Alberto Núñez Feijóo empieza su camino hacia la presidencia del Partido Popular con más de 55.000 avales de afiliados de toda España. Una exhibición de apoyo en las bases necesaria para cerrar heridas después de la traumática salida de la anterior dirección y que confirma que el congreso extraordinario de abril será de alfombra roja para el presidente de la Xunta. Lo que repetían los barones territoriales y dirigentes de cada provincia en mitad de la crisis interna —“la solución es él”— cristalizó por completo este miércoles. El mandatario gallego compareció por primera vez en la sede de Génova dejando claro que “quien esperara a un PP ensimismado y desmotivado por sus problemas internos, se equivocaba”.

Insistiendo en la prudencia de ser “aún un candidato”, Feijóo confirmó su “compromiso y decisión de ir a por todas”, reconociendo que cree “en la alternancia de gobierno” y en la posibilidad de llegar a Moncloa a partir del próximo ciclo electoral. “Hoy empieza un cambio, un nuevo camino en nuestro país. España no tiene tiempo que perder. Creo que estoy preparado”, dijo. Lo que no hizo fue aclarar todas las incógnitas que siguen pendientes: su política de pactos con Vox, socio natural del PP, a pesar de que este jueves debe cerrarse el primer gran acuerdo en Castilla y León, ni tampoco si dará el salto al Senado para medirse directamente con Pedro Sánchez cuando deje la Xunta.

“Mi proyecto político no es hablar de pactos, sino de cómo podemos ganar las elecciones. La cuestión es cómo vamos a recuperar los votantes que perdimos. Cuando un partido pierde votantes, su primera responsabilidad es recuperarlos”, insistió el dirigente gallego. A la espera de que el PP cierre sus acuerdos para las Cortes y el gobierno de Castilla y León, Feijóo reprochó al PSOE no estar dispuesto a abstenerse para que gobierne la lista más votada. “No hay una fórmula alternativa y Mañueco tiene la libertad y responsabilidad de darle estabilidad a la Junta”, deslizó sin aclarar si avala o no la primera coalición con el partido ultra. Vox ha dejado muy claro que su línea roja es entrar en el gobierno autonómico o no descarta la repetición electoral.

Feijóo no dudó en agarrarse una y otra vez al papel de los socialistas castellanoleoneses, “si el PSOE persiste en bloquear se abre un escenario que nadie puede interpretar mejor que el presidente Mañueco”. En esa idea y en la de que ninguna comunidad debe recibir instrucciones de Génova para interpretar los resultados de unas elecciones y las opciones para formar gobierno se apoyó Feijóo para descargar la decisión en el dirigente salmantino. Aunque, eso sí, defendió que la presidencia de las Cortes debe recaer en el PP.

Eso es exactamente lo que debe votarse mañana en la constitución del Parlamento y los populares siguen inmersos en una negociación a dos bandas. Un acuerdo con Soria Ya! permitiría al PP acceder a la presidencia de la institución, pero Vox sigue exigiendo ocupar el cargo.

Si algo quiso dejar claro el presidente de la Xunta es que buscará un cambio en las formas y el tono de la política. “Ni me gusta ni creo que los españoles esperan de nosotros la prolongación de las formas que hemos visto en la política nacional. Percibo hartazgo con un modo de hacer política que es frivolidad, percibo desgana en la tendencia a dividirnos permanentemente”, auguró, asegurando que tratará de “practicar” una política distinta. “El foco y el altavoz suelen tenerlos los más estridentes. Intentaré vociferar menos”.

Este viernes, el dirigente gallego empezará una gira por las 17 CCAA con la intención, según dijo, de recabar apoyo “no sólo en militantes y simpatizantes” del PP, sino en unir a la mayoría de los ciudadanos en torno a las siglas populares. Presentará una alternativa a Sánchez “de gestión, de estabilidad y de mayoría”, y no dudó en criticar al Gobierno: “No podemos permitirnos un gobierno fracturado mientras acumulamos innumerables incertezas sociales”, zanjó.

“Yo no creo en una política en la que el presidente no pueda gobernar, ni pueda cesar a sus ministros o en la que haya una crisis semanal”, lanzó mirando a la situación interna en Moncloa tras las discrepancias públicas sobre la invasión de Ucrania y el envío de armas en el marco de actuación del resto de grandes países europeos.

Tampoco dio la sensación de que Feijóo busque un entendimientos inmediatos con el Gobierno. De hecho, el aún candidato a liderar el PP dejó entrever que la prioridad de los dos grandes partidos y especialmente la del Ejecutivo no debería ser renovar el Consejo General del Poder Judicial. “Estamos en una guerra en Europa en la que acaban de bombardear un hospital infantil y la propuesta es hablar del CGPJ. Creía que teníamos un problema bastante más real. El IPC está al borde de un incremento del 10% y la prioridad de España es pactar el Poder Judicial”, repitió con ironía el dirigente gallego. 

Sí recalcó que en la conferencia de presidentes de La Palma de este domingo, los distintos líderes territoriales plantearán la posición de España sobre la acogida de refugiados ucranianos tras haber forzado que se incluyera ese punto en el orden del día. En este momento el cálculo es de dos millones de desplazados por la guerra.