La comisaría de la Via Laietana de Barcelona seguirá siendo una sede operativa de la Policía Nacional, pero a la vez puede ser "un lugar de memoria". Es lo que cree el Gobierno y lo que va a defender ahora que, una vez alcanzado el acuerdo entre los socios, arranca la negociación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Un guiño a ERC, aliado indispensable del Ejecutivo y que ha sido insistente a la hora de reclamar que se desmantele el centro para que sea convertido en un museo de la represión franquista.

Félix Bolaños, titular de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, y mano derecha de Pedro Sánchez, fue meridianamente claro durante una entrevista en 'La hora de La 1' de TVE este miércoles. De entrada, cree que "es importante" que la comisaría de Via Laietana "se mantenga" como tal, "para ejercer las competencias que tiene", puesto que la Policía necesita una sede "en el centro de Barcelona". "También le digo que la comisaría de Via Laietana puede ser un lugar de memoria. Claro que allí se cometieron torturas y tropelías durante la dictadura y hay que recordarlo. Eso es la ley de memoria democrática. Es condenar el golpe de Estado, condenar la dictadura y estar con todas las víctimas que sufrieron aquel periodo tan negro de nuestra historia", respondió el ministro al periodista Marc Sala, conductor del programa.

De este modo, la comisaría del centro de Barcelona "puede ser un lugar de memoria y puede dar lugar al recuerdo", aseguró, sin concretar más cómo podría materializarse esa nueva función. Indicó que el Gobierno no tiene problema en "reconocer" por tanto que aquel fue un centro de represión franquista: "Como ministro, no solo no tengo ningún inconveniente. Es que me parece que hay que hacerlo, hay que recordar a las víctimas y dignificarlas, porque eso es lo que pasa en todos los países de nuestro entorno, en todos. Todos los países democráticos que han sufrido una dictadura tienen leyes de memoria democrática similares a la nuestra", y su propósito es "recordar a las víctimas, homenajearlas y cerrar las heridas definitivamente". Es el espíritu que orienta la ley de memoria democrática que ya está tramitándose en el Congreso, aunque aún no tiene los apoyos garantizados, en buena medida por la oposición de ERC, que la cree insuficiente.