La sensación que cunde dentro del PP tras dos semanas de crisis por el caso del espionaje es que el Gobierno no tiene nada fácil superar el desgaste. En el partido de Alberto Núñez Feijóo dan por hecho que la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban, no terminará con la erosión que viene sufriendo el Ejecutivo ni calmará las exigencias de los independentistas. Y más allá de si lo que sigue encima de la mesa son más ceses u otras cuestiones, los populares cuentan con que esta situación ha sido un punto de inflexión, “de lo más grave que ha ocurrido en la legislatura”, que aumenta la dependencia de Pedro Sánchez con sus socios: “Ellos tienen la sartén por el mango”, reflexionan en la cúpula conservadora.

A pesar de las dimensiones de esta crisis —Feijóo está convencido de que será muy complicado para la Moncloa dar carpetazo al asunto— en el PP sí piensan que ERC y Bildu “no dejarán caer al Gobierno” conscientes, precisamente, de su debilidad extrema. “Ahora le tienen en sus manos”, insisten, hasta el punto de que en la cúpula popular ven “irreversible” la situación alcanzada y, por mucho que Sánchez agote la legislatura, los conservadores perciben como improbable que la tendencia se dé la vuelta. “Esto solo puede ir a peor”, avanzan.

El fulminante cese de Paz Esteban, después de que la ministra de Defensa se esforzara públicamente en mostrarle su apoyo (incluso en la rueda de prensa del anuncio de ayer, defendiendo su labor al frente del organismo y dejando claro que su sustituta es una persona de su total confianza) es a ojos de los populares una "decisión insólita" que pone en cuestión los servicios de inteligencia en España y que arroja dudas sobre la imagen exterior a un mes y medio de acoger la cumbre de la OTAN en un momento clave para el futuro de Europa y la Alianza Atlántica. Un asunto que, como adelantó este diario, está en el punto de mira de la oposición.

El PP ha conseguido que Sánchez acuda a comparecer al Congreso para dar explicaciones políticas del caso Pegasus. La fecha está aún por determinar, pero el primer partido de la oposición llevaba días presionando en ese sentido. Su objetivo en realidad pasa por demostrar o buscar que el presidente reconozca que el CNI actúa por orden directa del Ejecutivo y, como mínimo, le reporta los resultados en actuaciones previamente protocolarizadas. Esa sería otra vía de desgaste, reconocen en el partido de Feijóo, con sus socios independentistas.

Precisamente este miércoles la portavoz, Cuca Gamarra, aprovechará su duelo con el presidente del Gobierno para insistir en la idea de que “los independentistas son los que mandan”. La creencia de que los republicanos catalanes no se conformarán con Esteban, admiten en el PP, se sostiene en los acontecimientos recientes. “Primero creyeron que les calmarían metiéndoles en la comisión de secretos oficiales y eso no sirvió para nada”, afirman.

El cambio de reglamento del Congreso llevado a cabo de forma unilateral por Meritxell Batet para rebajar los votos necesarios que permiten entrar a los diputados en el selecto club de esta comisión ha sido una de las cuestiones que más han indignado al nuevo líder popular. El PP asegura que aquella cesión, que permitió a ERC y Bildu estar en la comparecencia de Esteban, no calmó en absoluto las peticiones de dimisión por parte de los socios. Tampoco había surtido efecto la visita del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a Barcelona días atrás. 

Después llegó el reconocimiento por parte de Moncloa de que el presidente y la ministra de Defensa habían sido espiados (una señal de debilidad, acusan en el PP, si se comparan con otros países europeos) y que a juicio de los conservadores respondía a un intento de tapar el espionaje a los líderes catalanes. 

Tampoco esa inédita rueda de prensa el 2 de mayo, anunciando que el teléfono de Sánchez fue intervenido, tranquilizó a ERC. Siguieron pidiendo “que rodaran cabezas”. Y ya llegó el cese de Paz Esteban. “Si creen que se van a parar aquí, se equivocan”, afirman en el núcleo duro de Feijóo señalando con especial vehemencia a Bolaños, al que el PP sitúa como “artífice de la mala gestión” desde el primer momento.

Mostrar la alternativa

Y en mitad de esta crisis, a ojos de Feijóo sin solución, el presidente popular ha ordenado mantener el tono moderado y la posición de mano tendida al Gobierno. De hecho, este lunes, en la celebración del Día de Europa, el dirigente gallego lanzó una nueva propuesta a Sánchez (sin concretar) para fijar una posición conjunta sobre la OTAN y reforzar el papel del vínculo atlántico mientras una parte del Gobierno, Unidas Podemos, cuestiona la misma celebración de la cumbre en la capital prevista para finales de junio.

En el equipo de Feijóo reconocen que en los próximos días la estrategia pasará por “dejar que el Gobierno se cocine en su propia salsa” teniendo en cuenta los múltiples frentes abiertos. Pero el PP seguirá ofreciendo propuestas para la construcción de una alternativa política. Primero fue el plan de choque económico y ahora otro pacto de Estado en materia exterior.