Hace un año el PSOE vio venir con claridad una remodelación de Gobierno pero no pudo acertar si sería antes o después del verano, al compás del congreso del partido. Lo mismo que pasó entonces, ocurre ahora. Nadie puede saber qué hará Pedro Sánchez tras la bestial derrota de los socialistas en las elecciones andaluzas de este domingo, a menos que se lo haya contado él. Pero la idea de una nueva crisis está completamente instalada en La Moncloa, entre quienes deben ayudar al presidente del Gobierno a afrontar en condiciones óptimas las autonómicas y municipales de mayo de 2023 y las generales de finales de año, según confirman distintas fuentes del Ejecutivo y del partido. Sobre ello se está hablando ya desde hace semanas. El debate no es si es necesaria. El asunto es cuándo hacerla. 

La legislatura encara su fase final -apenas quedan dos periodos de sesiones en el Congreso, de septiembre a diciembre y de febrero a junio- y Sánchez se enfrenta a dos decisiones a corto plazo. Una, cómo reaccionar ante la debacle en Andalucía. Y dos, qué hacer para mejorar las opciones del PSOE ante el próximo ciclo electoral. En realidad son dos reflexiones que están unidas pero el resultado andaluz las convierte en más urgentes. Fuentes socialistas consultadas por este diario aseguran que "no le queda otra que hacer una nueva remodelación del Gobierno", probablemente en otoño. Una sensación que, como publicó El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico,, ya estaba muy extendida antes del 19-J, ante la perspectiva de una gran victoria del PP. 

Como sucede en Moncloa, en el partido y sus órbitas, desde este lunes la crisis se percibe ya como algo inevitable. Aunque, con matices. Según un barón regional no tiene porqué ser algo "automático". "Debe relanzar la acción de gobierno y las elecciones andaluzas tienen que ser un punto de inflexión para una estrategia renovada", reflexiona. "Hay que tomar alguna decisión", asegura otro dirigente sobre una crisis en el Ejecutivo. "No rentabilizamos la gestión y ellos -en referencia al PP- sí lo hacen con la crispación".  

"En septiembre, proyecto renovado"

Hay unanimidad en que el presidente reaccionará porque, señala una persona que le conoce bien, es un "superador de obstáculos". A diferencia de lo que pasó en las elecciones de Madrid, en las que Iván Redondo y Sánchez negaron hasta el último momento los sondeos y confiaron en que podían cambiarlos, el líder socialista ha sido ahora muy consciente de que Andalucía iría mal. En Moncloa esperaban que Juanma Moreno no llegara a la mayoría absoluta y la dependencia de Vox supusiera un lastre para Alberto Núñez Feijóo. Pero la derrota estaba asumida y llevan tiempo trabajando en preparar el inicio del próximo curso político. De hecho, el equipo del presidente, en una reciente reunión con los directores de Comunicación de los ministerios, ya transmitió la idea de que "en septiembre se vuelve con un proyecto renovado", según indican fuentes socialistas. 

"Él ya está pensando en las autonómicas y en las municipales", sostienen. "Sabe que ha perdido esta batalla y está en la siguiente". Este diario ya informó que en Ferraz sopesan que algunos ministros puedan presentarse a las elecciones municipales.  La dirección socialista baraja "en firme" que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, sea la candidata en Las Palmas de Gran Canaria, y no descartan proponer a la titular de Ciencia, Diana Morant, como cabeza de lista al Ayuntamiento de Valencia. La posibilidad de que Miquel Iceta lidere la candidatura de Barcelona es una decisión que, formalmente, está en manos del PSC. 

En todos los casos la resolución de plantear o no sus candidaturas a cada federación la tomará Pedro Sánchez. Pero este horizonte también afecta al calendario de una posible remodelación. Aunque al PSOE le haya entrado el miedo en el cuerpo ante un futuro incierto, en apenas unos días se celebra la cumbre de la OTAN en Madrid. La segunda semana de julio está previsto que se realice el debate del estado de la nación y, después, las vacaciones de agosto darán un descanso al Gobierno. 

La remodelación de hace un año, cuando el presidente convulsionó el ala socialista del Ejecutivo y decidió prescindir de Carmen Calvo, José Luis Ábalos y Redondo, se hizo precisamente en julio, y la impresión ya entonces fue que el verano la había opacado. Con los meses se ha consolidado también la idea de que los cambios no han fructificado, que falta "peso político", que las nuevas ministras no han deslumbrado, que Felix Bolaños, el vicepresidente político 'de facto' no puede atender todos los frentes abiertos y que a Sánchez le faltan "pararrayos".  

¿Una única crisis o dos ajustes?

El reto ahora es actuar ante todo esto: las andaluzas, las carencias del Ejecutivo, la propia erosión de la coalición, las dificultades o la ineficacia del Gobierno a la hora de vender su gestión, el revulsivo que ha supuesto Feijóo. Pero la preguntas es ¿cuándo? Aquí se abren diferentes escenarios. Como comentaba un presidente autonómico no debe ser algo inmediato. Un cargo del Gobierno apunta a "en otoño", "una vez que se encarrile la aprobación de los presupuestos, que mueva todas las piezas que tenga que mover". Otra fuente, cercana a La Moncloa, conjetura con "una crisis en dos etapas porque no puede aguantar a las municipales""En julio o septiembre, con la incorporación de pesos pesados del PSOE" y, después, "ajustes de cara a mayo, si van ministros en las candidaturas". Otro dirigente consultado opina que el presidente "hará retoques" de cara a las elecciones autonómicas y municipales pero tocará nada "a raíz del 19-J". 

Esta misma fuente asume que lo que ha sucedido en Andalucía no es "electoralmente bueno para el presente" pero expone dos datos que certifican que en las próximas generales no está "nada dicho". Uno, que la participación siempre es mayor en generales que en autonómicas, y el PSOE ha tenido ahora un problema de movilización. Y dos, que todos los presidentes socialistas han mejorado los datos en andaluzas. "Hay tiempo", defiende, sobre la posibilidad de mejorar las expectativas de Sánchez, a pesar de la "inflación de caballo".

Y, aunque la mayoría absoluta del Juanma Moreno supone un freno para el crecimiento y las expectativas de Vox, en el PSOE se aferran a que "la ultraderecha no se ha disuelto" y que Feijóo es un dirigente que aún tiene mucho que demostrar como certifica, indican, algunos fallos en "temas económicos e internacionales". El mantra de estos meses es cristalino: "Hay tiempo".