En el Tribunal Constitucional existe una norma no escrita, pero que desde su creación se ha cumplido. Consiste en que su presidente y vicepresidente son elegidos entre los cuatro magistrados que se encuentran en el último tercio de su mandato. Uno de los cargos lo ocupa uno de tendencia conservadora y el otro progresista y la distribución se produce en función de las mayorías que imperan en el tribunal de garantías. Según esa norma, el magistrado mejor situado para reemplazar a Juan José González Rivas en la presidencia del TC es Pedro González-Trevijano, y a Encarnación Roca, en la vicepresidencia, Juan Antonio Xiol.

Ambos comparten tercio con Antonio Narváez y Santiago Martínez-Vares, ambos considerados conservadores. Pese a ello, las fuentes del Constitucional consultadas por El Periódico de Cataluña, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica sostienen que González-Trevijano, catedrático de Constitucional y rector durante años de la Universidad Rey Juan Carlos, es quien tiene más papeletas para ocupar la máxima representación de la institución por su ascendente sobre los magistrados con los que comparte sensibilidad. La vicepresidencia le correspondería a Xiol por ser el único progresista de este tercio.

Renovación en junio

Lo único que puede jugar en su contra es que ambos forman parte del cupo que debería ser renovado el próximo mes de junio, en el que corresponde al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), instituciones que se reparten los nombres. Como el Ejecutivo no tiene que ponerse de acuerdo con nadie no suele retrasarse, pero la Constitución prevé la renovación de sus miembros por tercios, y en este dos le corresponden al Gobierno y los otros dos al Consejo. El problema es que el CGPJ para poder cumplir su parte debería haber sido renovado para entonces, ya que la última reforma de la ley orgánica del poder judicial le impide realizar nombramientos mientras se encuentra en funciones. Las fuentes consultadas señalan que pretender hacer el nombramiento solo de los que corresponden al Ejecutivo sería inconstitucional.

En cualquier caso, si en ese tercio se produce la renovación en plazo, la presidencia de González-Trevijano se convertiría en la más breve de la historia. Pero todo dependerá de cuándo se renueve finalmente el poder judicial.

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Tanto González-Rivas como Roca, junto con el magistrado Andrés Ollero y Fernando Valdés, que abandonó el TC por un episodio de violencia machista, deberían haber sido sustituidos en noviembre de 2019, aunque ellos llegaron al tribunal en junio de 2012 y ser de nueve años el mandato previsto para los magistrados.

La explicación de ese desfase se encuentra en que para evitar nuevos retrasos en las renovaciones la ley reguladora del Tribunal Constitucional fue modificada para que los magistrados nombrados cumplan un mandato de nueve años contando el tiempo que estuvieron de más sus antecesores. Finalmente González-Rivas, Roca y Ollero han hecho estado más de nueve años, porque su sustitución también se ha visto retrasada. Lo mismo ocurrirá con quien les sustituya.