Tras la convocatoria en Castilla y León, el calendario de elecciones autonómicas podría acelerarse. Todas las miradas están puestas en Andalucía, sobre todo después de que Juanma Moreno Bonilla lleve unos días reconociendo que se plantea convocar antes de lo previsto si el bloqueo persiste en el Parlamento y no encuentra apoyos en la oposición para llevar a cabo sus políticas. Hasta hace unas semanas el presidente de la Junta se movía en el marco de junio u octubre. Cada vez parece más claro que las elecciones serán antes de verano, y algunas voces dentro del PP contemplan la posibilidad de que se adelanten incluso al mes de mayo. Abril, que también cobró fuerza en estos días, se antoja complicado con la Semana Santa en medio.

Las elecciones castellanoleonesas, en las que el PP tiene esperanzas de acercarse a la mayoría absoluta, podrían tener también su efecto para la cita andaluza. En la dirección nacional tienen claro que una victoria rotunda de Alfonso Fernández Mañueco impulsaría al partido en Andalucía, donde Vox tiene aspiraciones de crecer. Si el presidente de Castilla y León pudiera gobernar en solitario, igual que Isabel Díaz Ayuso, su homólogo andaluz encontraría incentivos para hacer unas elecciones lo antes posible.

Moreno aparece fortalecido en todas las encuestas recientes, que también lo sitúan a pocos escaños de la mayoría absoluta. Pero su objetivo también pasa por no necesitar a Vox en la configuración del próximo gobierno. La estrategia de Pablo Casado coincide: llegar a unas generales sin que se hayan conformado gobiernos de coalición con el partido ultra. Sin embargo, hay dirigentes de la cúpula popular que no esconden un cierto temor a que la formación de Santiago Abascal suba en esa comunidad y, sobre todo, que exija entrar a la gestión.

Andalucía es una comunidad clave para Vox y en las últimas elecciones generales logró un empate técnico en votos con los populares, superando al PP en algunas provincias como Almería, Huelva y Cádiz. En la Junta dan por seguro que el escenario actual es otro y que el presidente conseguirá una reelección sólida.

Fuentes de la dirección de Vox confirman en este punto que podrían coronarse como primera fuerza en alguna de estas circunscripciones, anticipando que el partido se volcará de lleno en esa convocatoria que no dejan de reclamar. Ayer mismo Macarena Olona, que sigue sin confirmar su candidatura a la Junta a pesar de que se da por segura, lo hizo en Fitur. Los populares reconocen que es una rival “complicada” a diferencia del candidato castellanoleonés al que nadie conoce.

El baile de fechas está encima de la mesa. La ley electoral establece que deben pasar 54 días desde la publicación de la convocatoria anticipada en el boletín autonómico y el día de las elecciones. Si Moreno Bonilla espera a ver el éxito de Mañueco del 13 de febrero y decide convocar casi de inmediato, sus elecciones podrían ser incluso en abril. La cuestión es que la Semana Santa cae este 2022 en mitad de ese mes, y en la Junta siempre han sido partidarios de no interferir en unos días tan importantes para la reactivación económica de la comunidad. El año pasado la pandemia no permitió una normal celebración, y las expectativas del sector turístico en esta ocasión son muy elevadas.

La siguiente opción mira a que se celebren en el mes de mayo, que también tiene varios eventos arraigados a la comunidad que complican una fecha concreta. Si la hoja de ruta de Moreno Bonilla se cumple, los comicios llegarían en junio. Pero la convocatoria debería anunciarse antes de la Semana Santa, lo que permitiría aprovechar el efecto de éxito castellanoleonés de igual manera. En Génova llevan semanas descartando que el presidente autonómico vaya a esperar a después del verano y también sitúan las elecciones, como tarde, en junio.

La especulación sobre el adelanto electoral lo desató el propio Moreno el fin de semana pasado en León, durante el congreso regional del PP en esa comunidad. “¡Por Dios, sacad un buen resultado! Sacad una mayoría suficiente que el próximo en examinarse soy yo”, dijo el andaluz ante los principales cuadros castellanoleoneses reconociendo que sus temores existen y que las elecciones del 13-F condicionarán las suyas propias.

Y los días posteriores, la constante crítica de la “pinza Vox-PSOE” que dice sufrir en el Parlamento andaluz han dado la puntilla. Es cierto que la formación ultra ‘salvó’ ayer al PP de un debate que en la Junta temían y que pretendía echar el cerco sobre el consejero de Salud. La abstención de Vox le evitó al gobierno andaluz un pleno extraordinario que Moreno no quería que se celebrara. Habrá que ver si no se retoma la iniciativa parlamentaria en el nuevo periodo de sesiones tras el mes de enero.

En todo caso, los tambores electorales ya suenan con fuerza en Andalucía. Como publica El Periódico de España, también el PSOE trabaja ya en ese escenario. Casado está completamente volcado en las citas autonómicas de su partido, a las que ve como la oportunidad de abrirse camino hacia la Moncloa.

La hoja de ruta es ir acumulando éxitos como el de Madrid, lo que de facto debilita el hiperliderazgo de Ayuso y, al mismo tiempo, sitúa al PP como un partido que vuelve a ganar cada cita electoral que se presente. Lo que está por ver es si se confirma el debilitamiento de Vox en todas estas elecciones, la otra pata de la estrategia tejida en Génova, sin la cual sus objetivos se complican.