Las posiciones no eran homogéneas antes. Tampoco podían serlo después. Los presidentes autonómicos socialistas tienen posturas de partida diferentes en torno al rediseño del modelo de financiación autonómica. Y no renuncian a ellas porque sienten que han de defender a sus territorios por encima de su visión partidista. Esa constatación de que será imposible alzar una voz única, del conjunto del PSOE, se convirtió en la conclusión quizá más relevante de la reunión de trabajo que mantuvo este viernes la dirección del partido con sus barones al mando de gobiernos regionales, y en la que participó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que tendrá que cuadrar el puzle.

No fue esa, no obstante, la única idea que salió de la cumbre de este 5 de noviembre. Todos están de acuerdo en que el nuevo sistema ha de contar con más recursos y que en un debate tan espinoso como este no hay que alimentar la "confrontación" entre comunidades, y sí preservar la "lealtad" entre instituciones. Los presidentes también comparten que la financiación ha de ser suficiente para soportar el peso del Estado del bienestar y la prestación de servicios y que ha de sumarse al PP, porque está al frente de cinco autonomías y es el segundo partido de España. Por eso creen que es positivo el diálogo institucional entre gobiernos, aunque sean de distinto color político.

El diferente prisma con el que los barones socialistas observan este debate ya era visible desde tiempo atrás y fue palpable en el 40º Congreso Federal, el mes pasado. A él llegaron con la polémica abierta por el foro promovido por el presidente de la Xunta, el popular Alberto Núñez Feijóo, y otros siete máximos responsables autonómicos: los de Asturias, Adrián Barbón; Aragón, Javier Lambán; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Extremadura, Guillermo Fernández Vara; La Rioja, Concha Andreu —todos del PSOE—; Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), y Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC).

Ese encuentro, programado en principio para el 2 de noviembre y del que acabó descolgándose Andreu, no gustaba nada a la ministra Montero, por lo que suponía de visualización de un "frente" de comunidades, las que representan a la España despoblada, por oposición a la España populosa (Andalucía y Comunitat Valenciana). Vara, nuevo secretario de Política Autonómica del PSOE en la remozada cúpula de Pedro Sánchez, pidió a Feijóo un aplazamiento de la cumbre, y se fijó para el martes 23 de noviembre, en Santiago.

La dirección del PSOE quería poner orden interno, armonizar posturas y evitar que se abriera un bando autonómico contra el Ejecutivo. Para ello convocó para este viernes solo a sus presidentes (no a los barones que son solo secretarios regionales). La reunión fue dirigida por los números dos y tres del partido, Adriana Lastra y Santos Cerdán, más Vara y las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y Política Territorial, Isabel Rodríguez. Acudieron siete mandatarios socialistas —Barbón, Lambán, Page, Andreu, más los dirigentes de Comunitat Valenciana y Baleares, Ximo Puig y Francina Armengol, aparte de Vara— y el viceconsejero de Presidencia de Canarias, Antonio Olivera, ya que el presidente de las islas, Ángel Víctor Torres, recibió a Sánchez en su sexta visita a La Palma. La jefa del Ejecutivo navarro, María Chivite, no pudo acercarse hasta Ferraz por su agenda institucional, por el debate del estado de la comunidad, pero envió a su consejera de Hacienda, Elma Saiz.

Los “principios inspiradores” del modelo

Tras la reunión en la sede federal, de unas dos horas, la dirección remitió un comunicado de consenso, por el que el PSOE "invita a todas las fuerzas políticas, especialmente a aquellas con implantación a nivel nacional" —o sea, el PP—, a "trabajar con honestidad en la definición de una posición común, dejando fuera la confrontación partidista, para contribuir a aprobar una reforma del vigente sistema de financiación autonómica", caducado desde 2014, que permita a todas las comunidades del régimen común (no afecta a Euskadi y Navarra) y a Ceuta y Melilla "atender las necesidades y satisfacer las expectativas de la ciudadanía".

