Con el peligro de un mal resultado en las elecciones andaluzas del domingo acechando y el riesgo de que el PSOE entre en pánico porque se vea debilitado de cara a las autonómicas y municipales de mayo y a las próximas generales, la dirección socialista lleva semanas adelantando trabajo en la búsqueda de candidatos de peso para las grandes ciudades. Entre las opciones que baraja el equipo de Pedro Sánchez en Ferraz se incluyen ministros, lo que pondría en bandeja al presidente una nueva crisis en el Ejecutivo en el medio plazo. Eso, si no se ve obligado a reaccionar antes y coger impulso.

El agujero de los socialistas en las principales capitales es tan profundo que requiere actuar para que no lastre el voto autonómico, sobre todo ahora que la marca ha perdido lustre por el desgaste del Gobierno de coalición y la aparición en el PP de Alberto Núñez Feijóo, según evidencian casi todos los sondeos. El Ejecutivo necesita oxígeno para la parte final de la legislatura, sobre todo si el 19-J hay naufragio en Andalucía. Además, está muy extendida la opinión de que no ha cuajado la remodelación del Gobierno de hace un año, más pensada para gestionar una recuperación económica y el reparto de fondos que para hacer frente a más crisis.

Como publicó este diario, voces muy autorizadas en el Ejecutivo y en el partido apuntan a que Sánchez se verá apremiado a hacer cambios para dotar al Consejo de Ministros de más empuje político. Podría hacerlo en cualquier momento y, seguramente, el calado del resultado en Andalucía marcará el calendario final. Pero el plan en el que trabaja ya Ferraz, obligaría, como tarde, acometerlos de cara a las las elecciones municipales. Fuentes conocedoras aseguran que la dirección socialista baraja "en firme" el nombre de varios ministros. Quieren que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, sea la candidata en Las Palmas de Gran Canaria, y no descartan proponer a la titular de Ciencia, Diana Morant, como cabeza de lista al Ayuntamiento de Valencia. La posibilidad de que Miquel Iceta lidere la candidatura de Barcelona es una decisión que, formalmente, está en manos del PSC.

En la lista de ciudades más pobladas el PSOE sólo gobierna en Sevilla y hay que bajar hasta el puesto 13 y el 15, Valladolid y Gijón, para encontrar más alcaldes socialistas. La dimensión de esta enorme oquedad es lo que lleva a Ferraz a pensar en promocionar ministros.

La lupa sobre Valencia

La marcha de Darias a Las Palmas se da como una de las opciones con más visos de prosperar, según señalan distintas fuentes. Ya ha trascendido que el actual alcalde, Augusto Hidalgo no repetirá y será el candidato del PSOE al Cabildo de Gran Canarias. Se requiere ahora a alguien fuerte, y Darias, con el escaparate nacional que ha supuesto el Ministerio de Sanidad, es la persona idónea, según las fuentes consultadas. El presidente canario, Ángel Víctor Torres, se ha consolidado al frente de un Gobierno progresista compartido junto a otras tres fuerzas -Nueva Canarias, Sí Podemos y Agrupación Socialista Gomera-, que puso fin a 26 años de poder de Coalición Canarias. Pero ahora se trataría de avanzar en el liderazgo del PSOE.

Valencia está mucho más abierta. La cúpula socialista no ve con buenos ojos a la vicealcaldesa, Sandra Gómez, que gobierna como número dos de Joan Ribó (Compromís). Creen que no acaba de despegar y que necesitan a alguien con más potencia. Fuentes del partido aseguran que en el congreso federal, que se celebró en octubre en la ciudad, Sánchez ya se lo transmitió al presidente valenciano, Ximo Puig.

En Ferraz conjeturan con la idea de que la candidata sea la ministra de Ciencia pero se trata de una visión muy aérea, que denota un gran desconocimiento del territorio. Diana Morant no tiene arraigo en Valencia y, además, ha sido alcaldesa de Gandía. Puede argumentarse que la aspirante del PP, María José Català, lo fue también de Torrent, pero este municipio, del área metropolitana de la capital no tiene ni mucho menos la identidad que tiene Gandía. Vivir en Torrent es casi como hacerlo en Valencia. Y Morant ni siquiera tiene casa en la ciudad, además de que su grado de conocimiento es bajísimo. Su paso por el Ministerio no está suponiendo un gran despegue político.

