El 'president' Pere Aragonès ha dejado patente, este miércoles en el Parlament, la distancia oceánica que le separa de Pedro Sánchez y su Gobierno. Usando como palanca sendas preguntas de los 'comuns' y de la CUP, e incluso, una tercera de Junts, Aragonès ha aseverado que la "la 'Agenda del reencuentro'", el plan de Pedro Sánchez para recoser las relaciones institucionales entre el Estado y la Generalitat "no es la nuestra y, además", en referencia al propio presidente del Gobierno y a su Ejecutivo, "no la concretan. Se creen que con los indultos ya está todo hecho".

Le preguntó Jéssica Albiach sobre el decreto de medidas urgentes para contribuir a paliar los efectos del conflicto bélico de Ucrania y de actualización de determinadas medidas adoptadas durante la pandemia. Un texto que, según la líder parlamentareia de En Comú Podem, no ha sido negociado con los partidos y que muestra grandes "carencias". Aragonès respondió sumando un nuevo agravio a la lista de "incumplimientos" de la administración de PSOE-UP.  

"El escudo social, sin recursos, sí es 'fake", dijo el 'president' usando el término que la posecosocialista había empleado para definir la voluntad negociadora del Govern. Y siguió Aragonès: "En la Conferencia de Presidentes de la Palma, del 25 de febrero, el presidente del Gobierno se comprometió a que el Estado sufragaría todos los gastos derivados de la acogida a los refugiados ucranianos. Y no ha pagado ni un solo euro".

Eulàlia Reguant (CUP) empleó su turno en preguntar sobre el descubrimiento del presunto infiltrado de la Policía Nacional en las organizaciones sociales y lo unió con un hilo de continuidad con el caso 'Catalangate' para concluir que la 'agenda del reencuentro falla" y solicitó a Aragonès que "abandonara el marco del reencuentro", es decir, que cesara en su táctica dialogadora, y reabriera la agenda independentista.

Fue entonces cuando el republicano puso distancia con la dicha agenda de Pedro Sánchez. U mostró su solidaridad con los colectivos sociales afectados y dio su palabra de que ningún nivel de su Gobierno ha sido cómplice de esta actividad policial.

Las intervenciones de Albert Batet (Junts) y de Salvador Illa (PSC) , e incluso la de su partido, vía Josep Maria Jové, sirvieron para que fuera trufando de quejas y muestras de enfado a propósito del déficit inversor y de ejecución de los presupuestos.

Por otra parte, la extrema-derecha, aprovechando que el Sena pasa por París, trató de mezclar los incidentes registrados en las cercanías del estadio de Saint Denis, cuando la celebración de la final de la Champions League, con la realidad social catalana. Aragonès, indignado una vez más, declinó entrar en debate "para no blanquear el fascismo".