La nota cita los "principios inspiradores" del nuevo modelo: suficiencia financiera (recursos que posibiliten a las autonomías desarrollar sus competencias y prestar los servicios públicos que asumen); autonomía financiera y corresponsabilidad fiscal, en coordinación con Hacienda; equidad en la prestación de servicios públicos para garantizar la "igualdad de acceso" de los ciudadanos, con independencia del lugar donde residan; solidaridad entre los territorios que componen España; estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera que aseguren el "sostenimiento del Estado del bienestar" y, finalmente, "lealtad institucional entre administraciones".

Ese es el basamento común que Ferraz, Hacienda y los presidentes comparten. Pero, a partir de ahí, estaban y están las discrepancias en la definición del modelo. Valencia defiende una financiación por habitante, aunque corregida; Baleares, que se tengan en cuenta además factores como la ordinalidad, la insularidad y la población flotante. Las demás comunidades socialistas (las que hacen piña con Galicia, Castilla y León y Cantabria), que prime el coste real de prestación del servicio, ya que tienen que atender las necesidades de una población más dispersa y en algunos casos, más envejecida.

En la reunión en Ferraz, cada presidente expuso la realidad de su territorio y dejó claro que su prioridad es la defensa de los intereses de sus intereses por encima de los del partido, tal y como relataron varios de ellos a la salida de la cita. "Los presidentes autonómicos tienen capacidad institucional para hacer lo que consideren, los partidos no dirigen las instituciones, las instituciones son de los ciudadanos y los Gobiernos asumen la autonomía del Gobierno", resumió a los periodistas el valenciano Ximo Puig, quien antes de la convocatoria de Feijóo se reunió en Sevilla con el presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juanma Moreno, con quien comparte planteamientos.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a su llegada a un encuentro del PSOE con sus presidentes autonómicos para encauzar el debate sobre la financiación autonómica, a 5 de noviembre de 2021, en Madrid (España). La dirección del PSOE ha convocado e Gustavo Valiente - Europa Press

Continuidad de la cita de 2018

“No es tanto una cuestión de partidos como de territorios y de presidentes autonómicos —rubricó el aragonés Javier Lambán—. Más que hablar de una iniciativa del Gobierno, o de posiciones de los partidos, hay que hablar de acuerdos entre presidente autonómicos, al margen de su ideología”. El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, muy próximo en sus tesis, circundó esa misma conclusión: “En el PSOE siempre se ha entendido que cada presidente tiene que poner por delante a su tierra. Es lo que vamos a hacer, no tiene discusión”. Page, en la misma línea que Puig, añadió que los socialistas también comprenden que el debate de la financiación (detrás de la que está “la sanidad, la cohesión o la igualdad” de todos los ciudadanos) ha de hablarse “con otros partidos porque es un problema de país, de Estado”. La apelación al PP, pues, era una constante entre las palabras de los barones del PSOE.

Desde esa perspectiva, los presidentes impulsores de la cumbre en Santiago del 23 de noviembre defendieron la necesidad de ese diálogo institucional que traspasa las barreras de los partidos. Hacienda, como afirmó la ministra en una entrevista en EL PERIÓDICO, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, recela de un encuentro promovido por Feijóo como un arma de “confrontación” contra el Gobierno. Sin embargo, en la cita de este viernes en Ferraz, no pidió a sus compañeros de partido que no acudieran, según expresaron varios de ellos a la salida. Ellos, por su parte, justificaron su asistencia. “Es una reunión que no es un frente contra el Gobierno, ni nada que se le parezca. Es para ratificar las posiciones que ya hemos expresado”, subrayó Lambán, quien recordó que la última cumbre de este tipo se celebró en septiembre de 2018 en Zaragoza, también con Sánchez en la Moncloa.

Barbón, cuya adhesión y cercanía a Ferraz está fuera de toda duda, remarcó que Asturias ha defendido históricamente la misma posición de las comunidades vecinas, Galicia y Cantabria, porque sus problemas son semejantes. “Todos estamos de acuerdo en que hay que hablar entre todos. No escuchar o no hablar no soluciona nada. En el PSOE hay mucha permeabilidad a todas las opiniones y sensibilidades y nunca esto se va a convertir en un problema”, sentenció Page. Puig apoyó asimismo a los presidentes autonómicos que acudirán a Santiago el 23 de noviembre, porque la “complejidad” del debate de la financiación autonómica hace “exigible un gran acuerdo de país”, porque “no hay una solución parcial ni tampoco de un partido”. También estará en la capital gallega a finales de mes, por cierto, la riojana Concha Andreu, según confirmaron a este diario fuentes de su entorno.

