El Ministerio de Exteriores tratará en los próximos días de mantener un perfil bajo respecto a la crisis con Argelia, para ayudar a encauzarla. José Manuel Albares ha intentado conseguir que los distintos partidos del Congreso mantengan las críticas en un tono moderado que permita desinflamar la situación con el país magrebí. Espera la diplomacia española los siguientes pasos de Bruselas, que ya está trabajando para ayudar a resolver el conflicto. “La Comisión está en contacto y diálogo con todas las partes implicadas”, aseguran fuentes comunitarias. 

Desde Argelia se ha vuelto a elevar el tono. En un artículo de opinión cargado de insultos hacia Albares ("guiñolesco", "pirómano", "indigno", "irrespetuoso"), la agencia oficial de prensa APS ha acusado al ministro español de "agravar" el conflicto por insinuar que la relación con Rusia de Argelia está detrás de la escalada en el conflicto diplomático y económico. Fuentes diplomáticas replican que la nota parte de una premisa falsa y que Albares no ha señalado a Moscú. Sobre los insultos, las mismas fuentes apuntan a que España ahora busca rebajar la tensión y no responderán.

Pero, al mismo tiempo, en Argel hay indicios de que se está replanteando el conflicto. El presidente Abdelmadjid Tebboune ha cesado al ministro de Finanzas del país, Abderrahman Raouya. Aunque no se han dado explicaciones, la expulsión llega a los pocos días de la reprimenda europea a Argelia por haber decidido congelar, precisamente, las transacciones financieras relacionadas con las exportaciones e importaciones españolas.

Llamadas a los grupos parlamentarios

Albares lleva desde el viernes pasado evitando hacer declaraciones. Sí ha realizado varias llamadas personales a distintos líderes del Congreso para dar explicaciones y pedir ayuda. 

El Gobierno trata de evitar la posibilidad de que una mayoría de grupos parlamentarios se pongan de acuerdo para pedir la comparecencia de Pedro Sánchez ante el pleno del Congreso y explique, así, el estado de las relaciones con Argelia. La Junta de Portavoces de la semana próxima analizará la propuesta que el PP ha registrado para tal fin, avalada ya por la Mesa. Si lograra el apoyo de la oposición, se produciría un escenario idéntico al que se vivió hace casi un mes, cuando de la Cámara salió la petición de la mayoría de las formaciones, menos el PSOE, para debatir la visita a Rabat acontecida a primeros de mayo. Fue una derrota política del Gobierno. El visto bueno a una comparecencia más sería otra derrota.

Fuentes parlamentarias consultadas por El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, han informado que durante la ronda de conversaciones que Albares tuvo con los portavoces de los grupos en la Comisión del ramo, el viernes pasado, transmitió tres mensajes, que en realidad son dos intenciones y una tesis. 

La primera de las intenciones tiene que ver con desinflamar el conflicto político nacional. La idea sería que de la Junta de Portavoces del Congreso de la semana próxima salga una mayoría que diga "no" a la solicitud de comparecencia del PP. Las fuentes han considerado adecuado ese enfriamiento, aunque no por ello Albares se ha librado de críticas políticas. El giro dado en la pugna territorial del Sáhara Occidental, que afecta a Marruecos, al Frente Polisario y a la propia Argelia, sigue doliendo entre los aliados de izquierdas, empezando por Unidas Podemos.

Albares también habló con la portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores, Valentina Fernández. La diputada popular, en declaraciones a Europa Press, insistió el pasado lunes en que si Argelia da por roto el Tratado de Buena Vecindad y quiebra las relaciones comerciales, es por la sucesión de decisiones adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez. El ministro reiteró la petición de prudencia.

