El Gobierno no ceja en el empeño de conseguir que Francia desbloquee la construcción de un gasoducto a través de los Pirineos, el MidCat, por mucho que la alternativa submarina para conectar la Península Ibérica con el resto de Europa a través de Italia también esté sobre la mesa. El objetivo principal es convencer a Emmanuel Macron y en ello trabajan de manera conjunta España, Portugal y Alemania, que consideran, según fuentes del Ejecutivo español, que este proyecto forma parte de la respuesta europea a la guerra en Ucrania, "una reacción casi más política que técnica" y una nueva muestra de consenso en la UE para elaborar "nuevas políticas energéticas".

La presión de Alemania sobre Francia es constante desde hace meses. En marzo pasado, el embajador alemán en España, Wolfang Dold, ya mostró públicamente su apoyo a la reanudación del gasoducto transfronterizo Midcat y dijo que están "hablando con Francia y con España sobre este asunto". Y a principios de agosto el propio cancilller, Olaf Scholz, apostó por él como alternativa al Nord Stream 1 –que permanece en funcionamiento pero con la amenaza rusa de un corte de suministro este invierno– y al Nord Stream 2, el segundo de los gasoductos que conectan Alemania y Rusia, que ni siquiera se ha puesto en marcha tras la invasión. Pero Francia lo sigue bloqueando, a pesar de que se beneficiaría de la llegada de gas y de que su construcción ayudaría a toda Europa para sustituir la dependencia energética de Vladímir Putin.

El presidente del Gobierno viaja este martes a Alemania, invitado por Scholz, para participar en una sesión extraordinaria de su Consejo de Ministros, convocada para acordar una estrategia de seguridad nacional. Una novedad en la política alemana, que se deriva del acuerdo de coalición. El socialdemócrata Scholz preside un Ejecutivo en el que junto al SPD y los Verdes forman parte del gobierno los liberales del FDP. No está confirmado que en este encuentro con el canciller y los ministros se aborde necesariamente el MidCat, pero tampoco es descartable porque la invasión rusa a Ucrania ha abierto una crisis energética en la UE por la necesidad de algunos países de la UE, especialmente Alemania pero también Italia, del gas ruso. En todo caso es un asunto que se puede abordar en la comparecencia posterior.

EFE

PRESIÓN A FRANCIA

Se avance o no sobre ello, la sintonía entre Alemania y España en este tema está fuera de dudas. El viernes pasado lo repetía el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, al señalar que "hay un gran consenso por parte de Portugal, España y también de la parte alemana de que sería sensato crear dicha conexión". "Los deseos de españoles, alemanes y portugueses son muy coincidentes", subrayó.

Durante una comparecencia en Bogotá, Pedro Sánchez dio por primera vez alas al gasoducto submarino con Italia, que ambos países ya están estudiando, por las reticencias de Francia al MidCat. "Si no sale adelante el plan A, habrá que buscar el plan B", advirtió. "Si no se puede hacer por Francia, hay una alternativa que es por Italia. Yo traslado la determinación de España por hacer esa interconexión”.

"LO LÓGICO SERÍA IR A LO MÁS FÁCIL"

Pero, a pesar del aviso de Sánchez, la conexión italiana no es la prioridad del Gobierno. Sólo una segunda opción a la que no se querría llegar. Porque lo rápido y fácil, y lo que pide Alemania, es el MidCat. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo dejó muy claro la semana pasada. La alternativa "más sencilla" sería la interconexión con Francia frente a la opción italiana que, dijo, "se trata de una obra de ingeniería más complicada". "Lo lógico es ir a lo más fácil, a lo que pueda estar operativo para el otoño o invierno de 2023-2024", defendió. Este es el plazo estimado por España para su construcción, aunque el Gobierno galo no lo comparte.

En los últimos días, todos los pronunciamientos del Ejecutivo han sido en el mismo sentido. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que se reunió el miércoles en París con su homólogo francés, apeló también a la búsqueda de soluciones "que se puedan poner en marcha en el menor tiempo posible". La presión sobre Francia persiste, con ayuda alemana, y la duda de si este martes Schloz y Sánchez volverán a insistir en el MidCat. Sólo el convencimiento absoluto de que Macron no cederá -algo que aún no se plantea- podría llevar a España a impulsar la conexión submarina con Italia.