dijo cuando dirigía a los socialistas madrileños.

Exultante tras remarcar a la oposición que estas declaraciones salieron de boca de dos destacados socialistas, la presidenta madrileña obvió que las circunstancias económicas en 2007 eran muy diferentes a las de ahora, más de 15 años después. Pero la coyuntura económica no es lo que importa, aducen los populares, puesto que el impuesto les parece injusto tanto si la situación económica es boyante como crítica.