La segunda intención que manejó el ministro apunta directamente a la Unión Europea. Albares, tal y como explicó en sus conversaciones, no habló antes con los grupos parlamentarios porque desde el miércoles trabajó para construir meticulosamente un plan de acción y un argumentario sólido. Eso pasaba por trabajar los vínculos europeos, y así, el viernes, en Bruselas, logró un posicionamiento unívoco de la UE, tajante en contra de la determinación de Argel. “Bruselas considera que los movimientos argelinos van contra la autonomía española a la hora de hacer política exterior”, explican fuentes socialistas.

Vía diplomática abierta

Ahora bien, la vía diplomática no puede cerrarse y esta es la que explorará Albares. Eso dijo a los portavoces, indican las fuentes consultadas: "Hay una ventana abierta al diálogo y hay que aprovecharla", fueron sus palabras, en versión de una de las fuentes a las que se ha dirigido este medio.

Para que ese proceso cuaje, y más por los cauces de la diplomacia, resultan esenciales la discreción y la prudencia. El ministro afirmó el viernes pasado en Bruselas que el momento actual exige una posición política conjunta, una actuación de país antes que de partido. En términos similares se expresó con los interlocutores parlamentarios. La cautela es una actitud que Albares, de hecho, ya está practicando. Necesita, no obstante, que el comportamiento sea compartido por la oposición. Se lo ha pedido al PP y se lo ha pedido a los aliados, pero sin demasiada suerte. Podemos personalizó en el presidente la responsabilidad de la crisis abierta con Argelia y más o menos lo mismo ha hecho el PP.

Sánchez respondió en el mitin electoral que protagonizó el sábado pasado, en el marco de la campaña andaluza. Acusó a los populares liderados por Alberto Núñez Feijóo de ser el mismo partido de "siempre", capaz de alinearse con Argelia antes que con España. No ha sido el único dirigente socialista en recurrir a esa línea argumental. El portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, no dudó en hacerlo este martes en Huelva.

Han sido intervenciones públicas, pero el Gobierno no sólo se ha movido en esta esfera para criticar al PP. Fuentes parlamentarias han señalado que este mismo martes Albares ha efectuado una segunda ronda de conversaciones, aunque no con todos los portavoces parlamentarios. Con los que ha hablado telefónicamente sí ha comentado su contrariedad por la actitud del partido de Feijóo. Siempre según la versión de las fuentes, en el Ejecutivo está asentada la idea de que la cúpula popular tiene históricas conexiones con empresarios argelinos, y que justo es eso lo que prima en Génova. Entre 2001 y 2003, el Gobierno de José María Aznar reforzó sus relaciones con Argelia tras una cruda crisis con Marruecos que concluyó con la construcción de un gasoducto submarino Medgaz entre el país magrebí y Almería.

La tesis que el jefe de la diplomacia española compartió el viernes con los portavoces implica a Rusia. Dicen las fuentes consultadas que el viernes deslizó ya esta conexión. Perfiló un eje Argel-Moscú-Caracas como causa de la hostilidad que ha mostrado la cúpula política-militar argelina. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, usó este argumento el lunes. Al PP la tesis no le complace. El responsable de Política Institucional del partido, Esteban González Pons, tachó esta tesis de "excusa idiota".

Comprobando la situación comercial

La Moncloa, mientras, está tratando de comprobar si hay o no normalidad en las relaciones comerciales con Argelia, a través de la Oficina Comercial en Argelia. La situación es confusa porque Argelia emitió dos comunicados negando haber congelado el comercio bilateral. Sin embargo, las empresas españolas siguen teniendo problemas. La papelera Saica, por ejemplo, ha reconocido este martes que no puede comerciar con Argelia porque las transacciones bancarias siguen congeladas, informa El Periódico de Aragón, perteneciente al mismo grupo que este diario. Saica exporta 110 millones de euros de los 2.900 millones totales de comercio español con el país magrebí. 

La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha dicho que defenderán los intereses de las empresas españolas, pero se ha negado a concretar por prudencia si hay contactos diplomáticos entre los dos países o si el Gobierno comparte con su vicepresidenta, Nadia Calviño, que Argelia está cada día más alineada con Rusia.