Habrá más reuniones

Montero no puso sobre la mesa ninguna propuesta concreta para su discusión en Ferraz. Su compromiso es facilitar, a lo largo de noviembre, su planteamiento de población ajustada (es decir, ponderada en función de variables geográficas y demográficas), que es la clave de bóveda del modelo de financiación autonómica, a partir de la cual se construye todo el sistema. La ministra, pues, escuchó las posiciones de los presidentes y trabaja “por buscar puntos de encuentro”, en palabras de Puig, y también “soluciones coyunturales”.

Ahí está otro de los puntos abordados en la reunión: los barones reclamaron para 2022 un tercer fondo covid (el primero, en 2020, fue de 16.000 millones, y el segundo, en 2021, de 13.486 millones), para atender el impacto y las secuelas que ha dejado la pandemia en los sistemas sanitarios autonómicos. Y es que si algo comparten los presidentes socialistas es que el nuevo modelo, para cuando se apruebe, ha de contemplar más recursos económicos para las comunidades. Montero advierte de que para que eso sea posible ha de aprobarse una profunda reforma fiscal que se traduzca en mayores ingresos en las arcas públicas. Hacienda espera, en ese sentido, el informe que en febrero presentará el comité de expertos. Puig agradeció que Hacienda, en esta crisis, haya puesto durante dos años consecutivos créditos extraordinarios, algo que no ocurrió con el PP en el poder en la gran depresión que arrancó en 2008.

La de este viernes, según indicaban varios mandatarios a la salida, fue una primera toma de contacto. No “protocolaria”, porque sí se entró al contenido, pero no sirvió para entrar a fondo en la discusión. La pretensión es que tras este encuentro haya más, cada tres o cuatro meses, para ir acercando posturas. El objetivo de Sánchez es que se puedan armonizar, en la medida de posibles, las soluciones, canalizando el diálogo entre presidentes a través de un homólogo, Vara, y en el conjunto de líderes territoriales socialistas a través del consejo político federal, que desde el 40º Congreso Federal coordina el barón andaluz, Juan Espadas. Este no viajó hasta Madrid este viernes: no estaba convocado y además afronta este fin de semana en Torremolinos (Málaga) su propio congreso regional, el que enterrará definitivamente la etapa de Susana Díaz en el PSOE-A.

Urkullu acusa a Madrid de 'dumping' fiscal y Ayuso responde que es "envidia"

No es nuevo el debate, pero ahora que se acerca el redibujo del modelo de financiación autonómica, arrecia con más fuerza. Comunidades como Valencia o Baleares, dirigidas por los socialistas Ximo Puig y Francina Armengol, han acusado a Madrid de practicar 'dumping' fiscal al lanzarse a una competencia a la baja. Este viernes se sumó el lendakari. Iñigo Urkullu, en el Fórum Europa-Tribuna Euskadi, expresó su preocupación por el 'dumping' que se plantea desde Madrid con rebajas de impuestos y por que se pueda convertir a "determinadas comunidades en paraísos fiscales". Isabel Díaz Ayuso quiere reducir 0,5 puntos cada uno de los tramos autonómicos y suprimir todos los tributos propios de la región. Puig fue preguntado a su salida de Ferraz y recordó que él siempre ha respaldado estas tesis.

Ayuso no tardó en responder a Urkullu desde un acto con alcaldes y portavoces del PP: "Hoy decía el lendakari Urkullu que nosotros hacíamos 'dumping' fiscal. No hay comentario al respecto teniendo en cuenta que es una comunidad autónoma [País Vasco] que tiene un régimen fiscal a la carta, con toda suerte de privilegios". El PP nacional no ha cuestionado ni el concierto económico ni el cupo. De hecho, la última actualización salió adelante con Mariano Rajoy en la Moncloa. "Cuando empiezan a irles las cosas peor, porque con políticas autoritarias no se crece, nos miran con envidia y nos critican con agravio", señaló.