El antiguo chófer de la familia Bárcenas, Sergio Ríos, es otro de los procesados en el caso Kitchen que ha recurrido el "prematuro e improcedente" cierre de una instrucción que cree incompleta y ha insistido en que siempre pensó que actuaba por mandato judicial y por petición de la policía.

Ríos es uno de los once investigados a los que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón propuso juzgar por esta operación parapolicial de espionaje a Bárcenas en la que también está procesado el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y la cúpula de su departamento.

Como también ha hecho la Fiscalía, el exministro y otros de los imputados, Ríos ha recurrido su procesamiento en un escrito, al que ha tenido acceso Efe este martes, en el que pide la nulidad del auto o, en su caso, su revocación para practicar una serie de diligencias que considera fundamentales para esclarecer los hechos y acordar el archivo de la causa para él.

Ríos, de quien se sospecha que actuó como confidente policial en la operación a cambio de dinero de los fondos reservados, insiste en que actuó "con la conciencia y el convencimiento pleno de que lo hacía por mandato judicial y de policías", para colaborar con las autoridades "para evitar la comisión de nuevos delitos" y ayudar a esclarecer los hechos relativos a la trama Gürtel, por la que Bárcenas cumple actualmente condena.

Se "limitó", dice, a recoger un teléfono del extesorero del PP por petición de su mujer, quien, señala, aseguró que estaba apagado y que el chófer no tenía las claves de acceso al mismo, "siendo imposible su manipulación, descarga de contenido o cualquier otro tipo de actuación sobre el mismo", dejándole al margen, subraya, de cualquier sospecha.

En su opinión, "la carencia de toda actividad instructora" determina la falta de indicios "suficientes y racionales" contra él y reprocha que se intenten mantener las acusaciones "ante todo y pese a todo", al tiempo que tilda de "inmotivada y arbitraria" la decisión del juez.

La defensa de Ríos estima que el auto es "manifiestamente prematuro e improcedente" al quedar diligencias "necesarias e imprescindibles" por practicar, como la que pidió para tratar de desmontar la teoría de que su acceso a la Policía fue una contraprestación por su labor en Kitchen.

Se debe determinar también, en su opinión, si el volcado que se realizó de dos dispositivos de Bárcenas se hizo de forma correcta y si Ríos realmente podía tener acceso a los mismos.

Según Ríos, no se ha podido acreditar más que su labor como "chófer" de una familia "que se ha visto envuelta en un importante escándalo que ha dado lugar a una de las tramas más importantes de nuestro país" y subraya que su trabajo fue "plenamente lícito".