El 'Catalangate', el espionaje a decenas de políticos independentistas presuntamente a manos de los servicios secretos del Estado, ha dado a la sesión matinal del Parlament una intensidad que no se veía desde los tiempos álgidos del 'procés'. Ha habido expulsiones de diputados, enfrentamientos dialécticos y peticiones de dimisión, como la que ha hecho el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con respecto a la ministra de Defensa, Margarita Robles.

A la vez, el independentismo ha seguido presionando a Aragonès para que renuncie a la mesa de diálogo con el Gobierno que ERC defiende contra viento y marea desde el inicio de la legislatura. Tanto la CUP como Junts han pedido en la sesión de control al 'president' que tome medidas "concretas" y "contundentes" contra el Ejecutivo central tras el espionaje.

"Hace unos minutos la guardiana de las cloacas, Margarita Robles, ha reconocido el uso de Pegasus. La Generalitat avisa de consecuencias. Hace falta concreción: ¿qué consecuencias?", ha preguntado Eulàlia Reguant (CUP). "No se puede continuar dando apoyo a este Gobierno que vulnera derechos", ha insistido después Albert Batet (Junts).

Ante esta situación, Aragonès ha colocado la dimisión de la ministra de Defensa casi como una exigencia a Pedro Sánchez. De hecho, se ha dirigido directamente al presidente español cuando ha dicho: "La ministra de Defensa debe asumir responsabilidades, y si no quiere, recuerdo que hay un presidente del Gobierno que le dio confianza y no está respondiendo".

Todos se referían a las declaraciones de Robles en el Congreso, que se habían producido minutos antes, justificando el presunto espionaje. "¿Qué tiene que hacer el Estado cuando alguien declara la independencia?", había dicho la ministra.

Cuando el líder del PSC, Salvador Illa, ha intentado templar los ánimos y se ha ofrecido a colaborar para esclarecer el espionaje, Aragonès le ha contestado que parecía que estaba pensando más en los apoyos del Gobierno en el Congreso que en otra cosa. "¿Somos lo bastante buenos para votar a favor de iniciativas del Gobierno en el Congreso y lo bastante malos como para ser espiados?", le ha respondido con sorna el 'president'.

Robles "bombardea"

Pese a que Aragonès no ha ido más allá en cuanto a la concreción, sí ha advertido a Illa de que si la mesa de diálogo no da frutos no es por culpa de la Generalitat. "No puede ser que el ministro de Presidencia hable de restaurar los afectos y la de Defensa bombardee cualquier posibilidad de entendimiento. La responsabilidad, si las cosas no van como la mayoría quiere, no es mía, sino de un presidente español que debe tomar medidas. Por ahora no las ha tomado", ha dicho.

Antes, al inicio de la sesión, el 'Catalangate' ya había provocado la expulsión del hemiciclo del diputado de Cs Matías Alonso. La presidenta de la Cámara, Laura Borràs, había leído previamente una declaración de la Junta de Portavoces sobre el espionaje, y los representantes del partido naranja se han quejado a voces por ello. "Conozco a unos cuantos electores suyos, dejen de hacerles pasar vergüenza en cada pleno", se ha quejado después Aragonès.