La agenda valenciana en Madrid parece estar gafada. Después de pasar prácticamente desapercibida durante las tres maratonianas sesiones del debate sobre el estado de la nación celebrado desde el martes y hasta este jueves en el Congreso, parecía que la reforma del sistema de financiación autonómica, principal reivindicación de la Comunitat Valenciana, iba a ser asumida como prioridad por el Congreso, pero un error humano lo va a aplazar al menos hasta septiembre.

Compromís presentó el miércoles una propuesta de resolución instando al Gobierno a acelerar la modificación del mecanismo de reparto de fondos autonómico. La coalición logró sumar a la causa al PSOE al aceptar ciertas enmiendas que suavizaban algunas de las reivindicaciones de Compromís, lo que hacía pensar que la instancia, que en todo caso no tenía implicaciones legales, iba a salir adelante este jueves, pero el diputado Joan Baldoví se equivocó al comunicarlo a la Mesa del Congreso, a cuyos responsables transmitió que no aceptaba las modificaciones socialistas.

Cuando se percataron del lapsus ya era demasiado tarde. La gestión del voto telemático obliga a cerrar el cuaderno de votaciones con cierto margen antes de la votación presencial y no permite a los grupos cambiar de posición sobre las enmiendas que acepta a su texto. Así, la resolución que aparecía en el cuaderno y la que se votó finamente en el Congreso fue la original, que no tenía el apoyo del PSOE, que votó en contra al igual que el PP.

En todo caso, fuentes socialistas aseguraban ayer a este diario que el "compromiso" del partido es apoyar la iniciativa en el primer pleno tras el parón estival, tramitándola como proposición no de ley. Desde Compromís apuntaron que ese registro como PNL podría producirse de forma inminente.

Más allá de los laberintos burocráticos del parlamentarismo, este jueves volvió a quedar patente la complejidad que entraña alcanzar acuerdos nacionales en materia de financiación. Un asunto en el que las posiciones no varían tanto en función del color del partido sino, sobre todo, del territorio en cuestión y de si este sale beneficiado o perjudicado con los criterios actuales. De hecho, las enmiendas del PSOE a Compromís buscaban precisamente no soliviantar a autonomías socialistas que se oponen a la reforma y, pese a que no modificaban el espíritu del texto, desde el PSPV se tuvo que trabajar para amarrar el apoyo del grupo en el Congreso.

Reclamar un impulso a la reforma de la financiación no fue la única oportunidad que perdió este jueves la agenda valenciana. La proposición de Compromís también instaba al Gobierno a aprovechar la posible reforma de la Constitución para eliminar el término ‘disminuido’ para recuperar el derecho civil valenciano. Una petición en la que sí que coinciden las principales formaciones autonómicas pero que estaba incluida en la misma proposición y por tanto, también queda pospuesta, al menos, hasta septiembre.