El Gobierno de España ha deportado a Argelia al exmilitar y activista contra la corrupción Mohamed Benhalima. Ocurrió la noche de este viernes, cuando un canal de Youtube argelino publicó un vídeo de su llegada. Organizaciones como Aministía Internacional y CIEs NO habían abrazado la causa para evitar su deportación, ya que Benhalima teme ser encarcelado y torturado en una cárcel militar de su país, tal y como explicó a este diario y ha sucedido con los precedentes de opositores deportados.

Benhalima huyó de Argelia en 2019. El exmilitar había divulgado presuntos casos de corrupción del ejército argelino y participado en el movimiento pacífico de protesta Hirak, que llenó las calles del país "para pedir un gobierno civil y no militar", recordaba el activista. Un amigo le dio el chivatazo de que el ejército quería arrestarle así que decidió escapar. En estos momentos pesa sobre el una condena de 10 años de cárcel en el país por divulgar la corrupción del ejército.

Pidió protección internacional en España, sin éxito. Hasta que recientemente la policía le detuvo en un control de carretera en Zaragoza y se ordenó su internamiento en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, en València, desde donde esperaba su expulsión del país. En el centro llegó a formalizar otra solicitud de protección, que también le rechazaron. Interior no ha querido contestar a las preguntas de este diario sobre las razones del rechazo.

Precedentes

El activista teme ser encarcelado y torturado nada más llegar al país, tal y como relató a este diario en una entrevista y ha sucedido con precedentes similares como el de Mohamed Abdellah. Él fue deportado en agosto de 2021 desde el CIE de Zona Franca, también era buscado por participar en el movimiento pacífico. Nada más pisar Argelia, organismos internacionales comenzaron a denunciar que estaba recibiendo torturas en la cárcel militar 'Antar'. Benhalima tenía miedo de correr la misma suerte.

La deportación de Abdellah hizo que Benhalima temiera que le ocurriera lo mismo, así que decidió marchar a Francia para pedir protección ahí, en enero de este año. La normativa europea obliga a que se debe hacer cargo el primer estado donde formalizó la solicitud, así que tuvo que volver a España.

Benhalima pasó los últimos días en el CIE de València prácticamente incomunicado. Ocurrió después de que el activista se grabara un video en las instalaciones y lo subiera a su canal de Youtube con 152.000 suscriptores. La policía le requisó su teléfono móvil solo para lo imprescindible. “Argelia es un país de dictadores militares y no aceptan otras opiniones, quiero pedir al señor Marlaska y Pedro Sánchez que revisen sus decisiones y me salven la vida. Mi vida corre riesgo”, pidió Benhalima en el vídeo.

Amnistía Internacional ha apoyado desde el principio el caso de este activista. “Las autoridades españolas son muy conscientes del sombrío destino que le espera a Mohamed Benhlima si lo deportan. En los últimos dos años, las autoridades argelinas han intensificado su descarada persecución de activistas en su intento de aplastar toda forma de disidencia”, dice la organización en un comunicado. “Según el derecho internacional, nadie debe ser devuelto a un país en el que corra peligro de sufrir tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes”, añade. 

Un canal argelino de Youtube ha difundido un vídeo en el que Benhalima aparece esposado bajando del avión y escoltado por agentes de la Policía Nacional. Miembros de las brigadas de Argelia lo cogen e introducen en un vehículo, según se ve en el vídeo.