"Hablaremos y seguiremos trabajando". Con esta declaración de intenciones, el PSOE culminó la semana pasada otro de sus días malos con Unidas Podemos, con el Congreso de los Diputados como escenario de batalla de los socios de la coalición. La votación de la ley audiovisual supuso un hito en esta legislatura, al ser la primera vez que la formación morada evita apoyar en el Parlamento un proyecto de ley procedente del Gobierno y aprobado sin fisuras previas en el Consejo de Ministros. Una ruptura en el voto que los dos partidos se reprochan mutuamente pero que, condenados a entenderse si pretenden agotar la legislatura, no se pueden permitir. Ambos son conscientes y van a tratar de encontrar una solución, tal y como recoge El Periódico de España.

El nuevo choque entre PSOE y Unidas Podemos se ratificó después de días de fuertes tensiones, y la ley sólo salió adelante gracias al Partido Popular, entre críticas de los socios parlamentarios de Gobierno, incluido el miembro minoritario de la coalición. Las críticas de los morados se sucedieron durante días por la modificación que el PSOE introdujo en el texto a través de una enmienda técnica. Este cambio, que hizo estallar por los aires el acuerdo interno, abría la puerta a que las grandes televisiones crearan productoras 'ad hoc' para realizar inversiones, que se prevén destinadas exclusivamente a productoras de carácter independiente.

Fueron días de presiones en los que Unidas Podemos trató en vano de reconvenir a sus socios con una dura negociación para volver al texto original. Pero los socialistas se valieron de la abstención del PP, sublevando al llamado bloque de investidura. La ley audiovisual, que había sido la llave para que ERC aprobara los presupuestos, sólo contó finalmente con los votos a favor de PSOE y PNV, y con la oposición de formaciones como EH Bildu, ERC o Más País, que habitualmente apoyan la agenda legislativa del Gobierno.

Superar "las magulladuras"

Después de la gran tensión de este episodio, que evidenció una nueva brecha en la coalición, los dos grupos parlamentarios se han emplazado a una reunión para reconducir la situación y superar las "magulladuras" que provocó el choque, según destacan fuentes parlamentarias. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales Rafael Simancas por parte de los socialistas y Txema Guijarro, como secretario general parlamentario de los morados, han acordado verse en los próximos días, previsiblemente a lo largo de esta semana, en una "conversación pendiente" encaminada a trabajar juntos en la "prevención" de situaciones similares y en la "planificación" legislativa.

En ambas partes subyace la idea de que no pueden volver a darse discrepancias tan evidentes como la vivida la semana pasada, con los socios de gobierno votando de manera distinta. Aunque destacan que la "normalidad" sigue instalada en el día a día parlamentario, son conscientes del fuerte desgaste que supuso este hecho y la falta de cohesión que proyecta la coalición. Ya se han convertido en habituales las diferencias en el seno del Ejecutivo que, además no hay empacho en hacerlas públicas. La división interna se redujo con la salida del Gobierno de Pablo Iglesias. La cohabitación desde ese momento ha sido más fácil pero en los últimos meses el Gabinete parece aún más desestructurado porque hay división también en el bloque morado -ya se habla de Ejecutivo a tres- con Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Joan Subirats, por un lado, y Ione Belarra e Irene Montero por otro.

"No aguantan la presión"

El PSOE está tratando de hacer de argamasa en este difícil contexto, pero eso no impide las críticas a sus socios. Respecto a ley audiovisual un alto cargo socialista considera que "Podemos no ha sabido aguantar la presión de las productoras pequeñas". En su descargo, el socio minoritario sostiene que "fue el PSOE quien incumplió lo acordado con las demás formaciones".

Los jirones de la coalición son evidentes y esta semana ha comenzado con acusaciones de Podemos al ala socialista del Ejecutivo de "adjudicaciones a dedo" en las contrataciones para la organización de la cumbre de la OTAN del 29 y 30 de junio. Unos reproches que este martes la propia Yolanda Díaz ha corregido, ya que fue el Consejo de Ministros quien autorizó los contratos y su trámite por procedimiento negociado sin publicidad por motivos de seguridad. Pero en el partido morado justificaban ayer unas declaraciones tan duras en que también es un trago para ellos "que el PSOE saque adelante la ley del audiovisual con el PP" o "cambiar 40 años de posición política sobre el Sáhara de manera unilateral".

No ha sido la primera vez que socialistas y Unidas Podemos votan de manera distinta. Podemos se abstuvo en la Ley de igualdad de trato presentada por el PSOE; bautizada como Ley Zerolo, aunque esta medida provenía del grupo socialista y no del seno del Gobierno. Otra diferencia de voto se dio en la moción que la CUP presentó el pasado noviembre pidiendo al Gobierno paralizar los desahucios. Mientras Unidas Podemos votó a favor, los socialistas se opusieron.

Pero, es la ruptura de la posición en la ley audiovisual, lo que pone directamente en cuestión el llamado 'Protocolo de funcionamiento de la coalición' [aquí en PDF], por el que los grupos que conforman el Ejecutivo se comprometían a apoyar en Las Cortes todas las políticas gubernamentales. "Los partidos firmantes se comprometen a dar apoyo parlamentario (...) a la acción del Gobierno y al desarrollo de los acuerdos explícitos alcanzados en el programa de Gobierno progresista, debiendo prestar respaldo al Gobierno de coalición y a cada uno de los ministerios que lo componen", reza el punto 8 de aquel pacto, hoy papel mojado en vista de los hechos.