Pero es comprensible que, desde una óptica madrileña, la dirección del PSOE esté pensando en ella como relevo. Distintas fuentes es que existe mucha preocupación por la candidatura en Valencia y que se están valorando todas las opciones sobre la mesa. No obstante, en el PSPV aseguran que "Sandra Gómez cuenta con todo su apoyo".

La misma inquietud existe en Alicante y en Zaragoza, donde ya fue candidata la ministra de Educación, Pilar Alegría. En Madrid está decidido construir un nuevo liderazgo en torno a Mercedes González, que se presentará a la Alcaldía y a quien ya se situó al frente de la Delegación del Gobierno para concederle más visibilidad. Aquí los socialistas parecen ahora convencidos de impulsar una alternativa desde la base, también con Juan Lobato en la Comunidad, aunque en las autonómicas del año pasado se especuló muy seriamente con los nombres de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y de la Industria, Reyes Maroto.

La oportunidad de Barcelona

Barcelona, con el socialismo totalmente al alza tras la última victoria electoral de Salvador Illa, a pesar de que no pudo gobernar, sería el destino ideal de Iceta, según piensan en el partido. Pero esto compete al PSC, partido hermanado con el PSOE. Aunque en esta etapa de poder absoluto de Sánchez su opinión siempre resulta decisiva. El futuro de los ministros está completamente en sus manos.

El paso de Iceta por el Gobierno está resultando muy extraño porque nadie que le conozca es capaz de negar su capacidad política. Pero lo cierto es que el presidente no ha contado con él en su núcleo más cercano y en el Ejecutivo está totalmente desaprovechado. Es precisamente su perfil lo que cuestiona su candidatura a la Alcaldía ya que no parece que la política municipal sea la mayor vocación de Iceta.

Hace meses que se habla del ministro de Cultura como cabeza de cartel, lo que obligó a Illa a decir públicamente que su candidato era Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, con Ada Colau al frente. Fuentes conocedoras sostienen que él mismo se está promoviendo, algo que también hace Sandra Gómez en Valencia. Dar por hecho que repetirán para tratar de espantar las dudas. La diferencia es que en el caso de Valencia no existe una alternativa clara. Algo que sí ocurre en Barcelona. Además, en las anteriores elecciones Sánchez ya mostró recelos a la candidatura de Collboni.

Sobre lo que suceda en la Ciudad Condal se suma que Illa también negó hasta la saciedad, incluso en las horas previas, que fuera a dejar el Ministerio de Sanidad y liderar la lista del PSC a la Generalitat. Ese mismo temor existe ahora en torno a Iceta. Si finalmente no se presentara a alcalde de Barcelona, el ministro sería también una pieza con la que el presidente podría jugar para reforzar el músculo político del Ejecutivo.

Las decisiones tras el verano

El verano será clave para adoptar todas estas decisiones ya que en septiembre, con el inicio del curso político, el plan de acción tendrá que estar trazado para afrontar las primarias internas antes de que concluya este año. La búsqueda de candidatos de altura transmitiría la impresión de que el PSOE va a por todas en unas elecciones decisivas como son las municipales.

Las nuevas ministras, en especial Morant, y la de Transportes, Raquel Sánchez, no se han consolidado y con la salida de José Luis Ábalos y de Carmen Calvo, el presidente se ha quedado sin protección. De hecho, los ministros apenas hablan de nada que no tenga que ver con su Ministerio. El titular de Presidencia, Félix Bolaños, ejerce de vicepresidente 'de facto' pero gestiona tantos temas que no parece tener manos suficientes para todo.

Queda tiempo para las generales pero los nubarrones que se ciernen sobre el Gobierno obligan a una reacción, según defienden muchas personalidades en el partido. El ruido por la tensión permanente con Unidas Podemos o la dependencia de ERC (ahora cada vez menor) y de EH Bildu es tan intenso, que impide a La Moncloa vender sus logros. El PP se ha fortalecido con Feijóo y con su estrategia de alejarse de Vox. Y las perspectivas económicas han empeorado con la invasión rusa de Ucrania, la crisis energética y de suministros y el alza de la inflación. Si Andalucía sale mal el PSOE entrará en una fase de pesimismo para la que únicamente Sánchez tiene tratamiento.