El PSOE quiere contar con el PP para su ley abolicionista después del desacuerdo público que vivió el Gobierno de coalición en la tramitación final de la ley del solo sí es sí. Las diferencias tan notables que existen entre los dos socios gubernamentales sobre la prostitución (que se corresponden también con las dos visiones dentro del feminismo, la abolicionista y la que apuesta por regular) han llevado a los socialistas a ver al primer partido de la oposición como un aliado inesperado en este asunto.

Sobre todo, porque el PP defiende en su programa electoral la postura abolicionista y, de hecho, apoyó hasta el final la enmienda del PSOE que pretendía endurecer los delitos de proxenetismo y tercería locativa (que hace referencia a la responsabilidad penal de quien obtiene beneficios por alquilar un inmueble en el que se ejerce la prostitución), y que los socialistas acabaron retirando para que pudiera prosperar la ley de libertad sexual, la más importante en la materia del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. Unidas Podemos se negó a admitir esa enmienda y la ley estuvo a punto de saltar por los aires.

Una “decepción” según reconocen dirigentes populares del más alto nivel, que compartían el contenido de la enmienda y que aseguran que “estaba muy, muy trabajada”. Además, aseguran que el PSOE les trasladó en todo momento que no darían un paso atrás en ese sentido. Ahora, el debate se centra en la nueva norma, a pesar de que la división en el Ejecutivo está en el mismo punto, y los populares se muestran “desconfiados” por si el partido de Pedro Sánchez no consigue sacar adelante su posición.

El martes se debatirá en el Congreso la proposición de ley del PSOE y en el PP respaldarán la toma en consideración. Es el primer trámite, el más básico, para que una iniciativa legislativa empiece su camino en la Cámara Baja. La primera prueba de fuego. En realidad, los populares reconocen que ven “difícil” que haya oposición por parte de prácticamente ningún grupo. El plato fuerte vendrá después, cuando empiece la tramitación.

Como publicó este diario, la intención del PSOE pasa no solo por contar con el apoyo popular para la toma en consideración, sino por negociar su voto afirmativo en el texto final. Su intención es establecer contactos a lo largo del fin de semana.

EFE

Y el PP, según ha podido constatar El Periódico de España, se abre a ese escenario. Pero lo hace con mucha prudencia. “Vamos a ver en qué va quedando. Son poco de fiar porque la tercería locativa tenía que haber salido adelante y, al final, el PSOE no aguantó”, se lamentan. “No podemos obviar que esta ley es el resultado de una guerra con Podemos. De ahí viene esta iniciativa del PSOE. Y veremos donde llega. Por ahora nos han demostrado que no podemos tener mucha confianza”, zanjan.

La realidad es que el fin del proxenetismo es uno de los grandes objetivos del PSOE de esta legislatura, y las diferencias con Unidas Podemos, favorables a la regulación, han conllevado importantes quebraderos de cabeza para las dirigentes socialistas referentes en la materia.

Otros acuerdos con PP

También es cierto que el Gobierno, esencialmente la parte del PSOE, ya ha encontrado un cierto apoyo en el PP para algunos asuntos clave. A pesar de que no hubo entendimiento para el decreto ley de medidas extraordinarias por la guerra en Ucrania (será difícil que lo haya en la prórroga, teniendo en cuenta que el PP exige cambios que incluyan parte de su plan económico), semanas después fueron los diputados populares los que salvaron la ley de seguridad nacional y la ley audiovisual.

Como publicó este diario, el nuevo partido dirigido por Alberto Núñez Feijóo ha cambiado su estrategia en la Cámara Baja para condicionar votaciones importantes que afectan al Gobierno, convencido de que así retrata el ‘infierno parlamentario’ al que Sánchez se somete prácticamente cada semana. Por primera vez, el PP hace valer el peso de ser el primer partido de la oposición, alterando las mayorías, sin mirar a Vox de reojo y desconcertando a los socios habituales del Ejecutivo.