Primera despedida de Miquel Iceta como primer secretario del PSC. Los socialistas catalanes han celebrado este domingo en consejo nacional en el que se ha convocado oficialmente el congreso de diciembre en el que el secretario de organización y líder en el Parlament, Salvador Illa, asumirá las riendas del partido.

Tras un largo aplauso en pie para darle un espaldarazo a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a quién ha tachado de "mujer de Estado" a raíz de la polémica por la retirada del escaño a un diputado de Unidas Podemos, Iceta ha arrancado un discurso en el que ha repasado sus hitos y fracasos al frente de la formación. Se ha exhibido convencido de que, tras siete años al frente, es el momento de dar un paso al lado --"renovar para avanzar", ha dicho--, se ha congratulado de haber cerrado las heridas abiertas con el PSOE --con quien se siente más unido que nunca-- y de haber logrado el "resurgimiento" del PSC, situándolo como el partido ganador en votos de las elecciones autonómicas en Cataluña.

"Tocaba hacerlo [el relevo]. No me han gustado mucho las bicefalias, solo provocan cefaleas", ha bromeado, reivindicando que el primer secretario, cargo que ostentará Illa, debe centrarse exclusivamente en Cataluña porque el PSC es "un partido con historia, que comparte con el PSOE, pero que es una organización propia".

La montaña rusa del 'procés'

Iceta ha reconocido que ungir a Illa como candidato a la presidencia de la generalitat no fue una decisión fácil, pero ha defendido el "acierto" pese a que le hubiese gustado haberlo podido empujar con transparencia y debate interno: "Nos hubiese gustado hacerlo de otra forma, pero hay decisiones políticas, momentos y coyunturas que no permiten este margen. El partido respondió de forma unánime todo el mundo vio que era lo que correspondía. Acertamos", ha asegurado.

El todavía líder del PSC y ministro de Cultura y Deportes ha admitido que su liderazgo ha estado marcado por la montaña rusa del 'procés', un periodo "vertiginoso, complicadísimo" con una crisis abierta con el PSOE, recordando que votaron en contra de la investidura de Mariano Rajoy mientras el resto se abstenía. "Esto sí que es autonomía y soberanía", ha ironizado. Ha celebrado que todo esto forme parte del pasado y que ahora "sintonice" con el proceso impulsado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Se ha superado definitivamente esta situación difícil", ha remachado. También ha aprovechado el discurso para recordar los indultos a los presos independentistas, después de haber centrado las críticas en la campaña del 2017, enmarcándolos en "un gran instrumento para promover el diálogo y el reencuentro de la ciudadanía catalana". "Decidimos no sólo hablar de diálogo sino hacerlo posible", ha rematado.

Los presupuestos

Por último, ha dejado caer que "hay quien quiere minimizar lo que está haciendo este Gobierno", tras el choque entre socios, desmenuzando algunas de las partidas presupuestarias de acento más social que requieren de los apoyos de los nacionalistas e independentistas en el Congreso.

Illa ha ido mucho más lejos, y ha advertido de que "a aquel que se hace llamar de izquierdas se le hará difícil votar en contra de los presupuestos más expansivos, con más inversión social y en infraestructuras en 40 años de democracia". Eso sí, sin mencionar ni Iceta ni él los reproches de ERC por la falta de ejecución de inversiones presupuestadas en anteriores cuentas para Cataluña.

Mientras, Illa ha vuelto a afear al Govern de Pere Aragonès que no tenga los presupuestos catalanes cerrados y que los siga negociando con la CUP y ha instado a renovar "urgentemente" al Síndic de Greuges, y los 112 cargos caducados en Catalunya, después del acuerdo PSOE-PP para renovar algunos de los órganos pendientes en España.

Con todo, ha situado al PSC como "el partido de diálogo, de respeto, de proximidad" y se ha comprometido a comandarlo con todo su esfuerzo a partir del congreso del 18 y 19 de diciembre.