Menos votos y más rédito político. El PP ganó las elecciones en Castilla y León y en Zamora con un porcentaje de apoyos inferior al del año 2019. En un escenario político tan convulso como el que dejan las elecciones celebradas el pasado domingo, son muchos los factores a analizar a la hora de intentar explicar los resultados. El campo frente a la ciudad, el empuje de los partidos de la España Vaciada, el hundimiento de Ciudadanos, la caída de Unidas Podemos... Cualquier factor influye sobre los otros.

Mañueco hace el símbolo de la victoria, el domingo por la noche.

Entorno rural y urbano

¿Dónde ha hecho campaña Pablo Casado? Un rápido repaso a la memoria permite verle rodeado de vacas —en explotaciones ganaderas— o de barricas de vino —en bodegas—. ¿Y Pedro Sánchez? La hemeroteca dice que se ha manejado más por el entorno urbano. Y es que cada uno ha hecho campaña para los suyos. Los resultados de las elecciones indican que el PSOE ganó en diez de los 23 municipios con más de 10.000 habitantes. En cinco de los diez mayores núcleos urbanos de la comunidad y en cinco de las nueve capitales. De entre las capitales, el PP solo gana en Salamanca —UPL ganó en León, Soria Ya en Soria y Por Ávila, en Ávila—. Por contra, los populares son la opción preferida de los habitantes de los pueblos. En el entorno rural es donde Alfonso Fernández Mañueco ha fraguado su victoria.

Los porcentajes

Al PP no le está resultado fácil “vender” su victoria electoral. Han ganado las elecciones, sí, pero lo han hecho con un porcentaje de voto inferior al registrado hace tres años. Inferior por solo seis centésimas, pero inferior (sucede lo mismo tanto en Castilla y León como en Zamora). Pese a todo, el PP suma dos procuradores más y se convierte en la fuerza más votada. Los populares han sido los grandes beneficiarios del desigual reparto de procuradores en las provincias donde han surgido los partidos de la llamada España Vaciada.

García Gallardo y Abascal. CLAUDIA ALBA

Partidos provinciales

UPL toma fuerza en León —y en Zamora—. Por Ávila es primera fuerza en la capital de provincia y Soria Ya ha conseguido cerca de la mitad de los votos en la provincia soriana. En el resto de provincias, estas formaciones no consiguen escaño en las Cortes regionales. Esto habla del desigual reparto del voto y del desigual empuje de estas formaciones en las distintas zonas del territorio regional. Lo que sí parece claro es que el caladero de votos de los partidos provinciales hay que buscarlo en el PSOE. Los socialistas han perdido cerca del 5% de los votos y muchos de esos apoyos han ido a parar a la España Vaciada.

El caso de Ciudadanos

Las elecciones del domingo dejan a Ciudadanos al borde de la desaparición en la comunidad autónoma. De los doce procuradores de 2019 el partido naranja solo ha logrado defender uno —Francisco Igea, procurador por Valladolid—. Sus votos van, de forma prácticamente íntegra, a Vox. Como si se hubieran cambiado las tornas, Ciudadanos se queda con el procurador que tenía Vox y la ultraderecha toma el relevo de los naranjas (13 procuradores). Era un secreto a voces que del voto fugado de Ciudadanos dependería buena parte del resultado de las elecciones. Lo que no estaba tan claro es que ese voto fuera, de una forma tan mayoritaria, a los de Abascal.

Pablo Fernández, de Unidas Podemos. E. PARRA

El caso de Zamora

El partido localista que más apoyos ha registrado en Zamora ha sido la Unión del Pueblo Leonés, que ha convencido a 2.310 electores por las 758 papeletas que recibió en 2019. De los partidos llamados “minoritarios”, UPL es el primero. Llama la atención el batacazo electoral de Zamora Decide, formación que intentó recoger, sin éxito, el voto de la España Vaciada. Los de Manuel Fuentes han sido séptima fuerza en Zamora, muy poco para un partido al que algunas encuestas llegaron a dar opciones de procurador. Por Zamora, la opción protagonizada por Ángel Macías, registra otro fiasco —ya se presentó a las municipales— con solo 800 votos en la provincia. En Zamora, el localismo no convenció a los electores. Queda la pregunta de si, con una representación “oficial” de la España Vaciada, hubieran cambiado los datos.

Francisco Igea y Verónica Casado. IVÁN TOMÉ

El caso de Unidas Podemos

La formación morada escarba, pero todavía no encuentra su suelo electoral en la provincia de Zamora. En 2019 fueron 3.710 los zamoranos que votaron a Unidas Podemos y 3.143 los que dieron su respaldo a Izquierda Unida. Ahora, con las dos formaciones en coalición, solo 2.749 personas han votado a la lista que en Zamora defendía Isabel Reguilón. A nivel regional los datos tampoco son buenos, pues solo consigue acta de procurador por Valladolid. Pablo Fernández, que habitualmente se presentaba por León, dio el salto estratégicamente a Valladolid para no perder su representación.